Navidad es una fecha hermosa para algunas personas y dura para otras. Reencuentro, familia, celebración pueden significar felicidad o estrés. Si sos de las personas que odia la Navidad, tranquila/o, no estás sola/o.
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El jueves 23 de diciembre Galería incluyó en sus «De menos» pasar las fiestas en soledad. Esa es la visión generalizada, que las fiestas hay que pasarlas con otra gente; incluso si no te caen bien, incluso si te estresa o te causa tristeza. Sin embargo, no son pocas las personas que prefieren atravesar estas noches en soledad.
La Navidad, aseguró el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASSEP), José Antonio López Rodríguez, a EFE tiene siempre un punto melancólico. Solemos recordar a quienes se han ido y eso produce tristeza. Además, si no hay niños pequeños en la familia, que son los que aportan ilusión, es más fácil no sentirse a gusto.
A ello se suma el consumismo desbordado que se ha impuesto en estas fechas y que «borra la esencia original de todo lo que toca», dijo López. En su consulta son «muchos» los que le comentan que les gustaría desparecer durante estos días.
Según este especialista, hay una tendencia al alza de gente a la que no le gusta la Navidad tal y como está planteada hoy en día. En este sentido, López Rodríguez entiende que lo ideal sería darle una vuelta, darle otro sentido, tanto si eres religioso como si no.
«Pero soy pesimista porque el avance del consumismo es tan brutal que se lo está cargando todo: navidades, semana santa, entierros, todo». Es, en definitiva, una festividad que «levanta y revuelve muchas cosas, y, en general, para los pacientes que trato son fechas melancólicas y sin que produzcan depresión, sí ocasionan mayor melancolía y desde hace quince, veinte días es una tema recurrente en la consulta».
También, apunta, puede haber casos de personas que sienten la pérdida de su infancia y juventud y en estos casos aflora la añoranza, o se pueden presentar casos de problemas o rencillas familiares. Hermanos, cuñados, tíos o primos con los que te cuesta compartir mantel.