La decisión de premiar a Machado ha generado un amplio debate y tensiones dentro del propio gobierno noruego, liderado por la socialdemocracia, debido a que los invitados oficiales a la ceremonia provienen mayoritariamente de partidos de derecha, exponiendo un choque interno entre la diplomacia tradicional de paz de Noruega y el creciente alineamiento con posiciones geopolíticas de Washington.
En este marco de controversia, varias organizaciones civiles anunciaron que solicitarán la cancelación del galardón, acudiendo a mecanismos legales disponibles en Suecia. Las agrupaciones argumentan que María Corina Machado no cumple con el testamento original de Alfred Nobel, el cual exige que el premio se otorgue a quienes hayan contribuido de manera destacada a la fraternidad entre naciones, la reducción o abolición de los ejércitos permanentes y la promoción de procesos de paz.