Texto: Rosana Cheirasco
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En su discurso de asunción como presidente de la cámara, se planteó como idea fuerza acercar el Parlamento al interior del país. ¿Cuál es el balance preliminar que hace al dejar el cargo?
La pandemia nos jugó una muy mala pasada, porque cuando asumimos el 1º de marzo de 2021 nos tocó enfrentar la peor etapa de la covid-19. Sin embargo, igual logramos muestro objetivo, recorrimos más de 70.000 km a lo largo y ancho del país. Creo que cumplimos con la promesa de “acercar el Parlamento al interior”.
Vistamos intendencias, conversamos con los jefes comunales y, esencialmente conocimos la realidad del interior profundo a través de las alcaldías. Porque en general los diputados conocen mucho la realidad de su departamento, pero no del resto del país. Creo que no me voy “como se han ido tantos”, como dice la canción. Pienso que ese objetivo está cumplido
Usted fue electo presidente de la Cámara de Diputados y, en este período de gobierno, el primer presidente de la oposición. ¿Cuál fue su experiencia en esa condición?
Uruguay tiene, desde el regreso a la democracia, una hermosa tradición de respeto por las minorías. En este caso en particular, es un reconocimiento al interior del país y mi querido Cerro Largo. Esta legislatura tiene una característica especial: hay representados siete partidos en la Cámara de Diputados. Cada uno tiene un coordinador y funcionamos en forma armónica durante todo el período. Traté de adaptarme al nuevo rol. Sin dejar de ser opositor, porque ese es el papel que me dio la ciudadanía; como presidente traté de articular los acuerdos necesarios para que el cuerpo funcione armónicamente y con la participación de todos los sectores que la componen. El presidente no deja de ser diputado, pero para opinar e intervenir en el debate debe bajar su banca. Yo solamente lo hice dos veces porque le di prioridad este año a ser el presidente de todos. Eso sí, ¡ahora vuelvo “a las cuchillas”!
No obstante, estamos a días del referéndum sobre la LUC. Usted fue una voz fuerte que advirtió sobre los riesgos de esta ley para la supervivencia del Instituto de Colonización.
Naturalmente, si el Instituto de Colonización no compra campos, la tendencia es que desaparezca. Desaparece el instrumento. Yo llego a Melo y hay, por ejemplo 1.500 anotados. Hoy, pero para adelante no habrá nada. No olvidemos que en el gobierno de Batlle se pensó en cerrarlo (debo reconocer que en el gobierno de Pacheco se compraron muchos campos). Parecería que ahora renace la vieja idea de Batlle. Hay que invertir, si no, la gente se concentra en el cordón de los centros urbanos y se corre el riesgo de que no tengan trabajo, con todo lo que ello significa.
Es una herramienta para el pequeño y mediano productor que se pone en riesgo con la LUC al permitir que inversores, que ni siquiera residen en el país, sean beneficiados. La tierra se debe asignar al que viva en ella y la trabaje, eso es colonizar.
Bajo su presidencia, dada la realidad que le tocó vivir, ¿se hizo algún aporte a la lucha contra la pandemia?
Enseguida nos pusimos a disposición del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, par trabajar codo a codo a favor de la vacunación de la covid-19. “El que gana gobierna, el que pierde ayuda”.
A su vez impulsamos un acuerdo con la Udelar (Facultad de Medicina) y ASSE, que se concretó con el puntapié inicial a la experiencia piloto de médicos residentes en 10 localidades del interior del país de menos de 2.000 habitantes. Se trata de localidades de 400 o 500 personas donde intentamos solucionar un reclamo constante a través de un médico residente y no un médico cada 15 o 20 días.
Otra preocupación manifestada al inicio de su mandato era llevar adelante una gestión austera.
Yo estoy seguro de que la democracia no se mide con plata. Fuimos prudentes en el uso de los dineros públicos, no despilfarramos, pero los que tuvieron que viajar viajaron. Porque hay eventos en los cuales Uruguay no puede dejar de estar presente. En un mundo donde el multilateralismo va adquiriendo más protagonismo diplomático que el bilateralismo, los órganos parlamentarios regionales y mundiales son muy relevantes.
Usted viene de participar en importantes eventos internacionales.
Uruguay estuvo presente en el Parlatino, que, como indica la palabra, está integrado por los parlamentos de la patria grande y la Unión Inter-Parlamentaria. Este último, un órgano con participación mundial.
En el primero debemos asumir que todo lo que ocurre en un país de la región repercute de un modo u otro en toda ella. A veces se dice que América Latina tiene movimientos pendulares. Yo creo que no es eso, es simplemente constatar que estamos íntimamente interrelacionados. La sociedad civil en nuestros países ha ido incorporando temas que no estaban en la agenda de los partidos políticos: la paridad de género, los temas medioambientales, entre otros. Es importante que los parlamentos no queden rezagados en este movimiento. El 11 de marzo asume un presidente de Chile que nace en las organizaciones de la sociedad civil y no dentro de los partidos.
A nivel mundial, la agenda no es siempre la misma. Pero la necesidad del contacto es importante para que conozcan nuestras necesidades, urgencias y prioridades. Son roles distintos pero muy importantes ambos. Hay que encontrar un equilibrio entre el abuso de los viajes y no pecar por aislarnos de un mundo cada vez más globalizado.
Finalmente fui a España, fui recibido por el Congreso de los Diputados. España prioriza mucho las relaciones con nuestra región. En los años de gobierno militar, más de una vez su congreso recibió en sala a delegaciones de exiliados, hoy podemos ir los legítimos representantes del Pueblo. Recordemos que España creó la Secretaría General Ibero Americana, cuyo primer secretario fue nuestro compatriota Enrique Iglesias; la Federación Iberoamericana del Ombudsman y podría seguir con otros ejemplos.
Otra preocupación que usted manifestó al iniciar su presidencia era acercar el Parlamento a la gente común. ¿Cómo se bajó esta idea a tierra?
Es una preocupación que tuve siempre como diputado del interior, donde conozco las localidades más alejadas de los grandes centros urbanos, donde el nuevo mundo tecnológico no ha llegado. En esa dirección logramos un convenio con CUTA, para que en cualquier rincón del país lleguen las sesiones de la cámara y sus debates a cada hogar familiar, a través de la TV por cable.
¿No extraña la época del Instituto Nacional de la Carne (INAC) que presidió 10 años?
Debo confesar que un poco lo extrañé. Fueron dos períodos seguidos. Extraño un poco lo ejecutivo. Ahora sería una papa, al nivel actual de rentabilidad. Recuerdo que a nosotros nos hablaban del viento de cola. Ahora no tienen viento de cola, tienen un huracán. Ahora, eso sí, a mí me sorprende que nadie habla de lo bien que les va y del dinero que entra.
Pepe Mujica tuvo que ver en la penetración del Frente en el interior.
Pepe acercó décadas el Frente Amplio al interior del país. Interpretó no solo las necesidades de la gente del Uruguay profundo, sino que hablaba su lenguaje, entendía sus demandas. Tiene un estilo que llega mucho en el interior, tanto al interior urbano como al de campaña.
¿Cómo ve su papel de acá en adelante, con la experiencia de su gestión como presidente?
La gestión parlamentaria es central en la vida democrática. En ese edificio histórico del Palacio Legislativo, desarrollamos con mucha pasión nuestra labor parlamentaria. A ella volvemos con renovado entusiasmo.