Desajuste financiero
El desajuste entre ingresos y egresos es otro problema crítico que debe ser abordado con urgencia. Particularmente, la falta de actualización de los aportes indirectos conforme al Artículo 71, sumado al tratamiento de excepciones sin una revisión adecuada y a la ausencia de control en su cumplimiento, han contribuido a la crisis actual.
Ampliación de la base de aportantes
La ampliación de la base de aportantes es un punto clave para la sostenibilidad de la Caja. Sin embargo, ésta no debe ser concebida como una penalización, sino como una oportunidad para integrar nuevos profesionales de manera equitativa. Quienes se integren al sistema deben saber que están realizando una contribución efectiva, recibiendo a cambio beneficios claros en situaciones de contingencia. Es fundamental pensar de manera amplia y creativa sobre cómo incluir a todos los profesionales, al tiempo que se implementan controles necesarios para aquellos que ejercen libremente su profesión y deben estar al día con sus aportes.
Necesidad de control y transparencia
En quinto lugar, la debilidad en los controles y en la gestión del sistema ha generado un entorno de falta de transparencia. Es esencial que se implemente un proceso que involucre al Estado, generando un espacio genuino de escucha y participación. La Caja debería recibir al menos el mismo apoyo que se otorgó a otros sistemas, apuntando en primer lugar a la generación de alternativas financieras que permitan su continuidad y, en segundo lugar, a abordar una reforma integral que recupere la Caja como una institución sólida y confiable. Cualquier reforma, como el tratamiento de los profesionales bajo la Ley 20.130, debe ser necesariamente pospuesta para atender la revalorización de la institución y luego ver alternativas realistas.
Necesaria profesionalización de la Caja
Existe un deber moral ineludible de profesionalizar la gestión de la Caja. Esto implica implementar reformas que aseguren la independencia y eficacia institucional, además de integrar mejores prácticas de administración y control. Cualquier cambio que vaya en contra de los intereses de los profesionales o que se base en decisiones apresuradas debe ser reevaluado.
La Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios enfrenta un momento decisivo en su historia. Las crisis previas han puesto a prueba su capacidad e integridad, pero la solución no radica en medidas cortoplacistas. Se requiere la creación de un sistema inclusivo, sólido y transparente. A través del diálogo, la profesionalización y una reforma bien fundamentada, es posible rescatar a la Caja y garantizar que continúe siendo un pilar esencial para todos los profesionales universitarios. Solo así podremos construir un futuro más promisorio, donde el acceso a la seguridad social no sea un lujo, sino un derecho accesible para todos.