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Política

Las inevitables

Más de 5.000 historias de vidas

Por los años 70, dos referentes de la comunidad hippie, un activista integrante del partido Panteras Negras y tres universitarios del ala socialista del Partido Demócrata fueron llevados a juicio ante un tribunal en Estados Unidos acusados de promover disturbios en la ciudad de Chicago en una manifestación contra la guerra en Vietnam. A los años se descubrió la farsa de aquel juicio orquestado por fiscales que seguían las directivas del Presidente Nixon, pero el alegato de los acusados fue leer la extensa lista de los soldados caídos en aquella aventura bélica.

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A la hora de escribir esta nota, han fallecido 5.036 personas a causa del coronavirus sin distinción de sexos, razas y edades.

Recientes y diversos colectivos de ciudadanos vienen expresando con fuerza la necesidad de que estos fallecimientos dejen de ser una cifra y pasen a integrar una lista que permita humanizarlos.

Algunas propuestas incluso manejan la posibilidad de que las intendencias construyan un espacio a modo de memorial con los nombres de los fallecidos.

En pleno debate sobre si la causa de estos fallecimientos se ubica en la mala gestión de la pandemia por parte del gobierno o en el ejercicio no correcto de la “libertad responsable”, en si las muertes eran evitables o son la consecuencia natural de una epidemia planetaria, las muertes se siguen produciendo.

Solo en la primera quincena de junio fallecieron 768 ciudadanos a causa de la covid-19.

En marzo del 2020 cuando nos asomábamos al arribo de la pandemia en nuestras costas, el diario El País intentaba llevar tranquilidad a la población con datos históricos. El 20 de marzo escribía:  “La covid-19 no es el primer virus que provoca una epidemia en Uruguay. A lo largo de la historia se han producido brotes que han llevado a la muerte a miles de personas y causaron graves problemas económicos. ‘Aun así, el país salió adelante’. [El destacado es nuestro]

La epidemia de fiebre amarilla en 1855 costó la vida de 888 personas”.

Otros informes contrarrestan la versión utilizada por El País y hablan de más muertes por la conocida Gripe Española, pero los muertos por covid-19 en Uruguay, casi un siglo después y con el alto desarrollo tecnológico y científico en el mundo de la medicina, superan aquellas cifras oficiales.

En el programa Mejor hablar de M24, el escritor y expreso político Mauricio Rosencof expresaba: “Impresiona ver cómo se maneja la información de la covid-19. Se dan las cifras y seguidamente se pasa a otro tema. Dicen ‘mirá que bien, estamos vacunando’.

Nadie entrevista a los deudos, nadie cuenta la edad que tenían los fallecidos, que hacían y en qué trabajaban. Han logrado a través de la publicidad y de la forma en que se informa que los muertos se conviertan en números”.

Quizás el problema estribe en la forma estadística en que se concibe la vida actual; a las frías cifras de fallecidos por covid-19 y cuando esta pandemia deje de ser el centro de atención, habrá que agregar la cifra de uruguayos acudiendo a las ollas populares como único recurso para alimentarse, la de los fallecidos por hipotermia en la vía pública, los desalojados de casas y pensiones.

Parece necesario vencer el pudor de la exposición de las intimidades para poder volver a sensibilizar y eso necesita como especie reconocerse en la dimensión humana.

 

Las capacidades del país

Los riesgos de saturación de los CTI en su momento mas crítico fue superado, según algunas versiones, por el alto nivel de fallecimientos, y sobre el problema específico de la capacidad física, los trabajadores de la salud alertaban de que la inversión en infraestructura debía ser acompañada de los recursos humanos correspondientes.

El incremento de servicios fúnebres ha recibido los impactos de la covid-19.

En el total de los cementerios municipales de Montevideo, comparado mayo de 2019 con mayo de 2021, ha sido de 41,04%, la cifra más alta del mismo período comparado desde febrero, según el informe de Necrópolis de la Intendencia de Montevideo.

Algunos medios manejaron la posibilidad de ampliar las zonas de fosas del Cementerio del Norte, pero del informe oficial surge que esa posibilidad aún no se está manejando.

“Respecto a un número de nuevas fosas todavía no está establecido”, expresa el informe que agrega: “Se proyecta la construcción de caminería para nuevo sector de fosas, pero es algo que está iniciando su proceso. El equipo de arquitectos de la Dirección de DDU y Peyco realizó la visita. A partir de esta evaluación de necesidades, cálculos y los recaudos para su viabilidad, se trabajará en el proyecto y luego en su ejecución. Lo solicitado es construir un nuevo cuadro dentro del sector fosas, pero eso se verá en función de la necesidad de locaciones. Las intervenciones programadas dan cuenta de la necesidad de inversión en los cementerios especialmente y responsablemente en tiempos de pandemia y aumento de mortalidad, pero no es un plan de contingencia ni estamos frente a una situación de saturación. Una obra próxima a finalizar es la nueva unidad térmica en el complejo crematorio para incinerar féretros y sacarlos de circulación de la ciudad”.

El informe agrega además los Proyectos en Desarrollo: “Tapas para tubulares – Proyecto de construcción de tapas reutilizables con material reciclado (plásticos, otros polímeros reciclables, etc.) Caminería Tubulares: 1era. Etapa: Mejora y reparación de drenajes pluviales. 2da. Etapa: Reparación calles internas. Zona enterratoria de Nichos Colectivos (Zona Avda. Aparicio Saravia), son 850 locaciones, se repararán los nichos, puertas nuevas y sistemas de sostén de féretros. se proyecta nueva caminería en esa zona para acceso de carrozas fúnebres. Mejora de las áreas verdes de la zona de novel enterratoria y reparación de jardineras para ofrendas florales. Cerramiento de portón zona Saravia lindera a nueva zona enterratoria. Coordinación con UTAP para iluminación de la zona. Respecto al personal se trabaja bajo un estricto protocolo sanitario (escrito y firmado) por los involucrados en las tareas.

El Comité de Seguridad Laboral integrado por cargos de Conducción de la Unidad y de un representante de los trabajadores permanece en sesión permanente. El mismo se nutre de la experiencia en las tareas, en las pautas sanitarias del MSP, y en lo municipal de la División Salud y del Servicio de Salud y Seguridad Ocupacional. En cuanto a lo estresado del sistema, los protocolos prevén un descanso extraordinario semanal, así como la finalización de la obligación presencial al finalizar las tareas diarias de todos los funcionarios. Asimismo están separados en burbujas sanitarias para evitar posibles contagios. Es de tener en cuenta que avanza el programa de inmunizaciones (vacunas) para todos los funcionarios. Se gestionó el apoyo psicológico y emocional para todos, estando en etapa de coordinación tal acción.

Es prioridad de la administración departamental mejorar las condiciones de trabajo de los funcionarios y funcionarias que están en esa línea de atención tan sensible y notoriamente afectada por protocolos que han obligado a eliminar visitas, aforar las inhumaciones y contener el ingreso de familiares y amigos. Por otra parte bien son necesarios más recursos humanos según el director del Servicio Fúnebre y de Necrópolis. Hoy el número total de funcionarios de todo el servicio es 200. Hay expedientes en recursos humanos pidiendo choferes, obreros y administrativos. Si bien se necesitan -por el funcionamiento habitual de cada servicio-, en pandemia es lógico que el sistema esté resentido. Hay contactos y bajas por contagio como nos sucede a todas las dependencias, en todos los ámbitos laborales”.

 

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