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Mundo nuclear | Start |

Las cosas como son

De dónde proviene la amenaza nuclear real

EEUU realiza acciones destructivas en el contexto del Nuevo Start, incluso su incumplimiento de algunas disposiciones de este documento importante.

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En los últimos días en los medios de comunicación hay muchas discusiones referentes a la decisión de la Federación de Rusia de suspender su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (conocido también como Start III o Nuevo Start), anunciada el 21 de febrero por el presidente Vladímir Putin durante su mensaje a la Asamblea Federal de la Federación de Rusia y aprobada después por las dos cámaras del parlamento nacional.

En relación con esto es necesario hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, hay que destacar que nuestro país no salió del Nuevo Start, sino que suspendió su participación en el acuerdo y esta decisión puede ser revisada. Al mismo tiempo, con el fin de mantener un grado suficiente de previsibilidad y estabilidad en el área de misiles nucleares, Rusia continuará respetando las restricciones cuantitativas en relación a las armas estratégicas ofensivas en el marco del Nuevo Start y seguirá participando en el intercambio de notificaciones con la parte estadounidense sobre los lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales y misiles balísticos lanzados desde submarinos, a tenor del respectivo Tratado de 1988 entre la URSS y Estados Unidos. Sin embargo, es importante mencionar las acciones destructivas de EEUU en el contexto del Nuevo Start, incluso su incumplimiento de algunas disposiciones de este documento importante. Durante muchos años, Washington desestimó la relación entre las armas estratégicas ofensivas y defensivas. Mientras el Nuevo Start puede funcionar y ser viable solo en caso, de que no se aumente cualitativa y cuantitativamente el número de sistemas de defensa antimisiles de cada parte, la parte norteamericana continúa emprendiendo de forma demostrativa acciones diametralmente contrarias. No menos preocupante es la arbitraria exclusión unilateral de más de 100 unidades de armas ofensivas estratégicas de EEUU del registro a tenor del Tratado, que fueron renombradas para que dejaran de incurrir en las definiciones del Tratado o fueron declaradas como reconstruidas, sin dar a la parte rusa la oportunidad de comprobar de manera segura el cumplimiento de los resultados de dicha reconstrucción con lo estipulado en el Nuevo Start, es decir, cumplir con el procedimiento previsto expresamente en el Tratado. Además, las nuevas restricciones antirrusas impuestas por Washington el año pasado limitaron la capacidad de la Federación de Rusia para llevar a cabo inspecciones en territorio estadounidense, violando los procedimientos estándares de inspección y creando una clara ventaja unilateral para la parte estadounidense.

En el contexto de la crisis ucraniana Estados Unidos busca abiertamente causar una “derrota estratégica” a Rusia y socavar su seguridad nacional, lo que contradice directamente los principios y entendimientos fundamentales estipulados en el preámbulo del Nuevo Start. De hecho, se trata de un cambio fundamental de las circunstancias en comparación con las que hubo en la fecha de firma del Tratado. Más aún, hay pruebas de que Washington está involucrado directamente en los recientes intentos del régimen de Kíev de atacar las bases de nuestra aviación estratégica (se utiliza para transportar las armas nucleares) que se llevaron a cabo con apoyo técnico, militar e informativo de la inteligencia estadounidense. Al analizar el conjunto de las circunstancias mencionadas, la parte rusa llegó a la conclusión de que EEUU viola de forma sustancial el Tratado Nuevo Start.

También quisiera resaltar los cambios importantes en el ámbito de seguridad que se deben al hecho de que la consolidación de los países occidentales en torno a la agenda antirrusa afecta cada vez más aspectos de su política nuclear. En particular, los miembros de la OTAN, que durante décadas llevan a cabo las llamadas “misiones nucleares conjuntas” y hace tiempo declararon abiertamente que la Alianza Atlántica es una “alianza nuclear”, están haciendo más énfasis en las armas nucleares con el fin de fortalecer la disponibilidad operacional de sus capacidades en esta área. Se planea ampliar la infraestructura nuclear de la Alianza y expandirla hacia el Este, es decir, más cercana a las fronteras de Rusia. No se disimula que estos esfuerzos están dirigidos contra nuestro país. En este contexto, el factor de arsenal nuclear combinado de las tres potencias nucleares de la OTAN, es decir, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que puede dirigirse contra Rusia, adquiere una importancia especial. Para finalizar, quisiera subrayar que la parte rusa está dispuesta a reanudar su participación en el Nuevo Start si se crean las condiciones necesarias para ello. Estamos convencidos de que las capacidades del Tratado en lo que se refiere a su contribución al fortalecimiento de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica están lejos de agotarse. Pero estas capacidades solo podrán manifestarse plenamente en caso de cumplimiento de las disposiciones del Nuevo Start de forma simétrica, equitativa y rigurosa por ambas partes.

Por Andrey Budaev

Embajador de Rusia en Uruguay

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