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Editorial Argentina |

Lacalle Pou, Macri y Bolsonaro

Los tres chiflados

Por Alberto Grille.

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Confieso que antes de escribir este editorial me invadió una sensación rara que iba de la vergüenza a la pena. Yo soy parte de una generación que tuvo la suerte, la extraordinaria suerte,  de conocer, aunque más no sea por los diarios, a la clase política que tuvo Uruguay antes de la dictadura, incluyendo a aquéllos que yo consideraba mis adversarios y los enemigos más duros de todo lo que yo pensaba: los dirigentes, líderes y legisladores blancos y colorados. Luis Hierro Gambardella, Amílcar Vasconcellos, el Coronel Nelson Constanzo y Manuel Flores Mora en el Partido Colorado; Wilson Ferreira, Alembert Vaz y Dardo Ortiz en el Partido Nacional.

Fui, participé y me lamenté en los funerales de Luis Batlle Berres, Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira Aldunate, los tres últimos caudillos. No puedo sino compararlos con los peligrosos e improvisados  políticos de hoy,  que sólo adoran los cargos y el poder.

Claro que lo mismo ocurre a nivel mundial. Hace 70 años actuaban Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Willy Brandt , Winston Churchill, Alcide de Gasperi, Franklin Delano Roosevelt, Mao Tse Tung, Indira Gandhi, Golda Meier e incluso el propio Stalin, que al fin y al cabo fue el que definió el triunfo sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Hace 50 años teníamos a Nikita Jrushchov, John Kennedy, Eisenhower, Robert Nixon,  Agostinho Netto, Abdel Nasser, Patrice Lumumba, Ben Bella y el más grande de todos Fidel Castro.  Hoy tenemos a Ángela Merkel y a los Sánchez, los Macron, los Podemos, los Syriza, para no hablar de la extrema derecha que ahora está avanzando sobre Europa y otros continentes.

Conste que no me afilio a la idea de que todo pasado fue mejor, ni milito entre los que consideran que el hombre feliz no usaba camisa. Tampoco pienso que ya no nacerán  en la esfera de este mundo filósofos como Platón, guerreros como Alejandro Magno, jinetes como Atila, genios como Leonardo, escritores como el Dante, pintores como Toulouse Lautrec, músicos como Beethoven,  estrategas como Lenin o poetas como Virgilio. Por supuesto que no.

Pero volviendo a tema: si uno observa a la luz de aquellos blancos y colorados de antaño,  la actualidad del espectro político opositor y tradicional, ¡el panorama es lamentable! Tamaño desastre y deterioro ni hasta el más pesimista podía anticiparlo. Es un mentís a Darwin: una verdadera involución de las especie.

Lobos disfrazados con piel de cordero como Julio Sanguinetti y Ernesto Talvi; empresarios haciendo su juego corporativo como Juan Sartori y Edgardo Novick, derrotados eternos como Jorge Larrañaga y Pablo Mieres, y una combinación de todas estas características negativas, unidas a una falta total de capacitación para todo y en particular para la Política, como ocurre con el candidato «desafiante» que parece tener más chance de enfrentar al candidato frentista en el balotaje de noviembre, Luis Alberto «Pompita» Lacalle Pou, que habiendo recordado a Atila, viene a ser como el caballo del Rey de los Hunos, que por donde pisaba nunca más crecía el pasto.

Conste que digo que parece, porque el outsider Juan Sartori, cabalgando sobre la incapacidad y el desprestigio de sus oponentes, le está mordiendo los talones a Pompita y a Larrañaga y se apresta a dar un batacazo electoral memorable que, además, podría poner a todo el sistema político contra las cuerdas y al Partido Nacional al borde de la explosión.

El desempeño -por lo menos en las encuestas- de Juan Sartori es realmente de atender y, eventualmente, de temer.  En una conversación que tuvimos hace algunos días, Sartori, mucho más maduro que cuando lo conocímos hace unos meses, nos dijo que llegó a la política para quedarse y que, si por una de esas cosas perdía -él parece creer realmente que va a ganar-, iba a estar en el Senado los próximos cinco años y después iba a postularse nuevamente para ser Presidente de la República.

Yo creo que, felizmente, la gran mayoría de la población (en particular los muchos colorados con los que hablo todos los días) ya tomó conciencia de la falta total de capacidades, habilidades y destrezas de Pompita Lacalle Pou, carencias que lo inhabilitan para dirigir a la República. Es que este «niño bien» -Pompita-, experto en nada, haragán y ambicioso que nunca trabajó en su profesión ni en ninguna otra actividad y sólo ha vivido surfeando olas entre ricachones y burgueses, nos da todos los días nuevas pruebas de su incompetencia. Por cierto, acaba de brindarnos una incomparable.

