"Las claves de la victoria hay que buscarlas en la misma noche de la derrota de 2019"

“El pasado martes, el Secretariado del Frente Amplio hizo una primera evaluación para analizar hasta dónde hay que ir a buscar las claves de la victoria; dónde están ubicadas esas claves. Y para nosotros es en la propia derrota de 2019, la misma noche de la derrota y en los días siguientes, cuando se construyó, se planteó el camino para esta victoria. El 21 de diciembre de 2019, a 20 y poquitos días de la derrota, hicimos la primera autocrítica; hicimos un Plenario Nacional del cual salió un documento, una declaración de 11 puntos, que tiene un encuadre internacional y una reseña de lo actuado en los 15 años, pero ya caracteriza al gobierno que venía”.

“Fue en ese documento donde se plantea una oposición anclada en el programa que habíamos presentado a la población y que había tenido más de un millón de votos”. “Dicho documento hace un llamamiento a la esperanza, sustentado en la forma en que había sido la derrota, o sea, lo cara que se había vendido la derrota, donde la coalición nos gana por 34.000 votos en noviembre. Entonces, ya ahí hay una clave importantísima”.

“Al FA le costó un poco, pero estaba claro que el Frente Amplio sabía, de alguna manera definía, que era lo que caracterizaba al gobierno que se venía, y en base a eso hacía ese llamamiento a la esperanza. Ese llamamiento está hecho citando a Julio Castro en una columna de setiembre de 1971, publicada en Marcha, convocando a redoblar la esperanza.

Militancia en las bases

Eso fue en diciembre de 2019. Después de eso viene la LUC. Pero entre la LUC y ese plenario hay algo que es fundamental desde lo emotivo, que es la última noche de febrero de 2020, con aquel maravilloso acto que hizo Tabaré (Vázquez), en su última noche de gobierno, en avenida Carlos María Ramírez, donde llama a no rendirse. Y eso es una inyección emocional impresionante para el Frente Amplio, para la fuerza política y para los militantes.

Hubo cambios en la interna, con la elección de nuevas autoridades y el desarrollo de la acción política. Tras la renuncia de Javier Miranda vino el período de transición encabezado por Ricardo Ehrlich, que fue muy bueno porque ahí construimos el documento para el congreso de balance, crítica y autocrítica de octubre de 2021 y el propio Congreso. Vino el referéndum por la LUC, donde otra vez la diferencia es prácticamente la misma del balotaje, o sea ese puntito y medio, casi dos, que nos faltó para tirar los 135 artículos de la LUC. Todo eso fue generando una acumulación impresionante”.

Como otros jalones se destacan la elección interna de diciembre de 2021 y la asunción de la nueva dirección en febrero de 2022. Una dirección que tiene el enorme plus de contar con Fernando Pereira a la cabeza. “Además, en ese proceso, la puesta en práctica de las Resoluciones del Congreso, porque ahí esa dirección lo que toma es ese documento que emana del Congreso y pone en práctica esas conclusiones”.

Respecto al Congreso, fue una instancia donde habíamos definido que uno de los motivos de la derrota había sido el alejamiento, en esos 15 años, de las organizaciones sociales, el no tener en cuenta el humor social y que la fuerza política no había cumplido con el rol articulador que debió tener entre gobierno y organizaciones sociales, ese papel de conjugar entre ambos.

“En el documento del Congreso decimos que en el primer gobierno ese papel articulador lo jugó el propio Gobierno; en el segundo lo jugó el Pit-Cnt, un aliado nuestro del bloque social y político, y en el tercer gobierno no lo jugó nadie”, agrega.

“Allí están algunas claves de la derrota, pero cuando tratamos de encontrar el camino para esta vuelta de hoy, bueno, ahí la conclusión es que de ninguna manera puede pasar, que es indelegable ese papel articulador de la fuerza política.

Resumen de la victoria

En resumen, se trata de la puesta en práctica de las resoluciones del Congreso, es ‘El FA te escucha’, la instrumentación de esa autocrítica, de ese balance, o sea, el llegar a la sociedad con cerca de 1.900 reuniones en todo el país, hablando con organizaciones, con gente del más diverso pelo; y hablamos desde el movimiento sindical a Un Solo Uruguay, y en el medio organizaciones pequeñitas, muy chiquitas, en localidades del interior, en puntos muy apartados: El FA te escucha fue una de las herramientas, no la única, y rindió muchísimo, porque fuimos con mucha humildad, que eso era otra de las cuestiones que vimos también en la autocrítica”.

Sostuvo, además: “No olvido también aspectos organizativos como el plan y el objetivo de llegar a los 500 comités de base, que prácticamente se cumplió a cabalidad; la conformación de un frente de comunicación y propaganda en todo el país asentado y el saneamiento financiero de la fuerza política. Esas cuestiones fueron fundamentales. Así también el funcionamiento de los organismos, del Plenario Nacional, del Secretariado y de la Mesa Política, así como la construcción del programa, que lo terminamos de aprobar en el Congreso Tabaré Vázquez y que demandó un año, y pico en el que participaron alrededor de 15.000 militantes en todo el país, porque las asambleas previas al congreso concitaron muchísima atención.

“Ahí ya nos vamos acercando y nos encontramos con un tema muy importante que podría haber sido una gran piedra, que fue el plebiscito de la seguridad social. Y lo resolvimos bien. O sea, mirado desde hoy, nos damos cuenta de que en el momento nos costó aceptar la libertad de acción. Nos costó porque el Frente Amplio es una fuerza política creada para la unidad de acción y no para la libertad de acción, para la acción política permanente en unidad. Esto era algo que de alguna manera resultaba difícil de aplicar y de entender. Logramos meternos en la situación y darnos cuenta de que era un tema que corríamos el riesgo de que nos dividiera. Y bueno, lo resolvimos mediante la libertad de acción, con algunos entredichos, pero en líneas generales muy bien. Y después las campañas, las tres campañas, la campaña de la interna, la campaña a octubre y la campaña al balotaje”.

