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Con Olga Otegui, directora nacional de Energía

Olga Otegui: Tenemos la soberanía energética que buscábamos

La directora nacional de Energía, Olga Otegui, aseguró que actualmente el país tiene la soberanía energética que buscaba e insistió en la necesidad de hacer un uso cada vez más eficiente de la misma, tanto a nivel comercial como residencial.

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En diálogo con Caras y Caretas, Otegui destacó la posición que como exportador de electricidad a la región ha venido consolidando Uruguay y remarcó los pasos que se deben dar internamente para hacer más intensivo el uso de unidades de transporte movidas por este fluido.   ¿En qué etapa está Uruguay en materia energética? La situación actual es el resultado de la transformación de estos diez años. Hoy estamos en una etapa en la que podemos decir que alcanzamos la soberanía energética, basada en varios ejes: diversificación energética, búsqueda de nuestros propios energéticos, como es el caso de los hidrocarburos, eficiencia energética y diseño de políticas para promover el acceso a la energía. La energía es un derecho y, por tanto, es deber del ministerio que todos los uruguayos puedan acceder a ella con la misma calidad y con la misma seguridad.   Gracias al plan de electrificación rural la electricidad ha llegado a casi todo el país. Sí, pero lo que a veces vemos es que en el interior se producen algunos problemas por las redes, y tal vez hay más cortes que en Montevideo y eso hay que trabajarlo y mejorarlo. Lo otro, referido a calidad, se da en aquellos lugares donde hay gente que no está regularizada, los famosos “colgados”. Allí la calidad de la energía es la que tratamos de mejorar por una cuestión de servicio y también de seguridad, ya que muchas veces no tienen las instalaciones y las protecciones necesarias.   ¿En eso se trabaja con UTE? Sí, pero lo estamos haciendo en el marco de lo que es canasta energética y allí están involucrados el Mides y otros organismos, como OSE y Antel. Porque se trata de una canasta de servicios y, en la medida que los barrios se regularizan, ahí entra este equipo de trabajo con todos los servicios. Tratamos de que se regularice todo lo tarifario y que permanezca en el tiempo.   ¿Y logran que la gente siga pagando una tarifa? Hay resultados buenos y en otros casos tenemos que seguir trabajando. Esto no es sólo la conexión e identificar una tarifa, sino impulsar un cambio cultural que implica el uso responsable de estos servicios. Cómo hacer para que estas familias identifiquen cuál es el electrodoméstico que les conviene. En este proceso tratamos que todo lo que sea cocción de alimentos se realice con gas de garrafa, de las que se les da una de 13 kilogramos al mes. En cuanto a la calefacción, tratamos que usen el equipo más eficiente al cual puedan acceder, lo mismo que usen timer para calentar agua. La idea es que la tarifa sea de consumo básica y que la puedan mantener.   A nivel macro, ¿qué desafíos tiene Uruguay en materia energética? No son a corto plazo, sino a mediano y largo plazo, sobre todo en lo que tiene que ver con energía eléctrica. Hace 20 años teníamos energía hidráulica y térmica y hoy tenemos distintas fuentes que generan excedentes. Hay que tratar que esa ventaja sea volcada a la población y que pueda convertirse en servicios nuevos. UTE necesita generar nuevos productos que lleguen a la población, los tiene que instrumentar, se tiene que aggiornar. Se tiene que actualizar en todo lo que son las redes inteligentes, tiene que tratar de acompasar esa oferta que hoy tiene, que es distinta en horarios, en precios y estaciones porque no es lo mismo la primavera que el invierno o el verano. Son distintos productos que se deben volcar no sólo al sector industrial, sino también al residencial. Más allá de la tarifa doble horario que ya rige, hay que ir a otros productos que indiquen al usuario final el horario en el que le conviene consumir. También se puede proponer que el usuario permita la gestión de su calefón de forma remota y controlar parte de la demanda a costos más accesibles. También hay que pensar que la tecnología está bajando de precio y que a medida que baje más, cada vez más usuarios van a poder ser generadores y vamos a tener energía fotovoltaica en los techos como pasa en el mundo. UTE tiene que estar preparada para esto y saber qué servicio va a dar. Los productos se deben transformar en servicios.   ¿El transporte es el otro gran desafío? Sí, sin duda. La oferta de energía la tenemos para promover el transporte eléctrico ya que están bajando los precios de las unidades y su uso es mucho más ventajoso que los que usan combustibles fósiles. Los taxis que hay en Montevideo han funcionado muy bien y hay que avanzar hacia eso.   ¿Se sabe cuántas unidades se van a cambiar? Nosotros tenemos un proyecto de cooperación no reembolsable aprobado junto con el Mvotma y que financia el Fondo Mundial para el Medio Ambiente. Lo vamos a destinar a tratar de instrumentar la incorporación de cinco nuevas unidades eléctricas al transporte de Montevideo para obtener información sobre cómo es el comportamiento de los ómnibus y su rendimiento. A medida que tengamos esa información, seguramente se irán concretando nuevas incorporaciones al servicio. Junto a esto, estamos viendo las líneas financieras con el Banco República para que sea un plus que incentive el uso de estas unidades. Hay once taxis en circulación y la mayoría entró en funcionamiento gracias a las líneas del BROU.   ¿Cómo está la exportación de energía a la región? Es un hito importante. Este año pudimos comenzar a exportar a Brasil y hoy estamos vendiéndole en el orden de los 300 megavatios, lo cual es histórico, tanto en la cantidad como en el precio. Se trata de una energía de oportunidad que es de fuente no identificada. Todas las semanas ofertamos distintos bloques a Brasil con diferentes precios. Con Argentina hemos hecho estas ofertas, pero queremos seguir profundizando con ellos el sistema y el acuerdo que tenemos con Brasil es el marco de lo que debemos establecer con ellos. Con Argentina estamos actualizando el acuerdo, que se hizo cuando Uruguay sólo tenía las represas hidroeléctricas y las centrales térmicas. Hoy es diferente el producto que les podemos vender y debe ser de largo plazo y con certezas. Además, hay compromiso de dar asistencia ante una emergencia. Lo que es de destacar es que años atrás, cuando exportábamos a Argentina lo hacíamos a siete dólares el megavatio, pero hoy estamos exportando a Brasil a 80, 90 y 100 dólares. Ese es un cambio importante porque tenemos un producto distinto, con una certeza distinta, y eso tiene un valor.   ¿Cómo diría que está el país en materia de eficiencia energética? Venimos trabajando desde 2005 en diferentes instancias de eficiencia energética, y en todos los sectores hay que mirar la oferta y la demanda. Nosotros debemos trabajar en el uso responsable de los energéticos y para eso hemos trabajado en la industria, los servicios y el comercio, pero nos quedan el transporte –ya mencionado– y el residencial. Todo lo que tiene que ver con edificaciones es muy importante y por tanto, incidir en una vivienda nueva es fundamental. Si las casas se pueden construir con colector solar, aislación y orientación acorde, todo es eficiencia energética y perdura en toda la vida útil de la edificación. Es el próximo desafío y para eso estamos trabajando, ya sea en viviendas sociales como particulares. Es el sector cuyos resultados más impactos tienen, y si no se hacen al principio, son difíciles de adaptar en las casas ya instaladas. En ese sentido hemos firmado un convenio con Mevir para que las casas nuevas ya vengan con la instalación para contar con colector solar.

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