 

La cumbre de los fracasados peligrosos

Hace pocos días  en el Club Nacional de Fútbol de Fray Bentos, Río Negro, Pompita no tuvo mejor idea que referirse a una de las tantas cosas que ignora como «el relacionamiento con los países vecinos y, en especial, al funcionamiento del Mercosur». Se dice que la idea original de ir a Fray Bentos fue de su selecto cuerpo de asesores, a quienes se les había ocurrido que cuando fuera  a hablar de la geopolítica regional, había que hacerlo arriba de un puente binacional. Como Pompita no entendió la idea,  ordenó hacerlo en el Club Nacional, única institución con nombre aproximado en la ciudad litoraleña.

Todos sabemos que no hay peor mono que el que se enamora de sus ocurrencias. La última de Pompita es reiterar una de sus gracias, la de que el gobierno está agotado y solamente dormita. Como Pompita no entiende ni ama la Política, ignora lo que pasa en todos lados, salvo en su alrededor inmediato, y sus boberías no necesitan ni toleran confirmación alguna, volvió a insistir en la gran tontería de sugerir que el actual gobierno «hace la plancha». Y se rió una vez más de su chiste. Como humorista es de lo peor. Es peor humorista que político.

Pompita olvida, o no percibe aún, que la administración que preside Tabaré Vázquez está a punto de concretar la mayor inversión de la historia del Uruguay, cuyas muchas repercusiones seguramente no está en condiciones de entender. No se enteró que en las últimas semanas el Ministro Víctor Rossi firmó la concesión para construir la ruta del ferrocarril que atravesará medio país y que revitalizará y contribuirá a desarrollar el tan postergado centro de la  geografía del Uruguay.

Me imagino que los intendentes de Tacuarembó, Eber Da Rosa, el de Durazno, Carmelo Vidalín , el de Florida, Carlos Pájaro Enciso, ya estarán reflexionando sobre el desastre que sería Pompita gobernando los próximos cinco años,  sobre todo tomando en cuenta que tendría que gestionar la relación con los difíciles ejecutivos finlandeses de U.P.M, con los que tendría que enfrentarse si, como promete, se propondrá renegociar los contratos ya firmados por este gobierno que, según él, duerme y hace la plancha.  Es más, estoy seguro que estos intendentes junto al de Cerro Largo, Sergio Bottana, y el de Maldonado, Enrique Antía estarán tomando debida cuenta de los dichos de Lacalle Pou, porque si hay balotaje habrá que decidir en un mata mata qué queremos para el Uruguay del próximo quinquenio  Y me imagino que querrán un futuro seguro, más aún cuando Bottana y Enciso seguramente lo miren por tevé, porque de banca en el senado ni hablemos…

¿Qué más dijo en Fray Bentos este fenómeno de casi 46 años al que Juan Sartori ya le comió  los tobillos, aprovechándose de su falta de credibilidad y del desprestigio de ser hijo de una de las dinastías políticas más sospechadas de la historia de éste país? Pompita volvió a insistir con su «a mí me rebela un gobierno que espera que el mundo le pase por delante, yo quiero un presidente y un gobierno que salga a correr atrás del mundo para que no nos pase por arriba».

Se refería a la reunión cumbre entre Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, los admirados por Lacalle Pou presidentes de Argentina y Brasil. En el mismo acto según informa la prensa, «aseguró que en esa reunión se trataron temas importantes, como la posibilidad de una moneda del Mercosur, un acuerdo con la Unión Europea y los principales cambios que debería afrontar el bloque regional»

Al parecer Pompita «se mostró sorprendido por una nueva ausencia del Presidente de la República en una reunión de estas características» y se preguntó «¿dónde está mi presidente?, ¿dónde está mi presidente en ese momento?, Yo necesito un presidente que esté presente cuando se definen las grandes cosas…” Así Pompita terminó opinando que la ausencia de Tabaré en la cumbre Macri – Bolsonaro es un ejemplo que muestra que quienes nos gobiernan «no quieren estar», mientras que: «los que no estamos queremos llegar cuanto antes para ponernos a hacer las cosas» «.

