A 50 años del golpe de Estado los expresidentes Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Herrera y José Mujica, junto al actual mandatario Luis Lacalle Pou, se reunieron en la Torre Ejecutiva y dieron un mensaje conjunto en defensa de la democracia.
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Lacalle Pou destacó la presencia de expresidentes de todos los partidos y recordó también la figura de los presidentes Jorge Batlle y Tabaré Vázquez. “Se ha dicho, todos estos días, nunca más. Para que sea cierto, tiene que haber, como se decía ayer en el Parlamento, para siempre democracia”, expresó.
Sanguinetti (1985-1990, 1995-2000) sostuvo que el encuentro entre los mandatarios fue un acto de confirmación democrática. Llamó a dotar de “profundo contenido” al concepto del “nunca más”, referido a la violencia, los mesianismos autoritarios, las utopías revolucionarias, la intolerancia, la descalificación del adversario y el desprecio a las constituciones liberales y su valor democrático.
En esta misma línea, Lacalle Herrera (1990-1995) hizo énfasis en el rol de los ciudadanos y dirigentes para que la democracia dure y perdure. Convocó a los compatriotas a no descalificar al otro porque piense distinto. Agregó que la dirigencia política debe asumir que la lucha política llega hasta cierto punto y que los acuerdos son la esencia de la vida histórica y política del país.
Finalmente, Mujica (2020-2015) reconoció el carácter perfectible del régimen y llamó a no caer en la conformidad. “Una manera de afirmar la democracia es dar respuesta a los grandes problemas”, dijo. También exhortó a alcanzar una causa nacional que unifique a los uruguayos por encima de los antagonismos y a cuidar la convivencia, que es la forma de cuidar la democracia.
Por su parte Lacalle Pou señaló que la democracia se trata de una construcción permanente. “Construir es muy difícil, destruir es un instante. Por eso, la democracia tiene que ser algo cotidiano, algo nuestro de cada día”, expresó. En dicha construcción, “los distintos actores asumen responsabilidades diferentes, dijo. Los ciudadanos deben saber elegir y aceptar. Los dirigentes políticos, estar a la altura de las circunstancias”.
Asimismo, se refirió al carácter perfectible de esta forma de gobierno, que se basa en los derechos electorales, la separación de poderes, la representación de las minorías, la existencia de resortes institucionales para el reclamo y la sana convivencia de los partidos.
La democracia, señaló, “debe satisfacer lo que hace a un individuo libre”, como la libertad de expresión, el acceso a la educación, la vivienda y la salud.