De León tiene una visión clara de los objetivos que se buscan en esta nueva etapa de la vieja Escuela Nacional de Policía, a partir de la puesta en marcha del nuevo Plan de Estudios: la formación de una Policía más profesional y eficiente al servicio de la sociedad. ¿Cuáles fueron los motivos para modificar el Plan de Estudios de la Dirección Nacional de Educación Policial? En primer lugar, tenemos que posicionarnos en que el 1º de enero de 2016 entra en vigencia una Ley Orgánica Policial. Esta ley crea la Dirección Nacional de Educación Policial (DNEP), antes Escuela Nacional de Policía, con una variable, se crea un Instituto Universitario Policial, un Instituto de Posgrados y Estudios Superiores y un Instituto de Formación y Capacitación para la Escala Básica, entre otros. La Ley Orgánica nos pauta que la Policía comienza a modificar su estructura orgánica porque a partir de esta norma se modifica la carrera policial -se sustituyen grados, la carrera se acorta-. Y un punto que va a hacia lo curricular: se crea la carrera única. ¿Qué nos dice la Ley Orgánica? Que un tercio de las vacantes del primer grado de oficial de Policía -el oficial ayudante- está destinado para el suboficial mayor, que es el último grado de la escala básica. Esto quiere decir que el suboficial mayor puede pasar a la escala superior. Antes de la Ley Orgánica un suboficial podía pasar a la escala superior, pero tenía que hacer el curso de cadetes -en un régimen de internados-, tenía que concursar y, de alguna manera, empezar nuevamente esos tres años. A partir de este cambio se le propuso a la autoridad ministerial una carrera única. Antes teníamos dos carreras, una para la escala básica y una para la escala superior, con un Plan de Estudios totalmente distinto. Hoy día el Plan de Estudios es el mismo. De esta forma, tanto quien concursa para ser oficial como quien concursa para ser agente viene del ámbito civil, los dos se forman en el Módulo 1 -con la misma carga horaria, los mismos contenidos, programas analíticos y docentes, la misma práctica profesional- y ambos egresan como agentes de Policía. La diferencia es que unos harán los cinco módulos consecutivos para ser oficial y los otros se desplegarán al servicio operativo como agentes, y a los dos años -según la Ley Orgánica- pueden venir a postularse para el curso inmediato superior, que es el de cabo, que es el Módulo 2; para hacer el curso de sargento es el Módulo 3; y para ser suboficial es el Módulo 4; el Módulo 5 es eminentemente práctico, como un internado obligatorio. En cada Módulo las personas se entrenan, hacen una práctica preprofesional y los conocimientos al encontrarse en el servicio son los mismos; tiene los mismos conocimientos un agente que está haciendo el curso para ser cabo que un estudiante de oficial que se encuentra en el Módulo 2. El cambio está alineado con los requerimientos de una nueva Policía. ¿Qué conocimientos se requieren para ser policía en la actualidad? Ahí vamos al segundo motivo del cambio, que es el porqué. En la academia somos facilitadores de una estructura. Es decir, hacemos un análisis continuo de lo que está ocurriendo en servicio y lo trasladamos a la academia. Esta no construye el conocimiento desde la academia hacia el servicio, sino todo lo contrario, el servicio viene hacia nosotros y en conjunto construimos una matriz curricular que es de competencias; el alumno tiene que describir una competencia al final. Los docentes del servicio operacional o de la asignatura Procedimiento Policial son policías que están en servicio activo, gente con experiencia. Quien brinda la asignatura Técnicas de Entrenamiento con Armamento Policial también viene del servicio -generalmente todos provienen del ámbito de la Guardia Republicana-. Quien da la asignatura Información Policial también. ¿Qué quiere decir? Que es un modelo teórico en academia, pero práctico. Cuando en el aula se está dando la teoría, el docente tiene que describir la práctica, pero luego irá a practicar preprofesionalmente con un tutor del servicio que lo acompaña o con un instructor de la DNEP. Los mandos operativos dentro de la DNEP también concurren y los alumnos hacen un feedback con los docentes, aproximadamente cada 15 días, para ir mejorando y viendo los modus operandi, cómo vamos trabajando y cómo se describe el módulo. Todo esto se establece en un sistema informático en el que tenemos la hoja de vida de cada alumno -cuántas horas tuvo, qué docentes tuvo, dónde se desplegó, qué tareas realizó, la nota del instructor y del destinatario del servicio-, en la que se puede ver la trazabilidad de lo que estamos realizando. De esa manera, lo que describimos es la matriz de competencia. La teoría del procedimiento policial se la enseñan docentes que son elegidos por concurso y que además están en la faz operativa, y luego de que le enseñan la teoría, salen en cada módulo a describirla. De esa manera, evolucionamos, le damos continuidad y mejora a un sistema educativo que tiene como objetivo acortar esa dicotomía que existe entre la teoría (lo que se enseña en la academia) y la práctica (lo que ocurre en el servicio). La idea es acortar esa brecha. Si vamos hacia ese lugar, vamos a tener policías mejor preparados y más profesionales en