Pacha Sánchez: Sería un “honor” ser candidato a la intendencia si el FA me apoya

Las elecciones departamentales, que se realizarán el 10 de mayo de 2020, son el nuevo tema que ha comenzado a ser foco de atención luego de la contienda nacional de este año. Dentro del Frente Amplio (FA) se manejan varios nombres como posibles candidatos para la Intendencia de Montevideo, entre los que está el del senador electo por el Movimiento de Participación Popular (MPP), Alejandro Pacha Sánchez. Hasta el momento, Sánchez no se había expedido sobre el tema; sin embargo, dijo a Caras y Caretas que sería un “honor” para él ser candidato a intendente.

“Si los compañeros entienden que yo puedo aportar en esa competencia electoral, sería un honor para mí. Pero ahora no soy candidato a nada, eso lo tiene que resolver el FA y se decidirá sobre finales de enero”, dijo a Caras y Caretas Sánchez, quien es considerado dentro de la fuerza política de izquierda como una “importante figura de recambio y renovación”.

El senador electo consideró que el FA tiene que plantear una “agenda renovada de la ciudad de derechos”, ya que Montevideo “no se puede olvidar de los pobres, del campo ni de que debe poner toda la tecnología al servicio de los problemas de la gente”.

La Intendencia de Montevideo “será clave” en la defensa de las políticas sociales y en la resolución de la “segmentación territorial”, ya que tendrá que hacer frente a un gobierno nacional que mantendrá una “agenda neoliberal”, afirmó Sánchez, quien desde 2009 es diputado y entre 2015 y 2016 presidió la Cámara de Representantes.

“Yo tengo ganas de colaborar en esto. Después las candidaturas las tendrá que resolver el FA. Tendrá que ver qué compañeros o compañeras puedan llevar esta bandera […] Estas cosas son las que hay que trabajar para tener un proyecto renovado”, reflexionó.

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¿Usted se ha planteado la posibilidad de candidatearse a intendente de Montevideo?

Creo que el FA tiene que empezar a pensar qué cosas quiere hacer en la capital. Venimos de un largo tiempo de administrar la fuerza pública en Montevideo y yo me siento un hijo de los gobiernos frenteamplistas porque por nueve años festejé que Tabaré Vázquez llegara a la comuna. Soy hijo de las políticas que llevó adelante, que me significaron un mayor acceso a la cultura. Pero considero que el Frente tiene que plantearse hoy nuevos desafíos para la ciudad que tenemos, especialmente en un contexto en que el gobierno nacional mantendrá una agenda neoliberal que va a tensionar muchas de las políticas que actualmente se llevan adelante. Por tanto, la Intendencia de Montevideo es una ocasión para defender una mirada sobre las políticas sociales, la contención social y sobre la necesaria resolución a la segmentación territorial, que genera muchos problemas. En definitiva tenemos un cordón, que es la periferia de Montevideo, el cual necesita de políticas públicas y de infraestructura, que no solo pasa por la vivienda, sino por la convivencia y por generar espacios deportivos que construyan más comunidad y ciudadanía. También es necesario vincular la tecnología a las necesidades de la gente. Hoy se habla en el mundo de ciudades inteligentes y yo creo que el objetivo de la izquierda no es que la ciudad sea inteligente, sino que sea accesible, esto quiere decir utilizar la inteligencia para resolver los problemas de los ciudadanos. Esa es la sensibilidad que debe tener el gobierno departamental frente al fenómeno de la tecnología. Además, el gobierno de la comuna no debe olvidarse de que Montevideo es un departamento y no solo una ciudad, porque tiene una granja agraria importantísima, vital, en donde hay un conjunto de productores familiares que la intendencia debe mirar. Esas cosas yo creo que son las propuestas que debe tener el FA para encarar la campaña electoral hacia mayo, que significa tener un proyecto renovado de la ciudad de los derechos en el siglo XXI. Yo tengo ganas de colaborar en esto. Después las candidaturas las tendrá que resolver el FA. Tendrá que ver qué compañeros o compañeras puedan llevar esta bandera. Yo quiero aportar en estas ideas, de que Montevideo no se puede olvidar de los pobres, de los barrios más carenciados y tiene que tratar de poner toda la tecnología al servicio de los problemas de la gente. Estas cosas son las que hay que trabajar para tener un proyecto renovado del FA. Yo voy a tratar de aportar estas ideas en todo lo que pueda. Después, si los compañeros entienden que yo puedo aportar en esa competencia electoral para llevar adelante este conjunto de cosas, entre otras que se armen en el FA, sería un honor para mí. Pero ahora no soy candidato a nada, eso lo tiene que resolver el Frente y se decidirá sobre finales de enero.

Una de las cosas que dijo el MPP, especialmente el expresidente José Mujica (2010-2015), es que están apostando a la unidad del FA. Además, varios integrantes del sector dijeron que su interés primordial ahora no es marcar el candidato a la Intendencia de Montevideo. ¿Qué piensa sobre esta posición que está teniendo su sector político?

La comparto, soy parte de esa idea. Esto tiene que ver con lo que legítimamente algunos sectores del FA plantean. Algunos afirman que nosotros tenemos un candidato natural a la Intendencia de Canelones, como es Yamandú Orsi. Hay compañeros en el FA que entienden que si el MPP aspira a tener la comuna de Montevideo podría verse visto como un sector que acapara demasiada representación, porque además tenemos una bancada parlamentaria muy grande. Esa no es la idea, por eso nosotros hemos planteado que queremos construir la candidatura en el marco de unidad entre frenteamplistas. Es por esta razón que no estamos planteando hoy una candidatura de la 609. Lo que quiere el MPP es elegir a los mejores compañeros del FA para asumir esta responsabilidad en el futuro.

