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Editorial

TARZÁN MATA

Nerviosismo en la selva

Por Alberto Grille.

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Caras y Caretas Diario

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Por la radio y sin anestesia, el senador Guido Manini Ríos anunció que a la brevedad el ministro de Salud Pública, Dr. Daniel Salinas, decretaría la intervención de la mutualista Casa de Galicia con el desplazamiento de sus autoridades electas por sus socios en elecciones celebradas hace tres años y realizadas de acuerdo a su estatuto.

La intervención ocurre a escasos días del acto eleccionario en que se elegirían nuevas autoridades.

La intervención parece ser un procedimiento legal si el ministro y el presidente de la República lo estiman necesario y se fundamenta en la necesidad de proteger los derechos de los socios, funcionarios y acreedores.

El anuncio prematuro del senador Manini es curioso y sólo se puede interpretar como un acto de apoyo a un ministro de su partido cuya decisión de intervenir la mutualista parece ser muy cuestionada por actores muy involucrados como funcionarios y médicos de la institución, los que no siempre apoyan a las autoridades desplazadas.

Aparentemente el ministro pretende demostrar que su resolución es consecuencia de una mala gestión de las autoridades de la mutualista y del incumplimiento de las metas a las que se había comprometido en, al menos, un par de ocasiones, en que recibió apoyo de tres gobiernos.

El presidente de la mutualista, el dirigente colorado Alberto Iglesias, ha acusado fuertemente a Salinas de mentir, ocultar información relevante y actuar con parcialidad y con motivaciones personales que no se exponen ni justifican.

El presidente de la República ha recibido del gobierno de la Xunta de Galicia un respaldo prudente pero categórico a la institución mutual y aparentemente se ha comprometido a que la intervención dure como máximo un año, reiterando que no se considera la posibilidad de la liquidación ni la fusión con otra institución

El gobierno parece confiar en su capacidad de equilibrar los números, abatir el déficit acumulado y asegurar la sustentabilidad de la mutualista en un año.

Manini va aún más allá anunciando que el propósito es una segunda reforma de la salud que asegure sustentabilidad a un sistema que, según afirma, flaquea. Insinúa que las restricciones presupuestales impuestas por el Poder Ejecutivo estarían incrementando los problemas económicos y financieros del sistema mutual que es la piedra angular del Sistema Nacional de Salud.

Las primeras preguntas son si efectivamente el sistema no es sustentable, si el gobierno sabe y entiende los problemas, si conoce el funcionamiento y tiene respuestas y soluciones.

En segundo lugar, qué entiende Manini que hay que hacer, y si lo que pretende es achicar prestaciones, rebajar sueldos, reducir puestos de trabajo en funcionarios médicos y no médicos, negociar precios de los servicios tercerizados, aumentar el precio de los tickets reguladores, ajustar los precios de los medicamentos con los laboratorios, desconocer las deudas o alargar los plazos de los pagos a los acreedores o disminuir el número de prestadores, compartir equipamientos o reducir intervenciones quirúrgicas.

Si tenemos que elegir lo que pasa por la cabeza de las autoridades de gobierno en su propósito de “ asegurar la sostenibilidad del sistema”, nos imaginamos que lo que se pretenderá es reformular las “cápitas”, cuyo volumen es en un 65% sueldos. Ahí es donde se va a pretender ahorrar, en puestos de trabajo, sueldos y beneficios de los trabajadores.

Me temo que en el caso particular de Casa de Galicia no habrá grandes soluciones; por lo pronto, la FUS rechaza la intervención, aunque el ministro ha declarado que por el fideicomiso anterior los sueldos en la mutualista Casa de Galicia están asegurados por los próximos 36 meses.

Salinas sigue sacando pecho y mostrando sus músculos y lo convoca a Iglesias a una pulseada.

Dentro de un año -dice- se sabrá quién tenía razón.

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