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Política Maldonado | Cipriani | proyecto

Para la foto

El gobierno de Maldonado le "regaló" a Cipriani entre 600 y 720 millones de dólares

Según la propuesta de los ediles blancos, el empresario podrá construir en altura 40 metros más de lo solicitado. Ese "regalo" superaría la inversión proyectada

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Caras y Caretas Diario

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Casi 5 años después de haber anunciado la construcción del “Cipriani Ocean Resort and Club Residences Punta del Este” en el predio donde entonces todavía estaba el hotel San Rafael, la Intendencia de Maldonado dio luz verde para el comienzo de la obra.

Pero para que esto ocurriera hubo un trámite absolutamente irregular, cambiante y plagado de presiones.

Sin embargo el intendente Enrique Antía, el diputado Diego Echeverría y los ediles blancos de la Junta Departamental de Maldonado han sido los mejores lobbistas del empresario italiano.

El procesó comenzó con la demolición del viejo hotel, lo que según afirmó el edil Joaquín Garlo (MPP-FA) “se hizo sin los permisos respectivos y sin pagar las tasas correspondientes”.

Y más grave aún porque Cipriani hizo la demolición sin ninguna garantía, sin haber presentado ningún plano, sin gestionar las excepciones a la ordenanza que son muchas, sin ninguna autorización de obra y sin siquiera un estudio de impacto ambiental.

Su proyecto inicial cambió tres veces y también el monto de la inversión que pasó de 450 millones a 240 millones de dólares ahora.

Pero además el empresario pretendía instalar un casino privado. El gobierno nacional lo autorizó y al límite del tiempo Cipriani pagó la garantía de oferta. Luego reclamó el juego online y el gobierno continuó cediendo, porque el empresario amenazó con desistir de la inversión. El proyecto definitivo seguramente se aprobará el próximo año.

A principios de este año apareció un inversor egipcio asociado al italiano, que pocos meses después se retiró.

En setiembre pasado el edil nacionalista Javier Sena, miembro de la Comisión de Obras del legislativo y además presidente de la Cámara Inmobiliaria de Punta del Este, hizo una insólita propuesta: autorizarle 40 metros más en altura para que “el balneario tenga el edificio más alto de América del Sur”.

El edil fundamentó su propuesta en que “todos los visitantes querrán tomarse una foto desde esa altura, lo que sería algo icónico, como es ahora la Mano”.

Hace dos semanas, los 21 ediles blancos y un edil colorado aprobaron todo el proyecto, incluida la nueva altura.

Pero ocurre que Cipriani había solicitado autorización para construir una torre de 280 metros de altura, que ahora llegaría a 320. Obviamente el empresario dijo que sí.

La nueva altura exige modificar los planos y nuevos cálculos de ingeniería.

Pero el que a un inversor se le otorgue mucho más de lo que pide no es lo único novedoso. Lo verdaderamente nuevo es el formidable regalo que se le hizo con el cuento de la “fotito”.

40 metros más de altura significan 12 pisos. Supongamos que cada piso solo tenga dos apartamentos, en total serían 24.

No existe punto de comparación con nada conocido, aunque Cipriani promete lujos inexistentes por acá.

Caras y Caretas consultó a varias fuentes inmobiliarias esteñas; todas coincidieron en que se trata de un producto desconocido y muy atractivo para determinado nivel de público que “habrá que salir a buscar por el mundo”.

Sin embargo, aún con esa dificultad, tomando en cuenta lo que ahora se pide por propiedades en altura de excelente calidad, las fuentes estimaron que un departamento de unos 350 a 400 metros cuadrados en el piso 70 o superior, bien se puede cotizar entre 25 y 30 millones de dólares.

Eso significa que, para la foto, la Junta Departamental le regaló a Cipriani entre 600 millones y 720 millones de dólares. Cifra que significa entre dos y tres veces más de lo que, según dijo, sería la inversión inicial para reconstruir el hotel y levantar la primera torre.

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QUÉ DICEN LOS EXPERTOS

Arquitecta Gabriela Pallares: “No creo que lo hagan”

Gabriela Pallares es arquitecta de profesión y desde el año 2013 dirige “El ministerio del diseño, una prestigiosa publicación digital, enfocada en temas de tendencias, arquitectura, ciudades, diseño, arte y gastronomía”, que hoy se edita junto con el semanario Búsqueda.

