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A dar pelea

Marcelo Abdala: «Vinieron por todo»

El movimiento sindical considera que el sector empresarial más duro y conservador está marcando la agenda del gobierno y ya no oculta su intención de «arrasar» los Consejos de Salarios y «sepultar la negociación colectiva».

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En este contexto, el presidente del Pit-Cnt convocó a referentes de todas las corrientes sindicales para analizar los posibles escenarios futuros y advirtió que el movimiento sindical no se dejará «acorralar» y saldrá a dar la disputa en las calles y «con los de abajo».

Los exabruptos y la violencia política con la que actuó la vicepresidenta de la República -una vez más- parecen dejar en claro que el pulcro cuidado de las formas y el meticuloso maquillaje de la realidad -que fue identitario del actual gobierno- comenzó a resquebrajarse. Y tal vez haya que leer este nuevo lenguaje político como un sinceramiento de quienes están convencidos que sus derechos están por encima de los derechos de los demás. La lógica absolutista de L'État c'est moi parece una nimiedad si se compara con la agresividad actual con la que desde el poder se intenta desprestigiar a académicos, periodistas, juristas, investigadores, sindicalistas, docentes, maestras y hasta senadoras y diputadas de la oposición. Y también es consecuente con la prepotencia que se percibe en algunos pasillos, poco antes de ingresar a reuniones de negociación colectiva, por parte de algunos abogados representantes de empresas que se saben envalentonados por una especie de VAR amigo que juzga a favor del más fuerte y dueño de la pelota.

En este marco, el gobierno movió fuerte con la decisión de avanzar con el proyecto de ley que modifica la Ley de Negociación Colectiva, lo que fue celebrado como una victoria por las cámaras empresariales. Inmediatamente, el movimiento sindical marcó postura, rechazó de plano el intento oficial por "quebrar la columna vertebral de la negociación colectiva en Uruguay" y adelantó que se apresta a “defender de manera categórica la negociación colectiva en el país y los derechos de los trabajadores”.

¿Cuál es tu visión del actual momento que estamos viviendo y cómo se para el movimiento sindical en el escenario actual?

En primer lugar, tratamos de desarrollar un análisis riguroso del estado de la situación. A partir del referéndum que fue un proceso de enorme magnitud en la vida nacional, nosotros nos encontramos ante un Poder Ejecutivo que, procesando el ajuste del capital contra las grandes mayorías a través de distintos mecanismos, está en una situación muy compleja. A pesar de sus promesas electorales, no logra pegarle en el clavo y no pudo resolver los temas de la seguridad pública. Creemos que tiene otros objetivos, como por ejemplo llevar adelante una reforma regresiva de la seguridad social. Hay que ver si los socios de la coalición van todos detrás de ese objetivo o si se producen contradicciones. Ahora, ubica un proyecto de reforma de la negociación colectiva que, en la apariencia de cumplir los dictámenes de la OIT, implica un retroceso sumamente peligroso en las relaciones laborales. Peor aún si tenemos en cuenta que públicamente la Cámara de Industrias y la Cámara de Comercio han planteado que no se dan por conformes con ese proyecto de retroceso, sino que quieren ir a más en dilapidar los mecanismos institucionales de la negociación colectiva por rama de actividad en los Consejos de Salario. Además, estimulan procesos de privatización de la OSE, inclusive vulnerando decisiones que el soberano tomó cuando estableció que el agua era un recurso que había que manejarlo de manera estatal pública por el carácter derecho humano fundamental. Estamos frente a un Poder Ejecutivo que, procesando un ajuste e impulsando reformas y cambios regresivos, empieza a tener dificultades con la cuenta regresiva del reloj de los tiempos políticos. Por esa razón, ese nerviosismo, esa desesperación, se convierten abiertamente en ataques antisindicales. Pero en el fondo, creemos que la voluntad expresa de la coalición de gobierno es la de impulsar una reforma de la seguridad social regresiva y el proyecto de ley de negociación colectiva de retroceso de derechos. Y en la misma dirección, este gobierno está decidido a transitar el camino de la privatización del agua potable, impulsar una Rendición de Cuentas regresiva, debilitar la negociación colectiva sin pestañear que estamos transitando una carestía feroz y una rebaja salarial. Desde el punto de vista de la defensa de los legítimos intereses de los trabajadores, no queda otra que estimular la iniciativa y la movilización. Por eso y frente a esos ataques, al movimiento sindical no le queda otra que estimular el nivel de organización, unidad, conciencia y lucha. Por tanto, vamos a tener un mes de junio muy movilizado y el 7 de julio realizaremos un paro general en el que marcaremos nuestra postura sobre la marcha del país.