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“El FA se alejó de los movimientos sociales”

Sánchez dijo de forma contundente a esta revista que cuando el FA llegó al gobierno se alejó de los movimientos sociales, ya que no generó espacios de diálogo.

“Creo que el FA permaneció alejado de los movimientos sociales. Evidentemente lo que sucedió en este tiempo es que se rompió una estrategia de acumulación política […] El ejercicio de gobierno terminó alejando al FA de los movimientos sociales, eso llevó a que las agendas entre movimientos sociales y administración pública empezaran a tener interferencias, cortocircuitos, matices, que no se lograron sintetizar”, reflexionó.

Recordó que el Frente es “hijo” de una fundación política histórica que nació del movimiento sindical, luego pasó a la lucha contra la dictadura, contra las privatizaciones y el neoliberalismo. “El FA tuvo la capacidad de tener una propuesta programática que sintetizaba las aspiraciones del campo popular”, agregó.

El hecho de que el FA logre sobre el final de campaña una remontada de votos que lo deja a 30.000 en el balotaje demuestra que uno de los principales capitales de la fuerza de izquierda es su movilización, explicó Sánchez.

“Lo que pasó es que muchos frenteamplistas entendieron que debían tomar parte de esta movilización y se pusieron la campaña al hombro. Ahí hay una señal bien clara, pensando en el futuro y en esa autocrítica. Necesitamos mejorar nuestro vínculo con las organizaciones sociales. El FA es mucho más grande que sus dirigentes, debería escuchar un poco más, generando espacios de participación más abiertos al pueblo frenteamplista, que en definitiva es el capital que tiene”, agregó.

Señaló que el gobierno intentó financiar todos los proyectos públicos y sociales, pero que muchas veces las “condiciones estructurales” y la crisis internacional impactaron en el país y pusieron un freno.

Un ejemplo de esto fue el 3 por ciento del Producto Interno Bruto para la educación; había dificultades para repartir los recursos porque había una crisis internacional y eso generó que el Estado tuviera menos plata, explicó.

“No se pudo cumplir con un compromiso muy importante que era llevar la inversión en educación al 3 por ciento. Por eso creo que con el movimiento social se tiene que hablar sobre cuáles son los cambios posibles. Puedo plantear que Uruguay debe tener tal cosa. Ahora bien, ¿se puede realizar hoy? ¿Cómo puedo acercarme a esa propuesta ideal? Esas preguntas se contestan con mucho diálogo con los movimientos sociales”, reflexionó.

Asimismo, señaló que el decreto de esencialidad, realizado el 24 de agosto del 2015, fue una “ruptura enorme” con el movimiento de los maestros. “Algunas tensiones que se dieron en los Consejos de Salarios significaron un quiebre. Hubo falta de diálogo, de ida y vuelta, de comprensión de los problemas y de cuál es la estrategia”, concluyó.

“El FA debe ser una alternativa de gobierno”

Con respecto al nuevo papel que va a tener el Frente Amplio como oposición, Sánchez remarcó que es necesario que se distinga como una alternativa de gobierno.

“El FA tiene que ser una oposición activa que defienda la agenda que ha significado más derechos durante estos últimos años y las políticas públicas que han significado una mejora sustantiva en el acceso a la salud, educación, vivienda y conocimiento […] Pero, además, tiene que construir una alternativa de gobierno y no tratar de oponerse a todo”, reflexionó.

Afirmó que la izquierda tiene que “pararse muy firme” para ser una fuerza que a pesar de no estar en el gobierno, debe tener la capacidad de proponer ideas para darles herramientas a los dirigentes que están al mando.

“Eso fue lo que hizo históricamente el FA. En 2002, con el presidente Jorge Batlle (2000-2005), el Frente propuso un plan de emergencia porque nuestros compatriotas estaban cayendo en la miseria. Lamentablemente, en aquella ocasión el gobierno de la época no escuchó las propuestas del FA y nosotros las llevamos adelante cuando llegamos al gobierno”, agregó.

Por otro lado, señaló que uno de los factores que influyó en el resultado de la elección presidencial fueron los medios de comunicación. Además, dijo que el Frente presenta “grandes dificultades” para comunicar sus logros.

“Cuando uno sale afuera, todo el mundo te dice que quiere ser Uruguay en términos de derechos, acceso a bienes, políticas públicas y democracia. Pero la sociedad uruguaya muchas veces lo valora con otros ojos porque estas acciones fueron invisibilizadas por los grandes medios de comunicación”, reflexionó.

Además, los medios de comunicación colocaron otros temas arriba de la mesa, como el tema de la seguridad e incluso se trató de construir la idea de que el país estaba en “crisis” cuando nunca lo estuvo, señaló Sánchez.

“En Uruguay el proceso de ajuste no significó pobreza ni rebaja de salarios. Esa información no estuvo, sino que los medios de comunicación construyeron un sentido común diferente”, agregó.

El senador electo dijo que además del problema de información, existe uno político y uno cultural.

“Si la sociedad uruguaya sabe que 90.000 personas pudieron ver cuando antes habían estado condenadas porque eran pobres, pero a pesar de eso no se siente feliz, entonces no solo es información. Si yo lo miro desde lejos porque no me tocó a mí, no me importa, por más que haya información, no me va a interesar el proyecto. Ese es un problema de batalla de ideas. Una parte importante del pueblo uruguayo razonó que si no le pasaba a él y no estaba en su bolsillo, no lo veía como un logro”, reflexionó.