El Consejo de Seguridad de la ONU votó la semana pasada a favor de un alto al fuego en Siria durante 30 días. En base a esta aprobación se permite la evacuación de heridos y el envío de ayuda humanitaria a Guta Oriental, el reducto rebelde de Damasco.
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Desde el pasado domingo los ataques del régimen de Bachar el Asad han causado más de 500 muertos. Rusia, junto a Estados Unidos, Francia, China y Reino Unido, es uno de los países con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad, y durante la espera por parte del Consejo a conocer la resolución de este país «el sufrimiento humano aumentó», aseguró la embajadora estadounidense Nikki Haley. Médicos Sin Fronteras informó este fin de semana que han contabilizado en sus hospitales y clínicas 520 muertos y 2.500 heridos después de días de bombardeos de las fuerzas del gobierno de Asad. Según sus cifras el 48% de los muertos son no combatientes (mujeres, niñas y niños), como el 58% de los heridos.
La resolución, impulsada por Suecia y Kuwait, «demanda» a todas las partes del conflicto al menos 30 días de tregua en todo el país. Sin embargo las operaciones militares contra grupos considerados terroristas por la ONU podrán continuar.
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