 

Algunas precisiones para ilustración de Pompita:

Primero: la reunión entre los presidentes fracasados Mauricio Macri  y Jair Bolsonaro fue una reunión bilateral y no invitaron a ningún otro mandatario: ni al de Chile, ni al de Paraguay ni al de Uruguay. Así que, salvo que Tabaré cayera como peludo de regalo, no podía asistir. Tal vez le pasó como a Pompita que quiere estar donde no puede estar…..Pero Tabaré, al menos, tuvo la discreción de no proclamarlo a los cuatro vientos como lo hace Lacalle cuando lloriquea porque la gente no lo puso donde querías estar , como aquella mañana en el Hotel de Cerro Largo en que le pidió a Tabaré que no lo botijeara diciendo que sólo lanzaba al aire “pompitas de jabón”

Segundo: fue una reunión, entre dos mandatarios de derecha cuyos verdaderos objetivos desconocemos, ya que nadie que conozca de política puede creer que los señalados sean los reales. Más bien fue una reunión donde es mejor no estar. La reunión podrá haberse motivado para conversar sobre un pacto represivo o el pedido conjunto de ayuda a Trump, al que los dos admiran, pero para tratar lo de la moneda común no se precisaba reunión, necesitaban, tal vez antes, poner de acuerdo a los Bancos Centrales de ambos países que por lo que se sabe, ni analizaron la tal posibilidad.

Tercero: los dos presidentes, Mauricio y Jair, son ejemplo de rotundos fracasos en su gestión. Mauricio ha gobernado tan mal que hoy Argentina tiene un 34% de pobres, está en recesión aguda, se duda de que llegue a las elecciones, y ha asegurado el triunfo de la oposición. Jair, que tanta cosa prometió, afortunadamente no ha podido cumplir casi nada, salvo permitir la proliferación de armas para matar pobres, como predicó en su campaña.  Gracias a él Brasil está entrando de nuevo en recesión y cuando quiso intervenir militarmente en Venezuela, sus propias Fuerzas Armadas (las que se supone que él comanda) le dijeron que eso no iba a ocurrir y se quedó «afeitado y sin visita».

Cuarto: Jair Bolsonaro intervino como si fuera un Procónsul romano en los asuntos internos de la Argentina: primero hizo vestirse al payaso de Macri con una camiseta y una gorrita de la selección de fútbol brasileño, que además era la de Neymar, acusado de defraudaciones fiscales, y ahora de violación y violencia física manifestada en golpes contra una mujer.

También dio consejos a los argentinos sobre cómo comportarse en las próximas elecciones.

Quinto: hay evidencias de que Bolsonaro desprecia a la Argentina de Macri. El Presidente argentino  viajó a Brasilia apenas dos semanas después que asumiera «el capitán».  A diferencia de sus antecesores, que realizaron su primer viaje oficial de Estado a Buenos Aires, ésta es la cuarta salida de Bolsonaro, que eligió ir primero a Estados Unidos, Chile e Israel.

Sexto: Cuando estos dos presidentes, que además  de todo son grandes mentirosos, anunciaron la creación de una moneda común que se llamaría «peso real» entre Argentina y Brasil (que además iba a extenderse después a todo el Mercosur, a cuyos otros mandatarios obviamente no consultaron) y que habría un banco central común entre ambos países, todos los que leímos la noticia supimos de inmediato que se trataba de una gran macana, que no tenía el menor viso de seriedad. Podría haberle preguntado a su padre o a Sergio Abreu o al propio Ignacio de Posadas que está en la lista de Senadores de la 71, la tradicional lista del herrerismo en Montevideo. Pero no, “lo que natura non da, Salamanca non presta”.

¿Qué dicen de ésta idea los asesores  de Pompita? ¿Están o no de acuerdo con la moneda común? , ¿Que opina Pompita sobre éste propósito?  ¿Le conviene al Uruguay o no?

Pero, sabe Pompita lo que ocurrió después del anuncio: así como las Fuerzas Armadas de Brasil le dijeron oficial y públicamente al Comandante en Jefe Jair Bolsonaro que no intervendrían en Venezuela, el Banco Central del Brasil negó el viernes 7 que se vaya a esa moneda común. «El Banco Central del Brasil no tiene proyectos o estudio en marcha para una unión monetaria con Argentina”, dice el comunicado oficial de la autoridad monetaria brasileña, agregando piadosamente que «existen apenas, como es natural en la relación entre socios, diálogos sobre estabilidad macroeconómica, así como debates acerca de la reducción de riesgos y vulnerabilidades y fortalecimiento institucional».

El Banco Central de Brasil emitió ese comunicado mientras Bolsonaro, que seguramente se enteró por la prensa, se encontraba todavía en Buenos Aires reunido con Macri. Esos son los dos presidentes reaccionarios, neoliberales, oligárquicos y fracasados que Pompita admira.

Queda claro cuánto le hubiera gustado a Pompita estar ahí en el medio, disfrazado de Messi, haciendo la bandera en la Casa Rosada, mientras los dos gigantes se reían del “petiso compadre” de crenchas e implantes rubios

 

*Esta nota fue publicada en Caras y Caretas Diario

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