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Política agropecuarios | Expo Prado 2022 |

Contracara rural de Graciela Bianchi

El inefable Sebastián Da Silva

Habría que avisarle el senador Sebastián Da Silva que solo el campo en forma aislada no funciona, porque el campo para sacar su producción necesita servicios.

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Sebastián Da Silva, el senador del Partido Nacional que se ha vuelto vocero y defensor de los intereses agropecuarios, hizo algunos comentarios que fueron publicados en diversos medios de prensa en relación con las repercusiones de los discursos que se presentaron en la clausura de la Expo Prado 2022, mayor evento de campo a nivel de la capital.

De las afirmaciones llama la atención dos comentarios bastante fuertes y que requieren llevarnos a la reflexión.

El senador que es agente inmobiliario, consignatario de ganado, e intermediario en agronegocios, se presenta además como productor agropecuario.

En sus declaraciones afirma que en plena pandemia de Covid-19 el campo “nunca paró” y el crecimiento económico del Uruguay “se explica por el esfuerzo del hombre de campo”.

A su respecto, afirma que lo que el campo genera y los aportes del campo deben quedar en el sector. Los aportes de otros sectores también tienen que quedar en otros sectores.

Nadie niega la relevancia del sector agropecuario para la economía nacional, la construcción del Uruguay se ha hecho con un fuerte rol del sector agropecuario, pero solamente una gran ignorante puede creer que de una actividad el país vive.

El país no vive sin seguridad, sin un sistema de salud, sin educación, sin los servicios, sin comercio, sin tecnologías, entre otros y podemos seguir enunciando sectores, actividades y empleos.

Habría que avisarle el senador Da Silva que solo el campo en forma aislada no funciona, porque el campo para sacar su producción necesita servicios, para incorporar tecnología necesito energía eléctrica, para formar técnicos necesito un sistema educativo y para los productores y trabajadores del medio rural también requieren de servicios de las más diversas índoles.

No existe posibilidad de que el campo se sustente sin complementarse con otras actividades, no existen los derrames sin que existan canales que permitan la complementariedad de actividades.

Vamos a poner un simple ejemplo, la energía eléctrica a nivel rural. Alcanzar con energía eléctrica a la producción agropecuaria es fundamental para cambiar los sistemas productivos y mejorar la calidad de vida.

El costo de las redes eléctricas haría inviable llegar con energía eléctrica a uno o unos pocos establecimientos relativamente aislados en el medio rural si tuviera que pagarse con la producción de ellos mismos.

Solamente con su esfuerzo productivo hubiera sido inviable extender la red eléctrica a nivel rural.

Se pudo hacer porque existió un programa público liderado por la empresa estatal UTE donde se subsidiaba las redes para poder llegar a diferentes establecimientos y el fundamento era la relevancia de la actividad y la radicación en el agro.

Ninguna empresa privada hubiera llegado por iniciativa propia, y generar esta inversión para un emprendimiento individual hubiera sido prácticamente inviable, salvo el caso de grandes inversiones que hasta en estos casos se fundamenta la inversión pública por los derrames de la inversión y hasta se promueve la misma con exoneraciones impositivas.

Por otra parte, el campo nunca paró y el crecimiento se dio por el esfuerzo del hombre de campo, del trabajador y el productor y muchísmo menos por el trabajo de los intermediarios, sobretodo de lo que chupan la sangre de los que trabajan.

Habría que explicarle al senador Da Silva que la realidad de pandemia y la crisis sanitaria llevo a la necesidad de confinamiento, a regular las condiciones de trabajo de mucha gente y que existieron muchas personas que se vieron obligadas a parar su actividad.

En muchos casos esto fue así por obligación y con las dificultades para empresas y trabajadores que implicó cerrar empresas, comercios, despedir gente, vivir sin ingresos o de ingresos parciales. Hay sectores de la actividad como la construcción que siguieron trabajando y las empresas públicas siguieron suministrando, agua, luz, telefonía e internet.´

La salud y la ciencia fueron un orgullo nacional y cientos de trabajadores de la salud contrajeron el COVID trabajando en los hospitales y muchos murieron por nosotros.

En todo caso es una realidad que la agropecuaria ha hecho un gran esfuerzo de continuar la actividad y también hay un esfuerzo de los que no pudieron continuar su actividad y con sectores que no han podido recuperar su actividad y con trabajadores que mantienen sus ingresos reales prepandemia y que en muchos casos o perdieron o suspendieron sus trabajos.

Un senador de la República representa intereses nacionales, más allá que expresa la opinión de un partido y a una ideología. Pero es inadmisible dejar pasar este tipo de comentarios sin fundamento y corporativo que destratan a la sociedad en su conjunto y que en éste caso particular mantiene una prédica demagógica e ignorante que sólo intenta ganar votos, beneficiar intereses y en su caso particular ocultar que el grueso de su fortuna no se hace produciendo carne y plantando granos sino cobrando comisiones.

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