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Se conmemoró el Día del Holocausto

Genocidio y dictaduras: ¡nunca más!

Uruguay conmemoró el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. La ministra de Educación y Cultura habló por cadena de radio y televisión, y el Parlamento realizó una sesión especial. El Holocausto, vergüenza de la humanidad, nos compromete a todos y nos impone muy claras directivas.

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Por Carlos Luppi

Uruguay se honró conmemorando una vez más el Día del Holocausto, que recuerda, los 27 de enero, la entrada del Ejército Rojo al mando del general Vasily Petrenko en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1º de noviembre de 2005. El tema central de este año, según el comunicado de la organización, será la “Recordación del Holocausto: educar para un futuro mejor”, en el entendido de que la educación sobre la realidad del Holocausto, en su dimensión universal, es una vía “para fomentar el respeto de los derechos humanos, aumentar la tolerancia y defender nuestra humanidad común”. El comunicado agrega que “el Holocausto constituyó un momento histórico decisivo del que es posible extraer valiosas lecciones hoy acerca del peligro del extremismo y la prevención del genocidio”. Como sabemos, se denomina Holocausto o Shoah al esfuerzo por aniquilar totalmente al pueblo judío y a otras minorías durante el régimen nazi, liderado por Adolf Hitler en Alemania, que tuvo lugar entre 1939 y 1945. La llamada “solución final a la cuestión judía”, programada en su fase final en la conferencia de Wannsee, causó la muerte en circunstancias espantosas de unos seis millones de judíos. Entre los métodos utilizados, estuvieron los disparos, la tortura, la inanición (muerte por hambre), el ahorcamiento, los trabajos forzados y la asfixia con gas venenoso. La demora en detener las atrocidades se ha explicado por complicidades y silencios, que no es esta la ocasión de enumerar. Este delirio de horror, inmortalizado en imágenes, que son la prueba irrefutable (es famosa la frase del general Dwight Eisenhower, al llegar al campo de Buchenwald y observar las montañas de cadáveres y los grupos de moribundos que yacían apilados: “Filmen, filmen todo esto, porque en pocos años tendremos algún hijo de puta que dirá que esto no ocurrió”), fue provocado por doctrinas raciales supremacistas, como la de la pureza de la raza aria, en mitad del siglo XX en una de las naciones más adelantadas del planeta. Por este motivo y por otros, que hoy aparecen a la vista, como el reverdecer de liderazgos xenófobos y racistas de extrema derecha en países desarrollados, nadie puede asegurar que no volverá a repetirse, como los uruguayos no podemos asegurar que no habrá más dictadura en nuestro país. Para evitar estos males, es necesario ejercer la memoria, es necesario recordar y ayudar a recordar a todos los que han sufrido. El discurso de la Dra. María Julia Muñoz La ministra de Educación y Cultura habló por cadena de radio y televisión en representación del Poder Ejecutivo. Llamó a hacer efectivo el compromiso de “Nunca más”, en un formidable discurso cargado de emoción, racionalidad y compromisos históricos con el pasado, el presente y el futuro. Tras recordar las causas y el origen de la conmemoración, destacó la “necesidad de aprender del pasado, porque sin saber de dónde venimos, difícilmente sabremos adónde podremos llegar”. Agregó que “el Poder Ejecutivo de Uruguay convoca al compromiso por el ‘Nunca Más’”. “No podemos denunciar la injusticia sólo cuando nos toca. Nada de lo humano nos debe ser indiferente y, por ello, condenamos todo acto terrorista en cualquier lugar y en cualquier tiempo”, afirmó. Fue contundente: “Nuestro mensaje no es ni quiere ser inocente. Quiero invitar a no mirar para otro lado y a hacer lo que esté al alcance de cada uno de nosotros para evitar el desarrollo de esa tendencia al exterminio del otro que la sociedad occidental podría patentar como propia, no porque le sea exclusiva, sino porque la ha desarrollado a niveles que hasta antes del siglo XX difícilmente alguien habría podido imaginar”. Sostuvo: “Nuestro homenaje es a los seis millones de asesinados del pueblo judío y también a los millones de personas con algún tipo de capacidad diferente, opositores políticos, como comunistas y socialistas, testigos de Jehová, gays, lesbianas y travestis, prostitutas, y a todos aquellos que generaron una permanente resistencia”. “Nos ubicamos en lugar de los desposeídos y los discriminados […]. Hay pasados que no pasan que nos siguen interpelando y enseñando”, recalcó. Afirmó: “El genocidio es un delito de lesa humanidad que podemos saber cuándo comienza, pero no cuándo termina, porque es de carácter permanente; pasa de generación en generación y afecta a una gama muy grande de personas, no sólo a las directamente involucradas”. “Nunca podremos negar la necesidad de aprender del pasado, porque sin saber de dónde venimos, difícilmente sabremos a dónde podremos llegar”, agregó. La ministra anunció que el próximo año lectivo un liceo de Montevideo llevará el nombre de Mordechai Anielewicz, quien en 1943, con 24 años, lideró el levantamiento del Gueto de Varsovia, “el mayor combate civil contra el régimen nazi”. Destacó que Anielewicz “se unirá a otras figuras relevantes perseguidas por poderes antidemocráticos y dictatoriales cuyos nombres honran la educación pública uruguaya, como las escuelas Ana Vinocur, Elena Quinteros, Ana Frank, Julio Castro y Nelson Mandela […]. Hoy, más que nunca, como sociedad, necesitamos reflejarnos en referentes éticos que con sus luchas nos legaron la enseñanza de convivir en paz, sin discriminación”. “La misión de la educación es enseñar aprendiendo en la diversidad el respeto al otro, al ‘diferente’; convivir sin violencia de ningún tipo, ni física, ni verbal, ni gestual. Ser protagonistas de una sociedad en paz donde del debate fluya el conocimiento”, afirmó. “La democracia –sentenció Chil Rajchman, sobreviviente del Holocausto, también residente en Uruguay, hoy fallecido– requiere la participación activa, reflexiva y responsable de todos. Está en nosotros evitar que episodios como estos continúen repitiéndose. Trabajemos juntos por un ‘Nunca más”. Recordó a los sobrevivientes Pola Liberman, Enrique Benkel, Isabela Matrai de Primo, Enrique Bergazin, Ester Morgenstern de Bergazin, Basia Weinberger de Taube y finalmente a Vinocur, quienes vivieron en Uruguay. Vinocur había afirmado: “No podremos borrar nunca lo que hemos soportado; tampoco podremos recuperar lo que hemos perdido. Ni todas las riquezas del mundo agolpadas lograrían borrar las huellas tatuadas en nuestros corazones […]. A pesar de todo, tenemos que seguir adelante y edificar nuestro futuro. No se debe permitir que los tiranos lleven al mundo hacia la esclavitud. Es necesario que las futuras generaciones sepan defender, comprender y apreciar la palabra libertad”. Reflexiones sobre la responsabilidad Auschwitz, como emblema de hasta dónde puede llegar la barbarie humana, tiene la virtud de replantear todos los dilemas y conflictos de la responsabilidad humana. Implica las cuestiones del respeto por la vida, de los derechos humanos, de la libertad y de la dignidad inherentes a todo ser humano. En su prolongación, llega hasta el campo de la ciencia política y de la economía para cuestionar las ideologías y las prácticas que conducen a los pueblos a la barbarie. Y llega a nuestra propia responsabilidad como ciudadanos de un país democrático y pacifista, inmerso en una sociedad global en la que nada de lo que ocurre en el mundo nos es ajeno. Un estadista uruguayo, dijo en un acto del aniversario judío: “Yo me pregunto en qué podemos ayudar los uruguayos que no somos judíos […]. Ya aparecen quienes dicen: ‘Tanto horror no fue posible’. Y es fácil que esto prenda, porque la gente se niega a reconocer que tanto horror pueda haber sido posible. Hay hasta la dificultad de abarcar la dimensión total de la tragedia. Entonces el deber de los que no somos judíos es ayudarlos a que no sean solamente ustedes los que tengan que recordar […]. Creo que lo primero que los uruguayos, y sobre todo los que no somos judíos, tenemos que hacer, porque esta es nuestra responsabilidad, y no la de ustedes, es prometerles que los ayudaremos a que el mundo no olvide la tragedia que el pueblo judío pasó”. Ni genocidios, ni exclusiones, ni dictaduras. ¡Nunca más!

