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Política Levratto | Río de Negro | intendencia

Con el intendente de Río Negro

Levratto: "Nunca vi a Río Negro en un estado tan desastroso de infraestructura"

El intendente frenteamplista, Guillermo Levratto, describió los problemas estructurales del departamento, las prioridades de su gestión, opinó sobre el mensaje presupuestal del Ejecutivo, entre otros temas de coyuntura.

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Caras y Caretas Diario

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El Frente Amplio recuperó una intendencia clave en el litoral. Luego del triunfo nacional en en el balotaje de 2024, las elecciones de mayo ratificaron un camino trazado por el pueblo de Río de Negro. A más de 70 días de la asunción de Guillermo Levratto al frente de la comuna, Caras y Caretas dialogó con el intendente sobre los desafíos que enfrentó al asumir la Intendencia, las prioridades de su Plan Quinquenal, el impacto de la herencia de gestiones anteriores en el desempleo, la polémica de las fotomultas, y los efectos económicos y logísticos de la pastera en el departamento.

¿Cómo encontraron la Intendencia al asumir? ¿Cuáles fueron los principales desafíos con los que se toparon en la transición?

Lo principal era generar la reestructura interna, armar un equipo de gobierno para gestionar e implantarlo en el escenario de la institución, que no era el mejor, por vacíos y problemas en algunas áreas que ya conocíamos y que ahora se han comprobado. Eso era imperioso para poder empezar a aplicar nuestro programa de gobierno. Yo decía en campaña que el mayor problema que tenía el departamento, y que sigue teniendo, es la falta de oportunidades. Y eso tiene que ver con la desatención a la gente, a la juventud y con el desempleo notorio que tenemos, tristemente ubicados siempre en el podio nacional, en algunos momentos duplicando el porcentaje a nivel del corte nacional. Entonces, era una situación compleja —lo sigue siendo—, pero ya tenemos el equipo instalado y estamos dando las primeras señales.

¿Y cuáles eran algunos de esos otros problemas que se comprobaron?

Lo primero es el tema del escenario con el que íbamos a actuar, sobre el que estamos actuando ahora, que es la infraestructura. Nunca vi a Río Negro en un estado de infraestructura tan desastroso a nivel de vialidad urbana, el descuido de los espacios públicos, de la gestión de residuos, el estado bastante complejo de la caminería rural. Río Negro, en particular, es un departamento productivo; por lo tanto, por esos caminos sale la producción y también es por donde se conecta la gente a nivel de los pueblos más chicos. Entonces, el escenario de partida es complejo y dificultó el inicio.

Esto no significa que nosotros vayamos a poner excusas ni nada de ese tipo. Hoy es mi responsabilidad darle solución, y estamos trabajando en eso. A esto se suman otras problemáticas, como el desempleo, y otro tema que es simbólico pero muy latente: la autoestima colectiva muy baja. Es decir, aquello de que “acá nunca pasa nada”, “todo es igual”, “nadie va a cambiar nada”. Eso es bastante complejo en un escenario donde, con todas estas cosas que te comenté y con otras, no había perspectivas ni un entusiasmo contagiante. La gente estaba un poco decaída y descreída de sí misma y, a su vez, desconectada por completo del gobierno nacional de aquel momento, la anterior administración, y también la departamental, que no activaron buenas acciones como para renovar esa esperanza en la gente.

Río Negro es el único departamento del litoral gobernado por el Frente Amplio. ¿A qué factores atribuye la victoria del FA en este departamento?

En realidad, creo que primero el Frente Amplio, a nivel nacional, en el año 2024 trabajó muy bien. Votó muy bien en octubre, votó muy bien en noviembre en el balotaje, y después creo que hizo las cosas bien en cuanto a dar continuidad a ese esfuerzo militante. La fuerza política estuvo organizada todo el tiempo y, allá por diciembre de 2024, ya estaba ofreciendo certezas en el escenario departamental que se venía en mayo de 2025, habiendo elegido o designado a los tres candidatos que fuimos a la campaña.

A partir de ahí, eso que a veces parecía muy temprano en comparación con otras elecciones, en este caso fue muy oportuno. Se siguió trabajando: en enero ya estábamos en campaña, en febrero armamos nuestro programa de gobierno, en marzo los tres candidatos estábamos desplegados territorialmente. Entonces, fue una sucesión de buenas acciones que se dieron en un escenario donde la gente también estaba cansada, por esa desconexión del gobierno departamental con su propia gente, entre otros factores que incidieron.

De todas formas, quiero destacar algo: no ganamos solo porque los otros hicieron las cosas mal. También ganamos porque hicimos las cosas bien, y creo que eso es importante. Después lo que pasó en el resto de los departamentos responde a lógicas propias, pero pienso que el Frente Amplio tampoco supo capitalizar la experiencia de Paysandú, que quizá fue el golpe más fuerte, porque también había sido gobierno en nuestra época, entre 2015 y 2020.