Algunos temas de la agenda del gobierno, como ir hacia una reforma de la seguridad social o modificar la ley de medios, de manera más o menos explícita se conocieron durante la campaña electoral en 2019. ¿Les sorprendió el proyecto Neptuno?

Cuando tú tienes un énfasis unilateral en abatir el déficit fiscal por sobre todos los demás elementos de las políticas públicas de un gobierno, limitas de manera notoria cualquier posibilidad de inversión estratégica del Estado. Y allí aparecen estas formas de inversión que son absolutamente enajenantes del patrimonio y de la gestión pública. Y que, obviamente son contrarias al interés colectivo, al interés social y al interés nacional. Porque si bien todos podemos estar de acuerdo en un objetivo como la mejora de la capacidad de abastecimiento de agua potable para el país y en particular para el área metropolitana, diferimos en las soluciones elegidas. Lo que se plantea ahora es concederle a privados la gestión del agua potable, algo que no le da las garantías a la población y que implica un pago por 30 años de algo que el soberano dijo que debería manejar el Estado. Pero además supone -ni siquiera en nuestra lógica sino en la lógica de la actual OPP- que se trata de “pan para hoy, pero hambre para mañana”. Porque hoy podrá servir para abatir el déficit fiscal, pero endeuda al país y genera un detrimento de los ingresos públicos por los próximos 30 años. Por esa razón, según nos explicaban nuestros compañeros de Ffose, incluso dentro de la propia coalición de gobierno tienen diferencias en esta materia. Lo que quiero decir es que esta lógica llevada a sus últimas consecuencias trae estos problemas.

Distintos dirigentes sindicales hablan del “envalentonamiento empresarial” con viento a favor que gozan con el actual gobierno. Esta semana afirmaste que el gobierno está favoreciendo a las patronales. ¿Cómo se sigue adelante?

El Grito de Asencio del movimiento sindical en esta circunstancia actual va a ser la defensa de la negociación colectiva. Insisto en que estamos ante un proyecto de retroceso porque cambia los términos de la organización, de las posibilidades de negociación colectiva, de beneficios extra salariales que -según la norma vigente- iban a durar por tiempo indeterminado. Y ahora se tendrían que negociar punto a punto, en cada mesa de negociación. Esto es llevar a la práctica el discurso patronal. La Cámara de Industrias y la Cámara de Comercio están celebrando y brindando en este momento. Y van por más. Pretenden que en el Consejo de Salarios no se defina el aumento salarial. Y eso sería vulnerar a gran escala el conjunto de la negociación colectiva. Cuando hay un proyecto de este tipo, es que cerramos filas, nos colocamos espalda con espalda y saldremos a dar nuestra batalla en las calles y con los de abajo. Así lo hicimos saber este miércoles en el que creo dimos una señal simbólica muy potente e interesante. Reunimos a presidentes y secretarios generales de todos los gremios en defensa de la negociación colectiva. Luego comparecimos como Pit-Cnt en el Parlamento para aportar nuestra visión en donde se analizan las modificaciones a la negociación colectiva y la personería jurídica. Y allí llevamos nuestra postura de defensa de la libertad sindical. En este marco, ayer comenzamos el proceso de movilizaciones con la gran movilización de la industria (Confederación de Sindicatos Industriales), pero que sigue con un plan de acción que incluye movilizaciones de la educación (CSEU), los trabajadores de la administración central (COFE), de la salud (FUS), de las empresas públicas (MSCE), la construcción (Sunca) y que se sintetiza en el paro y movilización del 7 de julio. Objetivamente, todo esto es un proceso de agudización de la lucha de clases.

¿Por dónde aparecen las respuestas para la gente? Te lo pregunto porque parecería que está faltando cierto espacio de diálogo.

Estamos ante un ataque directo del capital y del sector patronal. Están apareciendo los planteos radicales contra los sindicatos, que están al límite de dañar la democracia a la que estamos acostumbrados en este país. Porque son planteos que vulneran o atacan derechos elementales de la clase trabajadora que es la más desposeída. Y según nuestra Constitución, se debería proteger y no intentar asfixiar. Pero esta gente hace lo contrario porque frente al ajuste y al fracaso de determinadas políticas públicas -podríamos hablar de seguridad, salario, y tantas otras- entonces agudizan el ajuste que rebaja los ingresos de la población, pretenden impulsar una reforma regresiva de la seguridad social y un proceso de retroceso en la negociación colectiva. Todo esto en un marco en el que estas políticas comienzan a perder legitimidad desde el punto de vista del respaldo de la población. Por eso creo que estamos ingresando en una zona compleja, peligrosa, en donde aparecen estas voces de vulgar persecución antisindical.