Un poema de León Felipe: “Auschwitz “
“A todos los judíos del mundo, mis amigos, mis hermanos” Estos poetas infernales, Dante, Blake, Rimbaud que hablen más bajo… que toquen más bajo… ¡Que se callen! Hoy cualquier habitante de la tierra sabe mucho más del infierno que esos tres poetas juntos. Ya sé que Dante toca muy bien el violín… ¡Oh, el gran virtuoso! Pero que no pretenda ahora con sus tercetos maravillosos y sus endecasílabos perfectos asustar a ese niño judío que está ahí, desgajado de sus padres… Y solo. ¡Solo! aguardando su turno en los hornos crematorios de Auschwitz. Dante… tú bajaste a los infiernos con Virgilio de la mano (Virgilio, “gran cicerone”) y aquello vuestro de la Divina Comedia fue una aventura divertida de música y turismo. Esto es otra cosa… otra cosa… ¿Cómo te explicaré? ¡Si no tienes imaginación! Tú… no tienes imaginación, Acuérdate que en tu “Infierno” no hay un niño siquiera… Y ese que ves ahí… está solo ¡Solo! Sin cicerone… esperando que se abran las puertas de un infierno que tú, ¡pobre florentino!, no pudiste siquiera imaginar. Esto es otra cosa… ¿cómo te diré? ¡Mira! Este es un lugar donde no se puede tocar el violín. Aquí se rompen las cuerdas de todos los violines del mundo. ¿Me habéis entendido poetas infernales? Virgilio, Dante, Blake, Rimbaud… ¡Hablad más bajo! ¡Tocad más bajo! ¡Chist! ¡¡Callaos!! Yo también soy un gran violinista… y he tocado en el infierno muchas veces… Pero ahora, aquí… rompo mi violín… y me callo. León Felipe (1884-1968) Tomado de León Felipe: poesías completas.

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