su accionar. Ese es el objetivo del plan, que tiene diez fases; estamos en la fase tres, que es una fase de ajustes. ¿Cómo mejoran, tanto aprendizaje como servicio, esa relación estudiante-docente? Antes de este diseño teníamos asignaturas lineales, es decir, cada asignatura con el docente y su clase curricular. Ahora tenemos una asignatura troncal que se llama Servicio Operacional, las operaciones policiales, el procedimiento policial. Todas las otras asignaturas que componen cada módulo ingresan a medida que el alumno va orientándose o madurando los conocimientos. Cuando se le empieza a enseñar el proceso penal, o la criminalística de campo, o las tecnologías aplicadas a la investigación o del servicio, el estudiante tiene un bagaje de conocimiento que le permite internalizar. Ese es el diseño; no es una asignatura, sino bloques temáticos que aparecen, otros que desaparecen y otros que se fortalecen. En el bloque de operaciones policiales tenemos un Servicio Operacional con 100 horas, una Ciencia Criminalística con 20 horas, Métodos de Policiamiento Preventivo con diez horas, Información, Violencia Doméstica, Técnicas de Entrenamiento con Armamento, Educación Física y Defensa Personal. El policía actúa muchas veces solo o en binomio y tiene que resolver la situación, entonces con ese bloque de asignaturas se le dan herramientas para resolver situaciones. ¿Existe un requisito de mayor profesionalidad en la actuación del servicio policial? El exdirector de la Policía Nacional, Julio Guarteche, decía que no hay lugar en la Policía en el que no necesitemos capacitarnos. Estamos haciendo una fuerte apuesta en la formación, que es la base, y en la capacitación continua del personal para un accionar cada vez más profesional. El 1º de noviembre entró en vigencia el nuevo Código del Proceso Penal (CPP) y eso nos lleva a seguir en la línea del profesionalismo para que tanto el fiscal -el Ministerio Público- como el Poder Judicial tengan las herramientas para tener policías mejor preparados, más profesionales en su accionar y con algo que es nuestro leit motiv: cuando un policía tiene conocimientos sólidos en su accionar y conoce la práctica -lo que está ocurriendo en el servicio-, al momento del egreso se siente más seguro en su accionar, que lo irá mejorando cuando pasa por las diferentes instancias que tiene la DNEP de mejora continua. La búsqueda con estos diseños curriculares es dotar a la Policía de los conocimientos sustantivos para el accionar policial. No damos conocimientos de más ni tampoco de menos, sino los que el servicio nos está diciendo continuamente, mostrándole al alumno por donde va la Policía, cuál es su accionar, con procesos de selección exigentes y con asignaturas. Se hizo una apuesta de asignaturas de corte profesional policial. Si cada módulo tiene 100 horas de técnicas de entrenamientos, es casi 20% de la currícula que tiene la Policía. A esto se le suman 100 horas de procedimiento policial. Las otras asignaturas son importantes porque lo que hacen es darle contenido, forma, cobertura al servicio operacional. Este es el leit motiv de este equipo, la estrategia ministerial va por ese camino: que la Policía sea más profesional en el accionar cotidiano, con la búsqueda de minimizar riesgos. Que la intervención policial, sea sola, en binomio u ordenada por el superior, minimice todos los riesgos posibles: en una detención, cuando hace un disparo con arma de fuego. Por eso le estamos dando técnicas en defensa personal, de entrenamiento con armamento.
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¿Cambió el perfil de las personas que quieren ingresar a la carrera policial con relación a hace 20 años?
Lo que estamos viendo es una mejora continua en lo que tiene que ver con la escolaridad en el ingreso a la escala básica. Cuando ingresé a la Policía hace más de 20 años los medios de comunicación -o los medios que estaban al alcance para ingresar a la Policía- no eran los que existen en la actualidad; ahora hay mucho más conocimiento de lo que es la función policial, hay un campus virtual, como la página del Ministerio del Interior, en la que la gente consulta. Pero hay un dato, porque siempre es bueno reflejar en datos. Para la carrera de oficial de Policía este año se establecieron 50 cupos y tuvimos una preinscripción de 2.800 personas; en 1997, ingresamos 70 personas y competimos entre 350 y 400 personas; para agentes tuvimos una preinscripción de 4.800 personas. Hoy en día, no puedo decir el porqué, pero se puede visualizar que quienes ingresan para los cursos de agente o de oficial de Policía la escolaridad va subiendo. En ambos casos (para agente y para oficial de Policía), por ejemplo, tenemos postulantes con título universitario; eso no lo veíamos hace 20 años. Tener una persona con título universitario cursando para cadete no era común; luego sí, luego del egreso las personas empezaban a estudiar en la Universidad. Son datos que uno puede ir viendo. Y no nos olvidemos que en 1997 existían escuelas departamentales en Montevideo, en Canelones, en San José, y la Escuela de Policía era sólo la escuela de oficiales, por lo que había un máximo de 200 personas, que era el personal superior. Hoy en día toda la escala básica se forma en la DNEP.