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Mundo milmillonarios | riqueza | multilateralismo

Oligarquía global

"La influencia de los milmillonarios": 1% de la población posee más riqueza que el 95%

El 1% de la población mundial posee más riqueza que el 95% restante. La ONG Oxfam alertó sobre la concentración de poder económico de los "milmillonarios".

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El 1% más rico de la población mundial ahora controla más riqueza que el 95% restante, una realidad revelada en un informe de la ONG Oxfam Intermón, basado en datos de UBS, presentado durante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este análisis expone una creciente acumulación de poder económico en manos de unos pocos milmillonarios y megaempresas, lo que pone en peligro la equidad global y los esfuerzos para enfrentar los desafíos más urgentes del planeta, como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad.

El informe destaca que más de un tercio de las 50 principales empresas del mundo están dirigidas o controladas por milmillonarios. Estas compañías, cuya capitalización bursátil combinada alcanza los 13,3 billones de dólares, están moldeando las reglas económicas a su favor, lo que genera una preocupante concentración de poder. Franc Cortada, director de Oxfam Intermón, advierte que los Estados miembros de la ONU están "perdiendo capacidad de acción" ante el ascenso imparable de estos grupos ultra-ricos. En palabras de Cortada: "Los ultrarricos y las megaempresas que controlan están conformando las reglas del juego a costa del resto de la población".

La acumulación de activos y sectores estratégicos

Uno de los puntos más inquietantes del informe es la concentración de activos financieros en manos de una pequeña élite. El 1% más rico posee el 43% de todos los activos financieros globales, una cifra que pone de relieve la creciente disparidad en la distribución de la riqueza. Además, el poder de las multinacionales se extiende a sectores clave como el de las semillas: dos empresas dominan el 40% del mercado mundial de semillas, controlando recursos esenciales para la alimentación global.

El informe también señala que tres grandes gestoras de fondos estadounidenses, BlackRock, State Street y Vanguard, gestionan colectivamente 20 billones de dólares, lo que representa una quinta parte de los activos de inversión a nivel mundial. Esta "hiperconcentración de poder y riqueza" no solo exacerba la desigualdad económica, sino también la desigualdad geográfica. Mientras que el 79% de la población mundial vive en el sur global, estos países solo cuentan con el 31% de la riqueza global.

Una amenaza para los retos globales

Oxfam advierte que esta concentración de poder no solo es una cuestión de justicia económica, sino que también amenaza la capacidad del mundo para abordar los problemas más graves. La lucha contra el cambio climático, la pobreza persistente y la desigualdad global están siendo obstaculizadas por los intereses de las megaempresas y los ultrarricos. Cortada subraya que, aunque la competencia entre potencias globales suele considerarse el mayor obstáculo para el multilateralismo, en realidad, es la extrema desigualdad la que está frenando los avances más significativos.

En particular, los grupos más poderosos han utilizado su influencia para resistir reformas fundamentales, como la lucha contra la evasión fiscal, la garantía de acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19 y la cancelación de las deudas insostenibles de los países del sur global.

Hacia un multilateralismo justo

Para enfrentar esta "era de oligarquía global", Oxfam insta a los gobiernos a implementar acciones conjuntas y multilaterales. La ONG aboga por un nuevo marco de fiscalidad internacional, la cancelación de deudas públicas y nuevas leyes de propiedad intelectual que protejan a las poblaciones más vulnerables frente a futuras pandemias. Solo un multilateralismo basado en la equidad y la justicia puede contrarrestar el poder de esta oligarquía global. Aunque algunos líderes mundiales ya han empezado a tomar medidas para combatir la desigualdad, Cortada insiste en que se necesita un esfuerzo mayor y más decidido.

La lucha por un orden económico más justo no solo es una cuestión de ética, sino también de supervivencia. A medida que los retos globales como el cambio climático y las crisis de salud pública se intensifican, la distribución equitativa de la riqueza y el poder se convierten en pilares fundamentales para garantizar un futuro sostenible para todos.

Fuente: Con información de Rtve

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