El movimiento sindical le planteó al presidente de la República algunas medidas para promover la industria nacional, a través de las compras públicas del Estado. Sin embargo, el Poder Ejecutivo no implementó nada al respecto ni la Cámara de Industrias se pronunció en su defensa. ¿Le faltó humildad al equipo de gobierno y a los industriales para reconocer primero y luego impulsar una buena idea del Pit-Cnt ?

Según nuestros compañeros y compañeras del Departamento de Desarrollo Productivo, dicho acuerdo inicial, auspicioso, no redundó luego en ningún proceso práctico de implementación de mecanismos de promoción a la industria nacional. No quiero involucrar a todos los propietarios de las empresas industriales, porque nosotros somos industriales, solo obreros. Pero a veces da la impresión que el presidente de la Cámara de Industrias, en sus planteos, defiende más los agronegocios que a la propia industria manufacturera. Porque en realidad todos los planteos del Pit-Cnt tienen que ver con estimular la demanda interna, con estimular el desarrollo de cierto desenvolvimiento de la industria manufacturera, superar el actual exceso de desindustrialización o desindustrialización temprana y propender a que el sector industrial sea un sector más potente en la vida nacional. Porque eso también implica más clase obrera, salario, categoría, respeto a la formalidad, que en general está muy asociado al peso, la proporción de participación de la industria en el conjunto del PIB. Pero todo esto parece no existir en los planteos de la Cámara de Industrias.

¿El gobierno está acorralando a los sindicatos?

Yo creo que eso pretenden, pero no lo han logrado ni lo pueden lograr por la orientación de principios del movimiento sindical de desarrollar una labor absolutamente capilar. Desde mi punto de vista, la preparación del proceso que termina el 7 de julio tiene que ser intensa en diálogo con el pueblo, con la misma metodología que juntamos las firmas y conseguimos los votos por el Sí. Tendremos que organizar barriadas, salidas, todo un proceso de comunicación con el pueblo para que comprenda que estamos defendiendo intereses vitales de la clase trabajadora. Porque cuando les va bien a los trabajadores, les va bien a las grandes mayorías nacionales y populares. Y explicar que esta acción del movimiento sindical es a favor de la gran mayoría. Obviamente, se trata de la población asalariada, la población trabajadora en general, los jubilados que vienen con procesos pesados de rebaja salarial de la jubilación, que ajustan sus pasividades en función del índice medio de salarios y los pequeños industriales, comerciantes y productores agropecuarios que tienen su suerte vinculada a la demanda interna. Porque si la participación de los trabajadores y de los jubilados en la riqueza nacional crece, eso inmediatamente irá a los sectores medios de la producción nacional. Por tanto si rascas un poco y analizas más profundamente cómo están planteados los movimientos de cada sector en el teatro de operaciones del país, claramente el planteo del movimiento sindical es muy difícil aislarlo siempre y cuando tengamos una buena política de comunicación. Porque definitivamente nuestro planteo no apunta únicamente a los intereses de los trabajadores, sino que lo hace en función de la gran mayoría de la población.

Durante el proceso del referéndum, algunas movilizaciones sindicales fueron desalojadas por la Policía. La LUC aún no estaba firme, pero ahora sí. ¿Crees que ahora habrá represión? ¿Han hablado con el Ministerio del Interior y el sindicato policial sobre las movilizaciones de junio y julio?

Siempre en estas circunstancias el gesto represivo está latente. Pero nosotros nos remitimos a actuar en respeto a la normativa vigente y comunicar abiertamente las acciones que planteamos que están en el marco de las garantías individuales y colectivas y en el marco de la Constitución y las leyes. Después, nosotros no tenemos que hacer más que eso.

Hay una delegación del Pit-Cnt en la 110ª Conferencia de la OIT en Suiza, esta semana fueron al Parlamento, van a los medios masivos. Y ahora vuelven a las calles. La defensa del movimiento sindical está desplegada en distintos planos y ámbitos.

