La semana comenzó agitada y el directorio blanco fue y vino con la suspensión de Penadés al partido. El martes de mañana, en la sesión ordinaria del cuerpo, el senador Penadés pidió licencia sin goce de sueldo por tiempo indeterminado. En la tarde la Comisión de Constitución y Legislación recibió el informe enviado por la Fiscalía y aprobó por unanimidad solicitarle al plenario el levantamiento de los fueros. El martes de nochecita el Honorable Directorio decidió pasar el caso Penadés a la comisión de ética partidaria. Una hora después, Iturralde recibió una carta de Penadés renunciando al Partido Nacional. Pasado el mediodía del miércoles, el Senado de la República levantó sus fueros. Será formalizado y comienza la etapa judicial.
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El caso Penadés debe analizarse en tres ámbitos diferentes: el político partidario, el trámite legislativo y el proceso judicial. Vayamos por partes.
El Honorable Directorio, el lunes a las 11 de la mañana, como estaba previsto, sesionó y el caso Penadés fue el tema central del orden del día. Como bien había informado Juana para Caras y Caretas, el grupo de Gandini llegó a la casona de la calle Juan Carlos Gómez con una decisión tomada: presentar una moción para suspender a Penadés y pasar el caso a la comisión de ética partidaria.
Juana supo que el debate duró casi 4 horas, pero no lograron ponerse de acuerdo. El presidente del Honorable, el Dr. Iturralde, les dijo a todos los medios que no le gustaba cobrar al grito de la tribuna y que iba a esperar la decisión que tomara el Senado para después resolver.
El martes de tardecita, después de reunirse la Comisión de Constitución y Legislación del Senado y aprobar por unanimidad elevar el desafuero a consideración del plenario, se reunieron los blancos con Iturralde a la cabeza. Allí, sin más trámite, después de conocer el informe de la Fiscalía resolvieron, ahora sí, pasar el caso de Penadés a la comisión de ética.
Una hora después y sin que se pudiera materializar el envío, Penadés les ganó de mano. Envió carta al Dr. Iturralde en la que le comunicó que renunciaba a la colectividad política así como a todas las responsabilidades partidarias para las que hubiera sido electo o designado.
De todas maneras, no quedaron todos conformes; Juana conversó con más de un integrante del directorio y había enojos y se notaba. La posición de Iturralde del lunes después de la larga sesión del Honorable fue comentada por lo bajo como un error político. El partido, dijeron varios, no estuvo a la altura. Un senador se animó a decir: “¿Qué vamos a esperar? ¿Que nos tape la ola?”.
La vicepresidenta Argimón estaba enojada y no lo ocultó. Le dijo a quien la quisiera oír que la decisión del directorio no era lo que habían acordado. Los hechos se fueron sucediendo y el martes las cosas cambiaron.
En la práctica Penadés se ha desvinculado de todo, solo queda un cabo suelto. Falta que renuncie al Parlasur. La semana pasada había pedido licencia por 90 días. Hoy la situación es otra. Renunció al partido y por tanto debe renunciar a su cargo de vicepresidente por Uruguay en representación del Partido Nacional.
Juana se preguntó, en la práctica, qué significa que ya no pertenezca al Partido Nacional. Sabemos que no participará en ninguna actividad partidaria. Hasta que se resuelva el procedimiento judicial estará suspendido de su condición de senador. Ahora bien, cuando hablamos de él, es muy difícil despegarlo de su condición de integrante del Partido Nacional. De todas maneras, la colectividad blanca respiró a partir del miércoles de tarde; la suerte que corra Penadés será un problema personal y los blancos respiran hondo, le soltaron la mano.
Antesala del desafuero
El martes el caso Penadés empezó temprano en el Palacio Legislativo, no se hablaba de otra cosa. Durante el pasado fin de semana tampoco. La Senadora Carmen Asiaín le había deslizado a Subrayado la idea de que el tema se tratara en sesiones secretas en comisión y en el plenario. Un planteo impracticable para un senador de la coalición porque no cuentan con los votos suficientes para que ello ocurra.
Las voces más radicales, oponiéndose al secretismo, no solo vinieron de la oposición, sino que la mismísima Argimón puso el grito en el cielo. No prosperó.
En la sesión del martes de mañana, mientras se leían como asuntos de mero trámite las licencias de varios senadores, ingresó una que llamó la atención de esta cronista, que la cubría desde la barra. Observó el pedido de una licencia sin goce de sueldo del senador Gustavo Penadés, que, a diferencia de lo que siempre ocurre, no se especificó el plazo de finalización. Se aprobó sin más trámite. Al ratito y mientras se leen rutinariamente los asuntos entrados, se dio ingreso y se votó el esperado pedido de desafuero con el informe de Fiscalía que a esa altura esperaba ver la luz en la caja fuerte de la presidencia del Senado.
A las 15 horas comenzó a sesionar, en la Sala de Ministros, la Comisión de Constitución y Legislación. Algo novedoso para Juana fue que estaba restringido el acceso y no se podía “deambular” -palabra textual de un funcionario- por los pasillos que rodean la Cámara de Senadores a pedido expreso de la vicepresidenta Argimón.
