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"Cuando fui a Rusia [en febrero de este año] conseguí fertilizantes para el "agronegocio" y ahora está casi cerrado para comprar diésel mucho más barato de Rusia, donde Petrobras, algunos, compraban más caro", dijo en una conversación informal con simpatizantes en el Palacio de la Alvorada de Brasilia, su residencial oficial, según recoge el diario O Globo.
Hace dos semanas, Bolsonaro ya habló de esa posibilidad y aseguró que el tema había sido debatido en una conversación con el presidente ruso, Vladímir Putin. Tras la conversación con sus seguidores, Bolsonaro volvió a referirse a las negociaciones con Rusia ante la prensa y citó un plazo de entrega de dos meses.
"Está cerrado, en 60 días [el diésel] puede empezar a llegar aquí, ya existe esa posibilidad, Rusia continúa haciendo negocios con todo el mundo, parece que las sanciones económicas no funcionaron", destacó.
El líder brasileño destacó que Brasil importa casi el 30% del diésel que consume y que ahora hay que importar de quien está vendiendo más barato, "no importa de quién".
El jefe de Estado no ofreció detalles sobre el acuerdo con Rusia sobre el diésel, el cual cree que servirá para reducir el precio de los combustibles en el país, que se ha disparado en consonancia con la revalorización del petróleo en el mercado internacional. El alto precio de la gasolina, el diésel y el gas ha empujado la inflación hasta rozar el 12 % anual, lo que ha restado de forma considerable el poder adquisitivo de la población brasileña.
El aumento del precio de los combustibles y su efecto en el conjunto de la inflación de todos los bienes de consumo es uno de los problemas centrales de la economía brasileña en estos momentos. Además, también supone un importante factor de desgaste para la popularidad del Gobierno, cuando faltan tres meses para las elecciones presidenciales.