El ministro de Defensa de Polonia, Mariusz Blaszczak, anunció este miércoles que su país comenzará la construcción “inmediata” de una barrera temporaria a lo largo de los 210 kilómetros de frontera con el Óblast de Kaliningrado, enclave ruso entre Polonia y Lituania, y la preparación para levantar un muro de forma permanente.
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Blaszczak explicó en rueda de prensa en Varsovia que la barrera temporaria consta de una triple fila de alambrados con púas “como las utilizadas por los Ejército de todo el mundo”.
La medida está impulsada por el temor polaco de que Rusia opere vuelos desde el norte de África y Medio Oriente hacia Kaliningrado, para que ingresen al país de la Unión Europea con la intención de desestabilizarlo, algo similar a lo que ocurrió hace unos meses con la entrada masiva de migrantes desde Bielorrusia.
La idea de Polonia es “sellar la frontera” con la región rusa y construir un muro fronterizo “del mismo tipo que el que ya existe en la frontera entre Polonia y Bielorrusia”.
Las autoridades polacas prevén que el muro sea finalizado a finales de 2023.
La región de Kaliningrado es una porción de 15 mil km² perteneciente a Rusia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y que antiguamente formó parte de Prusia Oriental -cuando era llamada Königsberg-, hasta la unificación alemana en 1871.
Tras la unificación germana, la región quedó aislada de Alemania por el corredor polaco.
Después de la Batalla de Königsberg en 1945, que culminó con la victoria del Ejército Rojo y la captura de 100 mil soldados de la Alemania Nazi, el territorio fue anexado por la Unión Soviética.