“Venimos a unir, para parafrasear a Seregni, a los orientales honestos. Esa es la definición” “Venimos a unir, para parafrasear a Seregni, a los orientales honestos. Esa es la definición”

La campaña de la interna, comenta Alonso, donde las bases de Montevideo dimos una lucha importante en lo que tenía que ver con que entendíamos que había una relación directa entre junio, la interna y después el fin del ciclo, de la primera parte del ciclo electoral, octubre y noviembre. Y nosotros decíamos: El Frente Amplio tiene que ser la primera fuerza. Y ahí el presidente dice ‘bueno, 400.000 votos’. Y los conseguimos. Fue excelente. Si bien es algo que al Frente Amplio le resulta incómodo, a los militantes nos resulta incómoda a veces la interna, porque bueno, competir entre nosotros es un poco complicado, pero lo resolvimos muy bien. Y bueno, fuimos la primera fuerza. “Y fundamentalmente, en todo este proceso, una dirección humilde, trabajadora, donde las bases jugamos un papel, tuvimos un rol, un rol de primera línea, y donde hubo un muy sólido equipo de Presidencia, encabezado por Fernando Pereira”, sostiene.

Agrega Alonso: “Cuando hablo del equipo de Presidencia me refiero a la Vicepresidenta, al Secretario político, a los presidentes de las comisiones centrales de organización, de propaganda, de finanzas, de programa, la Carifa; bueno, al conjunto de compañeros y compañeras que integran ese equipo de Presidencia.

Entonces, cuando se mira el resultado del domingo, para buscar las claves de ese resultado hay que ir a ese documento del plenario del 21 de diciembre de 2019, hay que ir también a las formas en que fuimos derrotados en 2019. Ahí hay una clave importantísima, porque vendimos muy cara esa derrota y salimos convencidos de que teníamos que sentarnos a conversar, que teníamos que sentarnos a hacer esa autocrítica, a buscar esos motivos, a tratar de encontrarlos y a reconectar con esa sociedad con la cual habíamos cortado vínculos”.

Ahora se viene una etapa desafiante. ¿Cómo entiende el rol que deben jugar las bases?

-En primer lugar, y también volviendo al Congreso, nosotros en lo estratégico definimos que para volver había que trabajar sobre el fortalecimiento del bloque social y político de los cambios. Pero no solamente para volver, sino para poder encarar las transformaciones que el Uruguay necesita para un segundo ciclo de transformaciones populares, de izquierda, progresistas, hacía falta fortalecer ese bloque social y político. Así lo definimos en el Congreso, donde definimos también que ese bloque tiene su propia dinámica.

Nos parece a nosotros, desde las bases, que entre las primeras tareas de la fuerza política, y acá vamos otra vez a la autocrítica, está el articular, el encontrar la manera de fortalecer, de reparar algunos de los vínculos con el movimiento social. Porque hay que reconocer que quedaron lesiones después del plebiscito. Nosotros desde las bases entendemos que esa es una primera tarea fundamental, el reparar, digamos, ese vínculo, en el sentido estratégico definido en el congreso, de lo que es el bloque social y político de los cambios.

Una de las cosas que se vieron en estos cinco años fue una militancia muy activa, con los comités de base siempre vivos, en movimiento. ¿Entienden que hay que mantener, o incluso aumentar, ese nivel de actividad militante en las bases?

-El papel del movimiento es fundamental en la vida del Frente Amplio. Ese papel se expresa en su organización, y se expresa en los frenteamplistas organizados en los comités de base. Ahora viene una etapa donde habrá que respaldar un gobierno que seguramente va a necesitar de un Frente Amplio movilizado, cumpliendo con su rol articulador. ¿Y cómo se traslada eso a los territorios? Justamente los comités de base en cada uno de los territorios son los articuladores con la sociedad.

Ese papel es insustituible, por eso estos años en los que nos vinimos preparando fueron no solo para ganar, sino para poder después gobernar y encarar este nuevo ciclo de transformaciones. Y ahí los comités de base tienen un papel fundamental.

¿Cuáles serían los objetivos prioritarios para la gestión de gobierno?

-Hay tres o cuatro fundamentales: La pobreza infantil está en los primeros lugares; dar señales en lo que tiene que ver con la seguridad; el tema del trabajo, del empleo y encarar, al cabo de los cinco años, por ejemplo, soluciones para la cantidad de pesistas que hay en el país. Esas son cuestiones absolutamente, absolutamente prioritarias.

Y hay otros temas que tienen que ver, por ejemplo, con la salud, la medicación, las personas que van a ASSE a buscar tres medicamentos y vuelven con uno. Y no estamos hablando de medicamentos sofisticados, estamos hablando de medicación para la presión, de cosas muy elementales desde el punto de vista médico.

Están cuestiones como la vivienda, nosotros nos comprometimos a duplicar el presupuesto de vivienda. La educación… Todo esto resumido en una consigna. Yamandú, a lo largo de la campaña, desde el primer día, desde la noche que se conformó, digamos, la fórmula en la puerta de la sede central del Frente, dijo “venimos a unir”. Y bueno, llegó el momento, venimos a unir. ¿Venimos a unir a quienes? Venimos a unir, para parafrasear a Seregni, a los orientales honestos. Esa es la definición".