Por Gabriel Mazzarovich
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Ante la demanda presentada por la empresa que tiene los recursos de imagen de la Pantera Rosa, que, casualmente, en Uruguay está vinculada a la familia Bordaberry, uno no puede dejar de asombrarse de cómo se repite la historia y pasa de tragedia a comedia. Una vergüenza. Siempre los mismos nombres, siempre las mismas familias, siempre las mismas prácticas.
El ataque a la libertad de expresión, la de verdad, la colectiva, la de disentir con el poder, no la de apoyarlo, que no necesita que nadie la defienda. La Pantera Rosa es un peligro. Es el mismo razonamiento que asume que las murgas son un peligro, los desfiles de carnaval son un peligro. La risa es un peligro. Terrible. Además, define el dinero, Bordaberry te está diciendo: “Yo soy dueño de esto ¿entendes?, yo tengo plata, yo mando”.
Conciben el país como una estancia, el mundo como una empresa y los seres humanos y sus sentimientos como mercancías. Terrible. Vomitivo. Me hizo acordar al voto verde y la bamba. Primero hubo que enfrentar las acusaciones de no ser nacionales, no ser patriotas, por usar una música que no era nuestra, uruguaya, oriental. Los mismos que prohibieron a Zitarrosa, a Los Olimareños, al Darno, a Rada, etc, etc. Luego como vieron que eso no iba, pues prohibirla. Con la Pantera Rosa igual, primero acusar de cualquier cosa, luego prohibir, callar, silenciar. Obsesión del poder.
Bueno había que buscar algo autóctono, telúrico digamos y que no tuviera registrada la propiedad de imagen. El tero nos lo confiscaron los rugbiers. El buey, que no la vaca, está en el escudo nacional, aunque la vaca está tan unida al Uruguay y a la plata de los poderosos que un destacado senador blanco se confundió en un debate del Senado y reinventó el escudo patrio. Además, hay que tener cuidado con la vaca, si de algo sabe la familia Bordaberry es de vacas, muchas, acá y en Paraguay, muchas, miles, decenas de miles. Entonces la vaca tampoco.
Entonces ¿qué? Y bueno el ingenio popular rescata al capibara o chigüire. Esa especie de roedor de la familia de los cávidos. Dicen que es el roedor viviente de mayor tamaño y peso del mundo, ¿qué talco? . El viejo y querido carpincho. No será tan famoso como la Pantera Rosa, ni tendrá el glamour del león de la Metro, pero la rema y es nuestro. Así que Carpincho rosado y chau.
Y el 27 a llenarles las urnas de votos rosados, con Pantera Rosa o sin ella. Para superar todas las chicanas del poder y de las y los poderosos. Un SI gigante. Del tamaño de la patria entera.