“Yo no creo que la construyan”, dijo Pallares a Caras y Caretas y agregó: “Lo peor es que al balneario le quede un esqueleto de esas dimensiones en el lugar donde se ubica. Un desastre”.

La arquitecta explicó que “además de "tener confianza" hay que tener plan b y c. No es que se invierta para no hacer nada. Es que pasan cosas en procesos largos que hacen cambiar rumbos. Y cuando esos cambios te perjudican, es tu deber velar por el patrimonio local. Es tan previsible como redactar contratos con garantías, mostrar procesos, proyectos culminados y avales antes de autorizar demoliciones”.

Pallares cuestionó la actitud del gobierno departamental autorizando la demolición del hotel San Rafael. “Eligieron confiar y el departamento perdió un bien emblemático. Lo previmos hace 4 años cuando comenzó el proceso y nos cansamos de redactar notas al respecto. Ahora eligen "confiar". Nadie supo lo que votaba o autorizaba. Nadie pidió más explicaciones. Salvo el actual director de patrimonio, William Rey, que se puso el tema en sus espaldas con todos los riesgos y daños que ello implicó”.

¿Nadie es responsable?, preguntó Pallares.

“Esto no es imprevisto en un proceso”, agregó. “Es literalmente una omisión. Pudo haberse previsto, pudo manejarse de otra forma para tener otro resultado.

No aprendemos de errores como el de la estación General Artigas de AFE. No aprendemos nunca y seguimos aceptando errores sin responsables, seguimos perdiendo patrimonio de todos. Podemos estudiar seriamente qué se hace en otros lados, podemos asesorarnos con especialistas, pero elegimos seguir perdiendo, seguir improvisando.

Cuando te pasa varias veces ya no es ni siquiera desidia, es una decisión. De hacer las cosas mal. Y se hace así porque pueden. Porque no hay castigo ni corrección posterior.

Tenemos las ciudades que merecemos y construimos, no solo con ladrillos, sino con decisiones. Todos los días”, sostuvo la arquitecta Pallares.

Arquitecta Magela Terzano: “Cualquier persona medianamente sensible sentirá una agresion visual frente a esta propuesta, aunque dudo que se concrete”

Magela Terzano se desempeñó durante varios años como directora de Arquitectura de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, un cargo técnico. También desarrolló su actividad profesional en Maldonado.

“Poco a poco Punta del Este va perdiendo la escala humana que supo tener y queriendo ser la Miami del sur se va llenando de edificios y de gente “que compra un pedazo de cielo y no tiene un metro cuadrado de tierra donde caerse muerta, como decía Flores Mora”, dijo Terzano a Caras y Caretas.

“Punta del Este era un arenal, un desierto. Respetando la naturaleza debió ser un balneario de paisaje seco. Pero no, es verde a prepo”, sostuvo.

“Llegó la hora de demoler valiosas casas particulares para construir edificios a veces anodinos y así aumentar la densidad. Ese fue el triste camino del ex hotel San Rafael, un edificio adecuado a su entorno y escala, nunca debió autorizarse su demolición.

Vean que hasta último momento se negaba a caer contradiciendo la premisa planteada de que corría peligro de derrumbe. Solo carecía de mantenimiento y estaba abandonado, cosa que a menudo se hace exprofeso para conseguir la autorización de demolición. Así tenemos a la Ciudad Vieja de Montevideo dando cátedra”.

Terzano afirmó que “el proyecto de Cipriani plantea la reconstrucción del edificio estilo Tudor. Lo que es peor aún, construir un falso histórico para recordar aquel que ellos mismos demolieron, yendo por un camino opuesto a lo que propone Unesco sobre respetar la autenticidad”.

La profesional recordó que el proyecto del empresario italiano pasó por tres etapas:

“1- una torre y un puente sobre la rambla;

2- las matracas, una torre y un edificio apaisado;

3- una torre de 320 m de altura como una aguja que intenta pinchar el cielo, tratando de competir por ser la torre más alta de Latinoamérica sin pensar si ella dialoga con el vecindario, con San Rafael todo, con la playa, con los vientos”.

Para Terzano, “cualquier persona medianamente sensible sentirá una agresión visual frente a esta propuesta de concretarse, cosa que dudo. Solo me pregunto quiénes serían los potenciales clientes dispuestos a comprar y habitar esta torre, seguramente calculada para sacudirse con los vientos de la zona”.

Leonardo Moreira: “¿Alguien pensó en la sombra que proyectará sobre la playa?”.

