Uruguay y participó en el nuevo encuentro del Foro de San Pablo (FSP) que sesionó del 29 de junio al 1º de julio en Brasilia y definió como un norte de trabajo la integración regional.
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Rony Corbo integra, por el Frente Amplio, la Coordinación Regional Sur del Foro de San Pablo, que integran las organizaciones de izquierda de Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.
Corbo, en diálogo con Caras y Caretas, explicó que “después de cuatro años sin encuentros, producto de la pandemia, se realizó en Brasilia la XXVI edición del Foro de San Pablo; Lula, quien fundó junto con Fidel el Foro, fue el orador principal en la apertura del evento, llamando a los partidos políticos del continente a defender la democracia, luchar contra la extrema derecha y avanzar en la integración regional soberana e independiente de nuestro continente”.
Previamente el Grupo de Trabajo de preparación del encuentro se reunió en Colombia, donde la delegación uruguaya pudo compartir las experiencias con ministros del gobierno de izquierda de Petro.
En la mesa estaban presentes, además de Lula y los integrantes de las coordinadoras regionales, las presidentas del PT, Gleisi Hoffman, y del PCdoB, Luciana Santos.
700 delegados latinoamericanos y caribeños, la mitad brasileños e invitados internacionales (EEUU, Europa, Rusia, China, Vietnam y países africanos), manifestaron el aprecio y el respeto hacia el Foro de San Pablo y sus gobiernos.
El encuentro fue inaugurado por Lula, que entre los conceptos más importantes recordó que el Foro de San Pablo fue la primera experiencia latinoamericana que juntó a toda la izquierda, sin acabar con sus divergencias, para discutir cómo conquistar los espacios políticos y gobiernos democráticamente.
Abogó, cuenta Corbo, por “ejercitar la democracia lo máximo posible como un ejercicio constante de victorias y derrotas, que obliga a hacer concesiones todos los santos días.
Para Lula, “la democracia no es un pacto de silencio”, sino “una sociedad en movimiento”, y cuando un dirigente “sufre una derrota no puede quedar lamentándose”, sino que debe entender qué errores pudo haber cometido para ser derrotado en las urnas.
(El Presidente de Brasil Lula Da Silva inauguró el encuentro)
La agenda señalada por Lula tiene como puntos claves para este año los Brics en Sudáfrica, el G20 en India y la reunión de la Celac con la Unión Europea en Bruselas este mes.
“Por eso queremos construir una política unitaria con los 8 países de América del Sur y proyectar la integración continental para incidir en el mundo”, anunció el líder de izquierda continental, quien aprovechó la oportunidad para agradecer el apoyo y destacar el rol del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), expresando: “Nos dicen comunistas, como si nos ofendieran con eso”, pero “nos ofenderían si nos dijeran neofascistas”; llamó la atención sobre la “amenaza” que representa la ultraderecha “para América Latina y el mundo”.
El encuentro fue propicio cuenta Corbo “de una mención especial para el recuerdo y homenaje a los luchadores, mártires, desaparecidos, encarcelados y torturados por “los golpes de estado en Chile y en Uruguay, que hace 50 años que consolidaron el avance de las dictaduras militares en nuestro continente y tienen consecuencias aún presentes en las vidas de los pueblos chileno y uruguayo, y quizás de todo el continente”, conceptos que fueron recogidos en la declaración final.
(Rony Corbo haciendo uso de la palabra)
Declaración final del encuentro
Entre los puntos más destacados del encuentro en su declaración final se encuentran:
- La movilización del pueblo y la formación de un amplio movimiento por el rescate de la democracia brasilera lograron una espléndida victoria electoral y la nueva presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, siendo esta la más contundente respuesta histórica al golpe de Estado parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff, a lo que siguió el infame e injusto encarcelamiento del presidente Lula, que se tradujo en un golpe de Estado electoral, al impedir -violando las leyes y los derechos humanos- su participación en las elecciones de 2018.
- Es importante resaltar que desde el XXV Encuentro del FSP (hace 4 años) hasta ahora, se registraron multitudinarias manifestaciones populares contra las políticas neoliberales y de la derecha, la lucha por los derechos sociales, económicos y culturales de los pueblos se colocaron de nuevo en la palestra y ello se tradujo en unidad de las fuerzas populares y en victorias electorales, como la de Andrés Manuel López Obrador en México, Alberto Fernández en Argentina, Pedro Castillo en Perú, Luis Arce, que derrocó el golpe de Estado en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras, Gabriel Boric en Chile, Philip Pierre en Santa Lucía, Gustavo Petro en Colombia, las regionales y municipales en Ecuador, las nacionales en Cuba y, obviamente, de Lula en Brasil, que se suman a los demás gobiernos de izquierda y progresistas de nuestro continente que luchan heroicamente por la soberanía, el bienestar social y la democracia participativa.
- Estas victorias y la constante movilización de los pueblos provocan una ofensiva conservadora y de la extrema derecha, incluso la continuidad del lawfare, que demandan una vigilancia y lucha constante contra las amenazas y los ataques.
- El avance de las fuerzas políticas de derecha y extrema derecha, el cambio climático, el conflicto en Ucrania, entre otros, son hechos que demandan nuestro enfrentamiento directo y urgente.
- Debemos unirnos contra los intentos de dividir el mundo entre Occidente y Oriente, entre “nosotros y los otros”, lo que aumenta las animosidades y nos lleva a un mundo de conflictos que colocan a toda la humanidad en peligro. La multipolaridad es esencial para el balance de fuerzas e intereses diversos que permite el desarrollo a los países del Sur. Para ello, nuestra integración es importante, como una región de paz y crecimiento bajo las fuerzas progresistas y de izquierda, con propuestas para enfrentar los problemas globales.
- En este contexto, resaltamos la necesidad de avanzar con pasos firmes a la integración regional como uno de los ejes centrales en nuestra agenda política, económica y social, con una visión estratégica amplia y equitativa. Por medio de la integración económica, a través de la construcción y ampliación de las redes de infraestructura, logística y energética, creemos que la región podrá avanzar en la superación de las asimetrías y la eliminación de los efectos de medidas coercitivas unilaterales que impone el gobierno de Estados Unidos, que tanto hacen sufrir a nuestros pueblos.