En el conversatorio "Des-aguas: afluentes, cauces y desembocaduras de la crisis ambiental", organizado por la librería Escaramuza, en la cual Caras y Caretas estuvo presente; el investigador y escritor, integrante del Centro Latino Americano de Ecología Social (Claes) y analista en temas ambientales Eduardo Gudynas cuestionó el manejo de la crisis hídrica y las medidas tomadas por el Gobierno.
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En el conversatorio, realizado este jueves, participaron también la bióloga Sylvia Bonilla, perteneciente a la Sección de Limnología de la Facultad de Ciencias y el antropólogo Javier Taks, integrante del Programa de Investigación en Desarrollo Sostenible (PRIDES). Donde además se contó con la moderación de la periodista Denise Mota e interpretación a Lengua de Señas Uruguaya.
"Los problemas de la Cuenca del Santa Lucía tienen por lo menos 2 décadas, yo lo recuerdo de fines de los años 90 y vamos empeorando", recordó Gudynas y puso en cuestionamiento sí la reacción ciudadana es de acuerdo a las circunstancias que nos atraviesan actualmente. "¿Por qué la reacción frente a esta debacle ecológica no es mayor?", preguntó.
En ese sentido, cuestionó que la discusión pública partidaria es sobre quién tiene la culpa, pero no hay medidas a mediano y largo plazo. "Es un aprovechamiento de varios actores para agredirse electoralmente entre ellos", criticó.
¿Hay una forma de pensar que no sea de tiranía con la naturaleza?
Recordando una de las reflexiones de Hannah Arendt en uno de sus diarios de la década del 50 que llevaba en paralelo a la escritura de su libro sobre los totalitarismos, donde ella se pregunta si hay una forma de pensar que no sea tiránica; Gudynas planteó: ¿Hay una forma de pensar que no sea de tiranía con la naturaleza?¿Hay una forma de pensar y de sentir que no tolere y permita esta destrucción de la naturaleza? Debido a la destrucción y contaminación que hay en la mayoría de los afluentes en el Uruguay.
Planteado el cuestionamiento de los impactos de esta crisis hídrica en la charla, Gudynas destacó que "el problema del agua deriva en la necesidad de comprar agua embotellada, lo que implica inmediatamente una desigualdad" y cuestionó que es una carga económica importante para los sectores vulnerables.
Asimismo, cuestionó que las medidas que se dan en estos casos a la población son medidas "compensatorias" o de "indemnización", como la reducción de IVA al agua embotellada o un depósito para comprar cierta cantidad de agua embotellada.
Por último, el investigador planteó que esta crisis es única en el mundo por dos aspectos. Por un lado, el primer aspecto que señaló fue la falta de una "acción de racionamiento". "No hubo sucesivas etapas para abordar la crisis. Como ocurrió, por ejemplo, en San Pablo o en otras ciudades", consideró.
Por otra parte, como segundo aspecto destacó: "Es el único caso que conozco donde hubo una suplantación masiva, el agua potable por agua bebible, o sea, salobre". Lo cual explicó que pasaron a ser dos aguas, una para consumo del hogar y otra para beber, lo que calificó como "un cambio político cultural".