La ofensiva rusa en Ucrania se intensificó este martes con una serie de bombardeos en Kiev, pese a la reanudación de las negociaciones y a una concesión importante del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien se mostró dispuesto a renunciar a su intención de adherir a la OTAN.
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En el terreno de combate, los ataques de las tropas rusas golpearon con ferocidad el centro de la capital ucraniana, donde destruyeron al menos tres edificios y causaron tres muertos, mientras Naciones Unidas anunció que más de tres millones de personas huyeron de Ucrania en los 20 días que lleva la invasión rusa.
En materia de sanciones, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá impusieron nuevas medidas contra Rusia horas después de que el Kremlin respondiera con medidas punitorias contra la Casa Blanca.
Mariupol sigue evacuando
En el este de Ucrania, en la gran ciudad de Dnipró, relativamente intacta hasta ahora, el aeropuerto fue bombardeado el martes y provocó una «destrucción masiva», según su alcalde, quien no mencionó víctimas por el momento.
En el sur los rusos siguen intentando tomar Mariupol, una estratégica ciudad portuaria en el mar de Azov, que lleva días asediada. Pero, según el Estado Mayor ucraniano, Moscú perdió 150 soldados en la ofensiva y se retiraron del lugar, una información que no pudo ser verificada por fuentes independientes.
Negociaciones lentas
Las conversaciones para poner fin a la ofensiva militar de Rusia en Ucrania enfrentan «profundas contradicciones», aunque aún es posible alcanzar un «compromiso», dijo Mykhailo Podoliak, negociador y consejero del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. «Vamos a seguir mañana. Es un proceso de negociación complicado y extremadamente laborioso», expresó Podoliak en Twitter.
Zelenski declaró este martes que era tiempo de «reconocer» que Ucrania no podrá adherir a la OTAN, algo que reclamaba Rusia antes de iniciar la invasión el 24 de febrero.
Rusia exige garantías por escrito de que Ucrania se desmilitarizará y adoptará un estatuto de país neutral que garantice que no ingresará a la alianza atlántica y que, por lo tanto, no quedará bajo la órbita militar ni de Estados Unidos ni de Moscú.