Absolutamente. Estamos convencidos de la necesidad de persistir como la gota que horada la piedra, en que hay que ir hacia un mundo más justo y más equitativo. Tenemos que ser capaces de ir a un nuevo orden económico mundial. Este es un mundo que está gobernado por un puñado de trasnacionales y que circula al ritmo del capital financiero internacional y que su resultado es un crecimiento exponencial de la desigualdad al punto de que el 1% más rico de la población tiene la misma riqueza que 3.700 millones de seres humanos, la mitad del planeta, es irracional, es contra la naturaleza y contra el ser humano. Y eso reflejado en una OIT que nosotros no idealizamos, no está al margen de la relación de fuerzas internacionales, habla de defender los derechos laborales, de defender leyes de conquista para los trabajadores, de defender la negociación colectiva, por contrario a la queja de la Cámara de Industrias y la Cámara de Comercio. Al contrario, este es un mundo que entre los cambios que deberían producirse, debería ser intenso en negociación colectiva y Consejos de Salarios en toda América Latina y el planeta, porque la crisis que hay, que es humana, que es civilizatoria, en primer lugar, es una crisis de desigualdad. Para nosotros, el movimiento sindical clasista, es muy importante participar en todos los ámbitos globales en donde esta bandera se pueda presentar. Y en donde actuamos no solamente desde el punto de vista de nuestros intereses inmediatos a escala nación, sino que levantamos la mirada y como Pit-Cnt intervenimos en cuestiones que hacen a América Latina y al movimiento obrero internacional, que es minoría en la OIT, que es tripartita y eso implica que están los estados capitalistas, más la Unión Internacional de Empleadores, que son los jefes de esa institución.

La violencia machista no cesa y por estos días hay cierto riesgo de “naturalizar” las noticias que informan femicidios y la aparición de cuerpos de mujeres desmembradas. Al mismo tiempo, la vicepresidenta de la República enfureció cuando una senadora quiso hablar de los femicidios y la mandó callar. ¿Qué nos pasa? ¿Qué está haciendo el movimiento sindical con el abordaje de la violencia hoy?

Los femicidios son hechos de naturaleza deplorable, pero que de ninguna manera podemos naturalizar como sociedad. Nos siguen generando la misma indignación y conmoción social que siempre. Naturalizar los femicidios y la violencia en general sería un error y un horror. Desde la perspectiva más teórica, personalmente soy defensor del feminismo marxista, lo quiero decir con todas la letras porque hay distintas variantes en el análisis de la cuestión de género y para mí la cuestión central es cómo se reproduce en la cultura capitalista, que sabemos es la cultura que promueven las clases dominantes. Una situación en la cual la condición de la mujer implica en general la triple jornada de trabajo, implica que cumplen una función central para la acumulación de capital que es la reproducción de la vida, la reproducción -entre otras cosas- de la fuerza de trabajo, por un trabajo que no es remunerado, que es gratuito y que acumula a un fondo de acumulación de capital del que se apropia esta sociedad y este sistema de manera inmediata. ¿Cuál es el problema de fondo? Por las condiciones de depredación salarial, la mujer debe salir masivamente al mercado de trabajo. Pero simultáneamente, se mantiene una cultura que encajona a la mujer en la reproducción familiar no remunerada. Y eso trae cambios culturales y emergen los feminismos que es un hecho absolutamente saludable; una corriente que en su heterogeneidad ayuda a transitar un camino de emancipación humana. Y hay que ser absolutamente respetuoso y en particular, nosotros los varones, muchas veces, tendremos que dar un paso al costado y dejar que el o los feminismos se expresen se la manera que se expresan. Estamos hablando de un cambio cultural enorme. Pero para volver al punto de tu pregunta, debemos ser críticos radicales de este orden que impera, y debemos frenar de plano estos femicidios espantosos y esta violencia que es expresión de barbarie. Como movimiento sindical tenemos que apuntar a una sociedad más humana, más diversa, más respetuosa de todas las diversidades, más equitativa en el reparto del trabajo en todos los planos y que efectivamente permita que todo el mundo pueda construir su vida y su felicidad en estas condiciones. La construcción de una perspectiva de género, el cambio cultural en la sociedad y dentro del movimiento sindical se construye a diario. Por ahora estamos recién comenzando. Y lo digo con claridad porque es así. Hay mucha buena intención, intensas elaboraciones, un esfuerzo, una enorme de la militancia feminista del movimiento sindical, pero también debemos superar algunas rigideces dentro del movimiento sindical para poder ver en toda su dimensión, la contribución y aporte que los feminismos le pueden y deben hacer a la lucha emancipatoria humana.

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