¿No cree que la polémica vinculada a las fotomultas pudo contribuir en la derrota del PN en el departamento?

Sí, sí. No sé cuánto contribuyó, no lo podría medir, pero sí tuvo incidencia porque fue una pésima decisión de gobierno. Ese hecho estuvo básicamente confinado a Fray Bentos, porque no llegó a aplicarse en Young. Cuando estalló el tema estaba por implementarse allí y, por suerte para la ciudadanía de Young, no se aplicó; de lo contrario hubiesen tenido la misma indefensión y la misma afectación que sufrimos los ciudadanos de Fray Bentos.

Incidió, porque era casi obvio que todo lo que se hizo en el marco de esa decisión anunciaba que iba a terminar muy mal. Se volcaron excusas, se inventaron justificaciones para decir que estaba bien, que estaba en el marco legal, pero nunca se leyó el malestar de la ciudadanía.

Básicamente, esos radares y esas cámaras fueron instrumentados como una especie de cajas recaudadoras, porque parecía que lo único que interesaba era multar y multar. Por suerte, la gente, en un movimiento social apolítico —porque había representantes de todos los partidos—, reaccionó. Fue un acto espontáneo y comunitario para reclamar, reivindicar sus derechos y oponerse a una medida que nunca había pasado.

¿Y en qué quedaron las investigaciones respecto a las compras de los equipos y la empresa adjudicada para las fotomultas?

En realidad, el tema hoy está en la Justicia, vinculado al origen de cómo ingresaron esas cámaras. Nosotros estamos devolviendo el dinero mal cobrado por una multa que no tenía amparo legal, como la de pisar una línea blanca al detenerse en un semáforo. Mucha gente fue sancionada por esa supuesta infracción.

Después, el expediente lo dictaminará la Justicia. Creo que el grupo que presentó la denuncia en la sede penal está profundizando sobre eso. Estamos a la espera de lo que resuelva: puede pasar que el proceso siga tal cual, que se determine que estuvo relativamente bien, o que se genere una nulidad completa.

Cambiando de tema, le pregunto por la gestión: ¿qué prioridades establece el Plan Quinquenal para Río Negro?

En principio, atender el altísimo desempleo. Si bien la Intendencia no es en sí misma generadora de empleo, nosotros buscamos instalar un cambio cultural: que no se piense que la única puerta de ingreso es la Intendencia o los municipios. Estamos tratando de traccionar en otras cadenas de valor que sostienen la economía del departamento: la turística, la logística, la formación de conocimiento. El objetivo es atraer inversiones, y en eso estamos muy enfocados.

También queremos aterrizar en Río Negro todas las políticas públicas nacionales que generen empleo. Un ejemplo es lo ocurrido en Young el viernes pasado con OSE: se anunció la inversión en saneamiento y suministro de agua, y la obra pública siempre genera puestos de trabajo. Ese es un tema relevante porque entendemos que, a partir de allí, la gente se posiciona distinto.

Después, lo otro es lo que constituye la esencia de la Intendencia: el ABC de los servicios. Somos una prestadora de servicios, y por lo tanto debemos cumplir con todo lo vinculado a la infraestructura: la reparación y confección de calles urbanas, el arreglo de la caminería, la gestión integral de residuos —desde la recolección hasta el relleno sanitario— y el alumbrado.

En Río Negro el alumbrado se renovó en nuestro período 2015-2020, y se terminó de cambiar hacia 2016. Ya pasaron nueve años, las lámparas cumplieron su vida útil y ahora debemos renovar todo el parque lumínico. Además, las ciudades y los barrios crecieron, y necesitamos invertir para que se viva también la noche con seguridad y espacios de convivencia acordes.

Otro eje de prioridad es lo educativo. Hoy Río Negro tiene una oferta terciaria consolidada y mucho más rica que en otros períodos. Queremos avanzar en la designación de Fray Bentos como ciudad universitaria. La ciudad tiene todas las condiciones a nivel de oferta educativa, pero debe prepararse para recibir ese contingente de jóvenes vinculados al estudio. Estamos dando señales concretas en servicios complementarios para consolidar esa vocación universitaria.

Y, finalmente, está el desarrollo turístico. Queremos generar condiciones porque somos un departamento de frontera, con una mirada regional y binacional, y con el río Uruguay como gran eje. Tenemos atractivos como Las Cañas, el sitio Patrimonio Mundial Anglo, Nuevo Berlín, San Javier y las localidades costeras llenas de identidad y con un patrimonio natural enorme. Eso se conecta con el desarrollo náutico-fluvial.

En definitiva, trabajamos en varias líneas para hacer de Río Negro un departamento más atractivo y, a la vez, potenciar las cadenas de valor y preparar a nuestra gente para que se sume a ese proceso.

Teniendo en cuenta todos estos objetivos y obras, ¿qué opinión le merece el mensaje presupuestal que envió el Poder Ejecutivo al Parlamento y cómo cree que va a impactar en Río Negro?

