Se estima que recaudaron de esa forma, al comienzo del gobierno de Lacalle Pou, alrededor de US$65 millones más que si se hubiese ajustado la BPC por la inflación. Este Gobierno —siguió Ferreri— comenzó su período haciendo un ajuste impositivo para recaudar más y eso consistió en dos capítulos: “El primero, reducir el descuento de IVA para transacciones con tarjeta de débito y crédito y el descuento pasó de 4 puntos a 2. Por tanto, hubo un aumento de IVA para esas transacciones. Por otro lado, la fórmula de cálculo de IRPF también significó un incremento de ese impuesto porque este Gobierno cambió el criterio por el cual se ajustaban las Bases de Prestaciones ‘que es lo que determina el mínimo no imponible del IRPF’”. Ferreri sostuvo que “las BPC pasaron de ajustarse por IPC a ajustarse por Índice Medio de Salarios (IMS). Como el IMS creció menos en los primeros años de este período de gobierno que la inflación, más gente empezó a pagar IRPF, y quienes antes no lo pagaban debieron empezar a hacerlo. Por tanto, hubo al principio de este gobierno dos aumentos tributarios: uno en el IRPF y otro en el IVA”.
Ferreri explicó que, de alguna manera, ese incremento del IRPF de comienzo del período se compensó luego sobre el final de este período, “pero no es correcto cuando este Gobierno dice que hubo una baja de impuestos”. Ferreri indicó que “las variaciones de signo positivo en la recaudación al principio se compensan con las rebajas que se hicieron en el último año del período de gobierno, rebajas que tienen claro tinte electoral”. La política tributaria —siguió— no debería definirse por cálculos electorales, porque le hace mal al país.
Ferreri recordó que el aumento del IVA “no ocurrió por la pandemia, porque ese incremento en el impuesto mediante las transacciones con tarjeta ocurrió antes de que ésta comenzara, por eso se hizo con un mero afán recaudador. Y lo mismo ocurrió luego con el cambio de cálculo con la fórmula del mínimo no imponible del IRPF”. Subrayó que al comienzo de este gobierno hubo un claro aumento tributario.
Las verdaderas perillas de Arbeleche
El exsubsecretario de Economía respondió, además, que la foto de la economía no indica un buen desempeño de este Gobierno. “Quien asuma el próximo período de gobierno, sea quien sea, tendrá un país con mayor desigualdad que en 2019, con mayor pobreza a nivel general y mayor nivel de pobreza infantil. Por tanto, quienes concebimos la economía al servicio de la sociedad, con esos indicadores no podemos hablar de un mejor país”. Pero además, añadió, no se sentaron las bases “para un proyecto estratégico y un proyecto nacional de desarrollo que genere mayores niveles sostenidos a lo largo del tiempo. Nada de eso se implementó en este período de gobierno. Podemos decir que más que una ministra de Economía y Finanzas tuvimos una ministra que fue solo de finanzas, preocupada por la caja y no por el desarrollo de las políticas públicas que generen mayores niveles de prosperidad y que esa prosperidad sea compartida por todos los uruguayos y no solo por los de mejores ingresos o los más ricos”.
Habrá que tener una potente agenda procrecimiento —dijo Ferrari— y “habrá que tener políticas públicas para que la prosperidad sea compartida, es decir, poner énfasis en la mejor distribución de la riqueza y justicia social”. Sostuvo, además, que se heredará una economía con una década de bajo crecimiento, que tendrá el atraso cambiario más grande del siglo y tendrá el mismo o mayor nivel de déficit fiscal que en 2019, cuando la situación fiscal era calificada de desastre por las actuales autoridades cuando estaban en la oposición. Además, se heredará una deuda pública superior a 10 puntos del PBI. No será sencillo, pero “creo que el Frente Amplio tendrá la capacidad, con el equipo económico, de llevar adelante los desafíos que tenemos para crecer, distribuir y generar políticas públicas que contribuyan, entre otras cosas, a sacar a tantos compatriotas de la pobreza y, sobre todo, a pelear contra la pobreza infantil, que es uno de los mayores desafíos que tenemos”.
Ferreri dijo que “hemos vivido críticas de las gremiales con respecto al actual atraso cambiario, pero es importante trazar un camino teniendo en cuenta que hay que proteger a quienes tienen ingresos fijos en pesos, como asalariados y pasivos, y eso es muy importante en una economía bimonetaria, donde muchos uruguayos se endeudan y hay que generar una reducción del atraso cambiario de manera gradual y paulatina para proteger los ingresos de las grandes mayorías. Pero sin duda es un tema muy serio que deja este Gobierno con perjuicios en la competitividad no solo del sector exportador sino para quienes compiten en plaza con productos importados”.