En su primer día de prisión domiciliaria, Cristina Fernández de Kirchner logró lo que parecía improbable semanas atrás: unificó al peronismo en una masiva movilización en la Plaza de Mayo, donde más de un millón de personas —según los organizadores— expresaron su respaldo a la expresidenta y denunciaron su proscripción.
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La movilización, bautizada como el "18J", se realizó en un clima de tensión, luego de que el gobierno de Javier Milei intentara frenar la marcha mediante controles y requisas a colectivos provenientes de distintos puntos del país. Sin embargo, la convocatoria desbordó las previsiones y fue vista como el inicio de una nueva etapa de resistencia.


Desde su domicilio en Recoleta, CFK habló a través de un audio grabado y luego en un mensaje en vivo por teléfono: “Vamos a volver, con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza”. Afirmó que seguirá militando “desde la trinchera que sea” y vinculó su condena judicial con una persecución política: “Estoy presa porque saben que pierden”.
Condenada a seis años de prisión e inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos, Fernández de Kirchner apuntó contra el modelo económico libertario, al que calificó como “injusto e insostenible” y lo comparó con experiencias fallidas del pasado. “Tiene fecha de vencimiento como el yogur”, ironizó.
¿Qué dijeron los principales referentes sobre la situación de Cristina?
La movilización contó con la presencia de los principales referentes del peronismo. El gobernador bonaerense Axel Kicillof denunció un intento de disciplinar al campo popular. Sergio Massa apeló a la unidad en un mensaje en redes, y Máximo Kirchner no descartó una posible candidatura por la tercera sección electoral. También dijeron presente gobernadores como Ricardo Quintela y referentes legislativos como Oscar Parrilli, Juliana Di Tullio y Alicia Kirchner.
Uno de los focos de la jornada fue la consigna “Cristina libre”, que articula tanto la estrategia jurídica como la ofensiva política para revertir la condena y reconstruir una mayoría frente al avance libertario. CFK denunció las restricciones impuestas a su arresto domiciliario, como la tobillera electrónica y la prohibición de salir al balcón. “Menos mal que no tengo plantas porque ni siquiera podría regarlas”, ironizó.
La senadora Anabel Fernández Sagasti advirtió que la injusticia puede transformarse en bronca si no se revierte la situación. En tanto, organizaciones sociales, sindicatos, organismos de derechos humanos y hasta sectores de la izquierda se sumaron a la movilización, que fue leída como el inicio de un nuevo ciclo político. El Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y referentes como Carmen Arias, de Madres de Plaza de Mayo, llamaron a sostener la unidad popular.
Un pogo especial en Plaza de Mayo
Sobre el final de la jornada, senadores como José Mayans, Lucía Corpacci y Di Tullio hicieron un “pogo” al ritmo de “Todo preso es político”. Y en una escena icónica, decenas de militantes metieron los pies en la fuente de Plaza de Mayo, evocando la histórica jornada del 17 de octubre de 1945.
"El peronismo existe y eso les molesta", dijo Catalina, una joven de 18 años. En palabras de Cristina Fernández, “los pueblos, finalmente, siempre vuelven”.
(Con información de Página 12)