Nadie sabe, en realidad, lo que se puede encontrar en una casa ni que lo que puede terminar en el basurero sea una obra histórica, muy buscada, y con un valor millonario. Si no lo cree, lea esta historia. El Museo del Louvre de París adquirió el cuadro medieval del artista florentino Cimabue, 'La burla de Cristo', pintado hacia 1280, después de que en el 2019 una anciana, al encontrarlo en su cocina, casi lo tirara a la basura.
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La mujer, en cuya casa se descubrió el cuadro, no era consciente de que contemplaba a diario una valiosa obra de arte, creyendo que se trataba de un icono inútil procedente de Rusia y pensaba deshacerse de él.
Poco después de su descubrimiento, se vendió en una subasta a coleccionistas privados por 24,1 millones de euros, pero el Gobierno francés prohibió entonces su exportación al extranjero, alegando su importancia para el país. La antigua propietaria, de casi 90 años, murió 2 días después de la venta, legando la fortuna a tres herederos.
Posteriormente, se le concedió al Louvre un plazo de 30 meses para reunir el dinero suficiente para adquirir la rara obra. Recientemente se ha llegado a un acuerdo entre el museo y los propietarios del cuadro, por el que la obra pasa a formar parte de la colección del museo.
El 3 de noviembre, el Louvre anunció la adquisición del cuadro, así como la de otro "tesoro nacional": el dibujo 'Terraza marina' (1855) de Victor Hugo. No se reveló la cantidad que el Louvre pagó por la obra.
"El cuadro de Cimabue 'La burla de Cristo' representa un hito importante en la historia del arte, marcando una notable transición del icono a la pintura. Pronto se presentará junto a la 'Maestà', otra obra maestra de Cimabue perteneciente a las colecciones del Louvre y cuya restauración prosigue actualmente", afirmó la directora del museo, Laurence des Cars.