En principio, en temas como el ambiental o la infraestructura, el impacto fue positivo. Más allá de eso, a nivel de educación queremos interactuar mucho más con la Udelar, porque hay un área de expansión y descentralización que hoy tiene un presupuesto escaso en la ley enviada.

Entiendo que este es solo el inicio para empezar a resolver un conjunto de negociaciones y reasignaciones de rubros, que se dan en la discusión parlamentaria: entre las instituciones que regresan al Parlamento, los legisladores que escuchan y proponen cambios, y en el marco de las negociaciones políticas que puedan surgir. Ahí tenemos cifradas esperanzas en el Gobierno nacional. Y, a nivel ministerial, también entendemos que es urgente atender el tema de la vivienda. Creemos que pueden abrirse buenas oportunidades, sobre todo en materia de inversión en obra pública. Ojalá tengamos señales positivas. No me aventuraría a decir nada negativo por ahora; estamos expectantes de lo que pueda resolverse en las negociaciones.

Mencionaba antes el desempleo como uno de los principales problemas del departamento. ¿Qué incidencia cree que tuvo la gestión del Gobierno de Lacalle Pou en esta realidad?

El no haberlo leído. Porque es algo histórico; no es de los últimos dos trimestres, sino de varios trimestres atrás. Digo trimestre porque el INE mide así los valores estadísticos del desempleo consolidado.

Si bien es cierto que tuvimos un proceso de pandemia y todo lo que generó en cuanto a la baja de la actividad económica y aumento del desempleo, hubo sectores y regiones del país que se recompusieron mucho más rápido que Río Negro. A nosotros nos afectó además la crisis derivada de la brecha cambiaria con Argentina. Cuando se levantó el impedimento de cruzar la frontera por el covid-19, hubo un trasiego de personas que se fue incrementando, ya que la diferencia cambiaria seguía siendo importante, y eso generó un impacto muy fuerte en el comercio local.

En ese contexto, las medidas que dictó el Gobierno anterior fueron tardías, insuficientes e ineficientes: eran remedios aplicados cuando la situación ya estaba muy compleja. Esto es distinto de lo que ocurre hoy, donde el Ministerio de Economía monitorea las áreas fronterizas y cuenta con un paquete de medidas que puede aplicarse de manera temprana, antes de que la situación se complique, algo que no ocurrió durante la gestión de Lacalle Pou. Indudablemente, esa falta de acción profundizó nuestra crisis comercial y hasta ahora no hemos logrado superarla. Por eso, cuando se rebajó el descuento del IMESI del 40 % al 32 %, los tres intendentes del litoral —y en particular yo, incluso siendo mi propio gobierno— planteamos la situación desde el territorio, desde las economías locales. No podemos permitir que se genere ese caminito de hormigas: si la gente empieza a cargar nafta o consumir servicios en Argentina, luego se trasladan otros gastos y servicios allá, y eso perfora nuestra economía local, que ya se encuentra en estado de fragilidad.

Después de dos décadas de la pastera, ¿qué cree que le dejó al departamento?

Cambió la logística y la dinámica económica. Seguramente dejó un remanente de mejoría desde el punto de vista de los costos laborales, aunque entendemos que su derrame en la economía local podría haber sido mayor. Por ejemplo, Río Negro es uno de los departamentos que más aporta al PIB nacional, seguramente gracias a la planta, pero, al mismo tiempo, sigue siendo el departamento con mayor desempleo. Eso indica que hay algo que no estamos haciendo bien. Por eso estamos trabajando fuertemente, queremos interactuar de otra manera con la empresa en términos de aportes, contribuciones y compromisos, que deben ser institucionales y permanentes para el desarrollo del territorio, no voluntarios.

Además, no hay que perder de vista que Río Negro está atravesado por la conexión entre las dos plantas de UPM, a través de la ruta 20, lo que implica un desarrollo logístico y económico que hay que atender. UPM 1 amplió ciertos servicios para abastecer a la planta de UPM 2, por lo que existe capacidad para trabajar en temas vinculados al desarrollo del territorio.

Estamos abordando también aspectos vinculados al mantenimiento de la caminería productiva. Tenemos hoy corredores forestales que son de importancia nacional, porque aportan a la economía nacional, pero de dominio del departamento. Trabajamos con la empresa para que asuma su responsabilidad en mantenimiento, reparación y recuperación, sobre todo en épocas de mayor tránsito de los tritrenes, algo que también estamos conversando con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Estos caminos no pueden abordarse solo con una mirada productiva: por ellos circula un tritren, pero también un vecino en un Fiat 1 que viaja entre una localidad y otra, una moto de alguien que va a trabajar o a estudiar. Para nosotros es fundamental que la gente entienda que esos caminos le pertenecen. Un buen diseño y colaboración entre empresas públicas, intendencias, ministerios y empresas privadas es clave para mantenerlos en buen estado.

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