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El préstamo de la polémica

Laura Raffo y su pequeña máquina de impedir

Por Leandro Grille

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El 28 de diciembre de 2006, Uruguay y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmaron un convenio para establecer una línea de crédito condicional (Cclip) a ejecutar en tres módulos, destinados a poner a punto el saneamiento de Montevideo. La línea de crédito implicaba 200 millones de dólares que prestaría el Banco y 40 millones que aportaría la intendencia. Los tres módulos debían concretarse a razón de uno por quinquenio y el Cclip tenía una vigencia de 16 años. Esto es: la línea de crédito condicional quedaba abierta desde fines de 2016 hasta fines de este año, aproximadamente, según la operación elemental de sumarle a 2006 los 16 años de marras. El primer módulo fue el plan de saneamiento IV, que supuso un préstamo original de más de 100 millones de dólares del BID y más de 20 millones de aportes de la intendencia, que además después fue fortalecido. El módulo incluyó un montón de obras de saneamiento para mejorar la calidad de vida de buena parte de los montevideanos. Luego vino el Plan de Saneamiento V, que incluyó otro tramo de financiamiento del BID de cerca de 60 millones de dólares y 10 más aportados por la intendencia, y que se concentró en hacer obras de saneamiento en la zona de Manga. Y ahora tocaría el módulo tercero, el Plan de Saneamiento VI, que la intendencia ya elaboró con sus equipos técnicos, distribuyó a las bancadas de ediles, consiguió la autorización del MEF para negociarlo con el BID, logró la aprobación del BID, pero…blancos y colorados no quieren votar, a sabiendas de que todo préstamo que abarca más de un período requiere mayoría especial.
Los argumentos de la bancada del Partido Nacional, que aparece como la dueña de los votos de la coalición, sean estos blancos o colorados, son verdaderamente una fantochada, y apenas pueden disimular su voluntad de que no se produzca el préstamo, con el propósito de que la Intendencia de la ingeniera Carolina Cosse no pueda concretar las obras de saneamiento y modernización del sistema de limpieza del departamento. En suma, la bancada nacionalista, opositora en Montevideo, pero oficialista en el ámbito nacional, busca que fracase este préstamo, cuyo plazo de aprobación vence el 17 de febrero, para ponerle un obstáculo mayor a esta gestión del Frente Amplio, provocar descontento ciudadano, y así apuntalar la candidatura de Laura Raffo, una mujer con una ambición de poder desmesurada, al punto de que está dispuesta, en su permanente campaña electoral, a perjudicar a los habitantes del departamento.
Laura Raffo tiene el deseo de ser intendenta de Montevideo y esa es una tan legítima como improbable aspiración. Y las bancadas de ediles del Partido Nacional o el Partido Colorado pueden hacer con su voto lo que consideren más conveniente, pero están dando un espectáculo lamentable en su obstinación por poner en marcha la máquina de impedir. Todo Montevideo ya se dio cuenta que no tienen ninguna intención de negociar ni aprobar el préstamo. Y todo Montevideo ya se dio cuenta que los argumentos son un verso para vestir de forma elegante un ejercicio de pura mezquindad. La última carta de los blancos, que firma Laura Raffo, es medio brutal. Tiene el tono petulante y agresivo de los aristócratas que tienen poder, aunque más no sea el poder de controlar un puñado de votos claves cuando se necesita una mayoría especial. A la intendenta Cosse le va a ser difícil negociar allí, toda vez que es evidente que Raffo le tiene una bronca especial, como un resentimiento sofisticado. Desde que el directorio del BID aprobó el préstamo, y las bancadas multicolores hicieron público que no darían los votos con argumentos que, paradójicamente, invocaban su preocupación por “los más vulnerables”, la intendencia ya ofreció utilizar 12 millones de dólares de fondos propios para contemplar sus primeras objeciones y ahora ha ofrecido 12 millones de dólares más a su cargo para destrabar las negociaciones. Es decir, ahora alcanza los 24 millones de dólares la suma de fondos que la intendencia ofrece de sus propios recursos genuinos para financiar cosas, atendiendo las inquietudes que las bancadas opositoras habían expresado. Y no hay caso. Esperemos que esta situación se destrabe por el bien de Montevideo, pero todo apunta a que blancos y colorados, liderados por Laura Raffo, van a impedir el préstamo y truncar un programa de saneamiento de Montevideo con financiamiento internacional, que se viene llevando a cabo hace muchos años.

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