Que María Julia Muñoz los calienta ya se sabe. Marita los pone al rojo vivo. No se guarda nada, a unos le da con el clavo y a otros con la cantramilla. María Julia les es irritante. Fue la más incondicional a Tabaré y lo acompañó 30 años en su gestión oficial como secretaria general de la Intendencia, ministra de Salud Pública y ministra de Educación y Cultura. Fue la que firmó el decreto de la esencialidad para la educación y hoy hace autocrítica por haberlo hecho aunque es obvio que si no fuera por ser fiel a Tabaré no hubiera firmado.
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La semana pasada tenía que presentarse a una Comisión Investigadora parlamentaria sobre las licencias gremiales de los docentes de Secundaria y Marita los dejó afeitados y sin visita.
Un ratito antes de la hora fijada se recibió una carta en la que María Julia les dijo que no la esperen porque no va.
Los legisladores que habían preparado el show dijeron que la exministra había faltado el respeto al Poder Legislativo, ignorando que solo había hecho uso de su derecho a no prestarse a una instancia construida para descalificar profesores, estigmatizarlos y hacerlos ver como incumplidores con sus tareas.
-¿“Como si no alcanzara la violencia que se vive en escuelas y liceos contra docentes?”, pregunta la invitada ausente.
-“La educación pública necesita adecuación a nuevos tiempos y a nuevos desafíos. Necesita continuidad en gestión y programas y necesita mirada de Uruguay, pero de docentes, de padres y de alumnos”, responde al periodista.
Pero María Julia no se calla y sigue:
“ Lo que no necesita la Educación es ser botín electoral de ningún partido político. Necesita defender los Consejos tripartitos y dignificar la labor docente”. Necesita que los estudiantes participen. Para mejorar la Educación Pública hay que derogar los artículos de la LUC que ponen cada ciclo educativo en manos de una persona y pedirle al Parlamento que respete a los docentes como piden respeto para ellos”.