Leonardo Moreira es docente universitario en la Licenciatura de Diseño de Paisaje, en el Centro Universitario Regional del Este, Udelar. Pocos días atrás hizo circular en las redes su opinión sobre el proyecto Cipriani, haciendo especial hincapié en como afectará al barrio San Rafael.

“Este es uno de los pocos barrios jardín de Uruguay, si no el único por sus características urbanísticas, la calidad de su arquitectura y su conservación. La escala del barrio San Rafael es de grandes viviendas de una planta o dos con grandes retiros tanto posterior lateral y frontal. Techos a dos aguas en su mayoría y con jardines de proporciones e historias muy interesantes. Rodeado de un bosque artificial de Pinus pinaster”, explicó Moreira.

Recordó que “existieron en el barrio íconos urbanos y algunos todavía se mantienen como el kiosco de Pelo, el hotel San Marcos, el hotel La Capilla, el restaurante Doña Flor, el propio hotel San Rafael, la plaza París, el supermercado de Florio, el hotel L'Auberge, entre otros. Las calles de formas curvilíneas generan al transeúnte la sensación de ir encontrando el barrio en forma sorpresiva y azarosa.

Evidentemente el hotel San Rafael fue el centro de la actividad social de los habitantes del barrio y de todo Punta del Este por un largo tiempo. Por ese lugar desfilaron las luminarias del cine, el canto y la televisión, entre ellos Mario Moreno Cantinflas, Raffaella Carrá, Joe Cocker, Rod Stewart, Billy Idol, Julio Iglesias, Vinicius de Moraes, Maria Creuza, Gérard Philipe, entre otros muchos. Poniendo al hotel al nivel de los grandes del mundo, como el Ritz de París, el Copacabana Palace de Río de Janeiro, el hotel Martínez de Cannes, entre otros, que obviamente aún existen y a nadie se le ocurre derribarlos para construir un adefesio”, escribió Moreira.

Agregó que “la actual propuesta para sustituir al San Rafael es una serie de torres a diferentes alturas donde nada de su diseño retoma características del barrio como tampoco está acorde a la armonía tanto en proporciones como en materiales.

La escala es monstruosa, le autorizaron 320 metros de alto, eso equivale a algo más de tres cuadras, un verdadero despropósito.

¿Se imaginan la sombra arrojada sobre la playa San Rafael? Es realmente inaudito que se permita tal construcción en ese lugar. Está claro que el argumento para la autorización de la obra es “el trabajo”. Todos estamos de acuerdo con generar trabajo. Pero existe la posibilidad de hacerlo interviniendo en muchos lados a la vez generando así la misma cantidad de mano de obra en la construcción como también en puestos de trabajo posteriores.

Distribuir las inversiones en el territorio es la mejor forma de generar desarrollo sostenible teniendo en cuenta los aspectos sociales, económicos y ambientales para una mejor inversión. En el caso del proyecto Cipriani ninguno de los objetivos de desarrollo sostenible está contemplado, es un verdadero desastre para el balneario. A todos recuerdo que ya tuvimos un hotel Cipriani, recomiendo que googleen y se enterarán cómo terminó eso.

Así está el micromundo de Maldonado, arruinando todo a su paso y los ciudadanos mirando de lejos, de muy lejos”, aseveró Moreira.

William Rey: “Punta del Este va camino a ser una Miami”

El arquitecto William Rey, actual director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, quien apoyado por la Facultad de Arquitectura y la Sociedad de Arquitectos presentó un recurso judicial contra la demolición del hotel San Rafael al que la Justicia no hizo lugar y por eso fue demandado por el empresario Cipriani, habló el miércoles pasado con El Observador.

Rey dijo que “el proyecto Cipriani será un daño irreparable para la zona”.

También criticó al intendente Enrique Antía “con quien tengo bastantes diferencias respecto al cuidado de patrimonios culturales. Demoler el viejo hotel San Rafael fue una gran pérdida”, sostuvo.

“Demoler un edificio para volver a construir uno parecido es ridículo. La historia es la adherencia que tienen las edificaciones en el tiempo. Si vamos a imitar edificios, ¿cuál es el sentido?”, se preguntó el director de Patrimonio.

Para Rey, “Punta del Este aún tiene una buena relación entre área forestada y la ocupada. Valores inocultables que hacen a la calidad del lugar. Si no preservamos eso, vamos camino a ser una Miami”.

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