En su habitual columna en M24, Juan Pablo Labat reflexionó sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC), una reflexión que en esta oportunidad comenzó con una referencia directa a los sucesos en la plaza Seregni.
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“Todos los días estamos recibiendo noticias de asuntos como los de la plaza Seregni, el día de ayer ha sido un centro de comunicación y de referencia en redes sociales y también en la prensa”, comenzó señalando.
Para Labat, un hecho como este muestra la forma en que desde el gobierno y algunos medios de prensa se responde apresuradamente para alcanzar una legitimación de los mismos.
Ejemplificó lo anterior con la lectura de algún titular de prensa sobre lo acontecido en la plaza Seregni, en particular el titular del diario El País, al que calificó de “titular innecesario”, sobre todo resaltó lo contrastante que resultan los videos que circularon sobre los hechos que demuestran, al menos, lo que definió como “lo complejo de la situación”.
Para el columnista más allá de la dificultad de “hacer justicia sobre el asunto”, entendía que si “había habido un abuso porque lo que hay es una especie de profundización de un malestar extendido”, afirmó.
“Si existen fuerzas policiales que además tuvieren que tener que ver con el orden ciudadano, en la medida de regular la convivencia, cosa que habría que discutir mucho (…) y su presencia en vez de generar mejoras de la convivencia, genera problemas ya, al menos desde esa perspectiva hay algo que no está bien”, enfatizó.
Para Labat, es claro que no toda la fuerza policial reacciona de esta forma, pero que si “hay órdenes y estímulos” para que se proceda de la forma en que en esta oportunidad se hizo bajo el supuesto errado de que de esta forma se mejora la convivencia y la seguridad.
“He escuchado en la defensa de la LUC por parte del bloque de gobierno, sendos alegatos acerca de cómo el empoderamiento de la policía (…) que eso podría ayudar a resolver los problemas de criminalidad de la sociedad, pero lo que se está haciendo es inventando criminalidad”, destacó y agregó “lo que estamos observando es un cuerpo policial que se empieza meter en líos que no tienen nada que ver con la criminalidad y que tienen que ver con otra visión de la criminalidad y en esto es donde entran estos asuntos más de clase”.
Al explicar este último punto de análisis, recalcó la efectiva existencia a nivel social de algunos grupos de ciudadanos que creen que tienen derechos superiores, respecto de otros, en nombre de la seguridad y la “paz”.
“Las plazas Liber Seregni no pasan en otros lugares”, enfatizó, “cuando se empiece a discutir el abuso policial se cae siempre en los mismos barrios”, resaltando así la selectividad de este tipo de procedimientos con respecto a otras situaciones, como las acontecidas, por ejemplo, en colegios privados, allí no hay “irrupción de fuerzas policiales”, sentenció.
Para Labat, lo que muestra todo lo que viene aconteciendo en esta dirección, lo que muestra es el gran equívoco en la construcción del capítulo de la LUC referido al ministerio del Interior, en general y de la seguridad pública, en particular.
“Este tipo de abusos policiales vienen en nombre de la LUC (…) en un escenario des contextuado por la pandemia (…) un escenario donde aparecen no solamente la aprobación de artículos que claramente cercenan la libertad de movimiento de las personas y la libertad de expresión y de protesta (…) que van directamente a criminalizar aquello que esté en contra de la opinión política de turno y desde ese punto de vista es un avasallamiento a las normas democráticas”.
Labat considera que la LUC, en sí misma, es la mejor evidencia de este avasallamiento porque es “el abuso del poder Ejecutivo de traer una norma”, que más allá de las modificaciones que lograron introducirse a instancias de organizaciones políticas y sociales, sigue siendo una norma que habilita y fundamenta “avasallamientos a las normas democráticas”.