Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Editorial

LA GOTERA DEL ALTILLO

La Pantera Rosa

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Parece que los defensores del NO andan perdidos en la noche. Esta semana prohibieron el uso del Estadio Centenario a los partidarios de anular la LUC porque no lo quieren contaminar de actos “extradeportivos”. Olvidan que hace tres décadas, cuando gobernaba el Dr. Julio Sanguinetti, en el mismo templo del futbol se realizó un gigantesco acto por el voto verde en momentos en que se preparaba el referéndum en el que finalmente se refrendó la Ley que consagró la impunidad. No había pasado ni una semana de esa tontería cuando a alguien, que aún no se sabe quién, se le ocurrió la idea de prohibir el uso de la Pantera Rosa para la propaganda de los partidarios del SÍ. Que la Pantera Rosa terminó ayudando a la campaña por el SÍ no quedan dudas. La intimación hecha por la abogada y escribana del estudio Bacot y Bacot (que no es la representante administrativa de Metro Godwyn Mayer que figura en el Registro de Propiedad) terminó dándole un espaldarazo a la campaña, porque en la semana todo el mundo habló de eso. Hasta se relaciona el hecho con otros casos polémicos y muy curiosos asociados al mismo apellido de la abogada, como la indignación que provocó en el club de Golf que un señor Bacot, sospechado de estar infectado de Covid, concurriera soplando virus y envuelto en una toalla celeste al sauna de la elegante institución, provocando que varios distinguidos socios eleven una nota quejándose a los directivos porque no se puede ingresar al baño turco con símbolos partidarios

Si la idea de los impulsores del “NO” fue debilitar a sus adversarios, les salió el tiro por la culata, porque la Pink Panter se terminó volviendo el emblema del “SÍ”. Ahora podrán intimar al carpincho rosado, a la vaca rosa, o al Chapulín Colorado si quieren, pero ya la estrategia cumplió su objetivo y la campaña publicitaria se vistió más de rosado que la propia pantera que cada minuto se redibuja en miles de formas que se viralizan a cada instante. Hay hasta algunas panteras que según Google están exentas de derechos y que podrían usarse en cada cuenta personal, multiplicándose tantas veces como uno quiera sin que se le atragante a la doctora Bacot, ni al tío que se baña en el sauna ni al propio Bordaberry que es difícil que esté tan al margen de esa chanchada.

La  campaña se calentó de golpe y eso es lo que menos quiere el oficialismo que prefiere que el tema esté lo menos posible en la agenda de los medios.

Las encuestas difundidas no coinciden en sus resultados, lo que las vuelve más dudosas que de costumbre. La última encuesta de Equipos Consultores, empresa que dirige el asesor presidencial Zuasnábar, reconoce que entre indecisos y dudosos se cuenta más de la tercera parte del padrón electoral. Queda poco más de un mes para el acto electoral y el presidente bajó el perfil porque el resultado está abierto debido a la volatilidad e indecisión de buena parte del electorado y a la mesa chica a la que, según cuentan, le “entró el chucho”.

Todavía queda mucho por recorrer hasta el  27 de marzo  y los pingos se verán en la cancha. La campaña tiene más de un mes para terminar de afianzarse y los escándalos como los de la Pantera Rosa suman agua a los molinos del “SÍ”. El ingenio popular no se detiene y rápidamente circuló en las redes una ingeniosa poesía de Raúl Castro Brescia, que dice así:
“Una vez a una pantera/ le prohibieron el color/ y quedó tan bajoneada/ que fue a llorar a un rincón/ Pero vino un tal Juan Pueblo/ y al verla triste y mimosa/ un  27 de marzo  la volvió a pintar de rosa/ Cuentan que desde aquel día/ Juan Pueblo vivió feliz/ gracias a aquella pantera/ que le dijo SÍ al país”.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO