Fiscalía de Paraguay acusó este domingo a Gustavo Hernán Servián Zárate, por homicidio en calidad de cómplice. Está sindicado de haber realizado diligencias para ocultar el vehículo que se habría utilizado en el crimen del uruguayo Diego Andrés Olivera Cabrera, de 37 años, primo de Sebastián Marset, ocurrido el 23 de octubre de 2020 en Mariano Roque Alonso.
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Según la acusación del fiscal de la Unidad Especializada en Crimen Organizado, Alejandro Cardozo, presentada ante la jueza penal de garantías N° 2 de Luque Cecilia Ocampos, a las 21:58 del 23 de octubre del 2020 fue asesinado con dos disparos de arma de fuego calibre 9mm. Diego Olivera Cabrera y su cuerpo, arrojado desde una camioneta Mercedes Benz blanca, modelo GLA 220 CDI, entre las calles Capitán Emigdo Ojeda Rojas y R. Amarilla del barrio María Auxiliadora de Mariano Roque Alonso.
La acusación refiere que a través de las filmaciones recogidas de varias cámaras de circuito cerrado, se observó que habían dos vehículos y que a las 21:58:49 pasó del primer rodado -Mercedes Benz blanco- del cual cayó una persona que quedó tendida sobre la calle empedrada. Segundos después, se acercó una camioneta blanca de la marca BMW, presumiblemente modelo X6, que redujo la velocidad, rodeó a la persona caída que tenía cinco impactos de proyectil, dos de ellos con orificios de entrada y salida, y siguió su marcha.
Otra cámara captó a los dos vehículos circulando a alta velocidad tras el hecho y que luego ingresaron a un callejón a las 22:04. Ambos vehículos quedaron estacionados por algunos minutos, el Mercedes Benz GLA 220 CDI adelante, supuestamente guiado por el investigado Jeis Leonardo Urquhart de Lacerda, alias “El Jefe” o “Gordo” (dirigente cartista señalado de ser parte de la Sintonía Paraguay del PCC) y el BMW atrás, en el que supuestamente estaba Mauricio Daniel Schwartzman Parnes, asesinado el 12 de setiembre de 2021, dos días después de que Marset fue detenido en Dubái.
Intentaron deshacerse de la camioneta usada en el crimen
El 28 de octubre Marcos Ortega había recibido la camioneta Mercedes Benz, para guardarla en su domicilio, de parte de una persona que describió como “gorda, blanca, alta, con barba, a la que llamaban ‘El Jefe’”. Al mismo le habían dicho en principio que el rodado estuvo involucrado en un accidente de tránsito, sin embargo cuando la recibió no notó rastros del percance, lo que le resultó llamativo.
Según la acusación, el 30 de octubre Marcos Ortega y Gustavo Servián, mantuvieron una comunicación fluida vía WhatsApp, para conocerse y también pactar pagos por “guardar” el vehículo.
En ese contexto, Marcos Ortega fue junto a “El Jefe” el 4 de noviembre para retirar la llave de la camioneta que, tras guardar el vehículo había entregado de vuelta. En esa oportunidad, expresó su intención de comprar el vehículo, y el otro sujeto le indicó que, por ser una persona de confianza de Gustavo Servián, le iba a vender la camioneta por solo 40 millones de guaraníes.
Pero, El Jefe también le expuso en ese momento que “dentro de la misma se le mató a un uruguayo en Mariano Roque Alonso, por abrir la boca y que por ello se querían deshacerse de ella”.
Detectaron sangre humana dentro del vehículo
Ortega fue contactado por Federico Miranda, quien declaró ante Fiscalía que conocía a Gustavo Servián Zárate a través de su hermano, Luis Alberto Servián Zárate con quien trabajó en licitaciones. Este último fue investigado en el operativo Oasis y actualmente debe afrontar juicio oral en el caso Scanner, también vinculado a negocios de narcotráfico.
Es más, Marcos Ojeda tras tener el precio de venta de la camioneta, se comunicó con Federico Miranda y le manifestó el plan de “sacar mayor ganancia” por el vehículo y entregarle a “El Jefe” solo los G. 40 millones que pidió. Así, Miranda recorrió playas para intentar vender al Mercedes Benz, pero durante ese recorrido, el 10 de noviembre, se incautó el rodado por la Policía de Automotores.
Ortega relató también ante el Ministerio Público que se comunicó con Gustavo Servián, pero luego este le bloqueó en el teléfono y poco tiempo después, “El Jefe” se comunicó con él y le advirtió “trata de solucionar o sino hendyta (prenderla fuego)”.
La camioneta fue sometida a inspección y en cuanto a la matrícula que portaba en ese momento “FFF 707″ se constató que era apócrifa. En abril de 2021, se llevó a cabo también la verificación forense del interior de la camioneta y se constató, mediante el reactivo Luminol, la presencia de sangre humana en el asiento trasero, del lado derecho, donde habría sido asesinado Diego Olivera, primo de Marset.
En un chat con Tío Rico, Marset reveló autoría de homicidio de su primo
En la acusación N° 4 presentada en mayo pasado, por el fiscal Deny Yoon Pak en el caso A Ultranza Py contra el presunto narcotraficante paraguayo Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, se detalla una conversación que tuvo el acusado con Marset, quien por la aplicación de mensajería encriptada “Sky ECC” le manifestó en la madrugada del 24 de octubre de 2020 que asesinó a alguien y arrojó su cuerpo cerca del domicilio de Tío Rico, ubicado en Mariano Roque Alonso.
En la acusación contra Tío Rico se describe lo dicho por Sebastián Marset, “el 24 de octubre de 2020 le comentó que “le mató con «dos buenos tiros», cerca de la casa de Miguel Insfrán, pero que la víctima del homicidio se tiró del auto, por lo que le pidió al acusado que se fije, porque quiere estar seguro de que esté muerto”.
El chat que mantuvo Marset bajo el alias “Omelet” con Tío Rico, que usaba el alias “Rally” en la aplicación Sky ECC, fue algo muy revelador para el fiscal.
A esto se suma lo dicho por “El Jefe” a Marcos Ortega, y también lo declarado por la pareja de Ortega en Fiscalía: “el sábado pasado me cuenta mi pareja que estuvo hablando con ‘El jefe’, por teléfono y en ese momento este le comenta que le iban a matar al uruguayo en otro lugar, que añosle estaban llevando en la camioneta a otro lugar para matarle, pero se dio cuenta que le iban a matar y quiso escapar, del vehículo entonces”.
Todos estos elementos hacen suponer que fue Marset quien realmente se encargó de “callar” a su propio primo en aquella ocasión, para luego abandonarlo y pedirle a Tío Rico que verifique si murió o no.
Este último, confirmó el fallecimiento a través de policías con los que tenía contacto, según fuentes de la Fiscalía.
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