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La Desigualdad en América Latina. Problema estructural que persiste

La actividad económica de los países latinoamericanos y caribeños se encuentra estancada, con un deterioro significativo.

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América Latina se ha caracterizado por ser el continente más desigual del mundo, un fenómeno que se traduce en cifras alarmantes sobre la pobreza y la concentración del ingreso. A pesar de que la pobreza se mantiene como un lastre en gran parte de la región, la desigualdad y la concentración de riquezas siguen aumentando, generando un ciclo pernicioso que impide el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.

Factores Estructurales que Limitan el Desarrollo

Los factores estructurales, que son clave para entender esta problemática, son limitantes en términos de desarrollo. La actividad económica de los países latinoamericanos y caribeños se encuentra estancada, con un deterioro significativo, tal como se expone en el informe "Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023" de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El informe detalla que este debilitamiento no solo es consecuencia de los efectos de la pandemia, sino que, tres años después, la región continúa enfrentando las secuelas de lo que se podría calificar como una serie de crisis en cascada, que han creado un escenario económico complejo caracterizado por un bajo crecimiento y una pronunciada crisis social.

Un Contexto Global de Incertidumbre

A este panorama desalentador se suma un contexto global de gran incertidumbre financiera, marcado por altas tasas de interés y la ralentización del crecimiento y el comercio mundial. En 2023, se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) mundial cierre en un modesto 3%, cifra que es inferior a la del 2022 y que contrasta aún más con los promedios del periodo entre 2010 y 2019, donde el crecimiento alcanzó el 3,7%. De acuerdo con la CEPAL, las proyecciones para 2024 sugieren que el crecimiento mundial se mantendrá en 3%, pero las economías en desarrollo podrían experimentar un incremento del 4%, mientras que en las economías centrales la tasa estimada se sitúa en un 1,4%.

La Compleja Matriz de Desigualdad

El informe de la CEPAL también subraya que “la matriz de la desigualdad social de América Latina y el Caribe está conformada por un conjunto de ejes estructurantes que expresan desigualdades socioeconómicas, de género, etarias, étnicas y raciales, y territoriales”, que se han arraigado a lo largo del tiempo. Esta interseccionalidad de desigualdades no solo perpetúa el ciclo de pobreza, sino que también obstaculiza el acceso a oportunidades equitativas, afectando en especial a las poblaciones más vulnerables.

Es imperativo que los países de la región implementen políticas públicas que aborden esta complejidad y busquen cerrar las brechas de desigualdad. La inclusión laboral, como señala el informe de la CEPAL, debe ser un eje central para el desarrollo social inclusivo. Conseguir un crecimiento sostenible en América Latina requiere no solo de mejorar las condiciones económicas generales, sino también de garantizar que los beneficios del desarrollo se distribuyan de manera más equitativa entre todos los sectores de la sociedad.

En resumen, América Latina se enfrenta a un dilema crítico: mientras la pobreza persiste y la desigualdad se agrava, los factores estructurales que limitan el desarrollo continúan sin ser abordados de manera efectiva. La cooperación internacional, un enfoque inclusivo de políticas económicas y la atención a las desigualdades inherentes son pasos cruciales que deben ser tomados para revertir esta tendencia. La oportunidad de generar un cambio significativo para la región depende de reconocer y actuar sobre los desafíos que la desigualdad social presenta.

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