Además de alentar una crisis inexistente, y afirmar que el núcleo duro de la industria «está en una situación igual a la de 2002», Un Solo Uruguay sigue sin dar pie en materia de convocatoria.
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La pérdida de adeptos del movimiento es indiscutible, ya que cada nueva instancia de concentración es acompañada por un puñado de manifestantes muy poco significativo.
Esto era previsible y deja entrever que las revindicaciones planteadas por el colectivo son débiles y chocan con las políticas y medidas que el Estado ha implantado de manera acertada fortaleciendo al agro y al trabajador rural en general. Está claro que no es un movimiento representativo del campo, sino de algunos pocos que pretenden desestabilizar al gobierno.
La concentración de hoy agregó otro hecho negativo al generarse discusiones con la Policía, mientras otros manifestantes avanzaban por otro lado y se metían con tractores, vehículos y caballos. No se respetó el límite que había estipulado la policía.
Exigen ser respetados, pero no respetan. Así se diluye poco a poco Un Solo Uruguay.
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