Luego de un cuarto intermedio, en que los integrantes de la comisión se reunieron con sus respectivas bancadas para leer el informe de 84 páginas remitido por la Fiscalía, volvieron a sesionar y redactaron un único informe o proyecto de resolución para dar lugar al desafuero.
El proyecto con el que estuvieron de acuerdo tanto los integrantes de la coalición de gobierno como los representantes del Frente Amplio fue de un solo artículo. “Ante la solicitud del Juzgado Letrado de 1ª Instancia en lo Penal de 36º turno, comunicada por la Suprema Corte de Justicia a través del oficio Nº 11/2023 de fecha 31 de mayo de 2023, la Cámara de Senadores resuelve declarar que hay lugar a la formación de causa al Sr. senador Penadés y suspenderlo en el ejercicio de sus funciones, quedando a disposición del Tribunal competente, de conformidad con lo previsto en el art. 114 de la Constitución de la República”.
El informe de Fiscalía, al que obtuvo acceso Caras y Caretas, es esencialmente impactante, doloroso y su lectura sorprende desde el inicio de las denuncias relatadas. Se habla de menores, de explotación sexual, de pedofilia. Si esto no fuera lo suficientemente grave como para sorprender al lector, se habla de la vulnerabilidad de las víctimas y del miedo que muchas de ellas han tenido a la hora de concurrir a Fiscalía.
Muchos de los denunciantes, nos explica la Dra. Ghione en su informe, se sintieron intimidados en más de una ocasión por las declaraciones de autoridades (recordemos las del ministro del Interior y el presidente de la República) y naturalmente por la condición de senador del denunciado. También señaló lo difícil que le había sido a la Fiscalía a su cargo obtener, del ministerio bajo la titularidad de Heber, los videos y filmaciones solicitadas como prueba.
El informe también menciona al profesor Mauvezin, el facilitador, según surge de las denuncias recabadas. Esto trajo aparejado un cambio rápido del ministro de Defensa. Hasta el miércoles de mañana cada vez que le preguntaban, decía que primaba el principio de inocencia y que continuaba dando clase. Ese mismo día, temprano, rápido de reflejos, después de leer el informe, el Dr. García también le soltó la mano. Rescindió el contrato que le vinculaba con el Liceo Militar.
El desafuero
El miércoles, como estaba previsto, temprano arrancó el Senado. Los senadores fueron llegando de a poco y una vez iniciada la sesión, la bancada del Frente Amplio pidió un cuarto intermedio. El motivo no era otro que informar el contenido de la carpeta de Fiscalía a los senadores que no integraban la Comisión de Constitución. 10.50 volvieron todos a sala y se retomó la sesión.
Desde la barra podíamos observar el bendito informe en las bancas de varios legisladores. Estaba celosamente guardado en carpetas de color naranja flúo que observamos en las bancas de los integrantes de la comisión. 10.57 comenzó formalmente el trámite del desafuero.
En nombre de la comisión y en representación de la bancada del Partido Nacional, habló la senadora Carmen Asiaín. Su exposición fue corta. Pidió el levantamiento de los fueros y tímidamente defendió a su compañero de partido enarbolando el principio de inocencia.
Se le notaba incómoda, se le conocen mejores intervenciones. Suele ser vehemente cuando está convencida del proyecto que está defendiendo. Esta vez no ocurrió.
El resto de la bancada se llamó a silencio. Juana consultó a varios senadores y la respuesta fue siempre la misma. “No voy hablar, me siento representado por las palabras de la senadora”. Casi al final, el senador Rodrigo Blás, casualmente quien está ocupando la banca de Penadés, se sintió en la obligación de hablar. Fue confuso e insistió en que cumplirían con el pedido formulado por el propio denunciado: “No me defiendan”.
Juana consultó para Caras y Caretas al hoy senador Blás sobre si continuará en la banca ahora que la suspensión de Penadés abre una gran interrogante. Le manifestó que seguirá. Como soy insistente, le pregunté por el rumor que se escucha en el Palacio de que volvería Heber al Senado. Me aclaró que por ahora no esta en los planes y agregó: “Cuando deje el ministerio por temas políticos, la banca es suya”.
El senador Da Silva hoy dio el batacazo. Fue el primero que le soltó definitivamente la mano a Penadés. Mientras el trabajo del Senado transcurría, en el ambulatorio, ante las cámaras, no se anduvo con chiquitas. Expresó públicamente su desconfianza en el parlamentario investigado. Y agregó: “Lamento haber leído el expediente enviado por la Justicia al Parlamento” y calificó el caso como “repugnante”.
La senadora Bianchi, en su cuenta de Twitter, desde el exterior, fijó su posición. “Nunca terminamos de conocer a las personas […] la mayor solidaridad con las hasta ahora víctimas” y agregó: “Los fueros parlamentarios no serán jamás amparo para proteger delitos”. Bianchi insistió que en este caso hay elementos de convicción suficientes para levantar los fueros de Penadés.
La verdad, lo defendieron poco. Al final y a modo de fundamento de voto habló Gloria Rodríguez, también de la 71. Casi entre lágrimas dijo que era una sensación fea y un trago amargo, pero que había apoyado el desafuero como corresponde para iniciar el procedimiento en trámite.
Los senadores se fueron sucediendo uno a otro en el uso de la palabra. El senador Mahía fue claro, contundente, y dijo un gran verdad: “No hay antecedentes en la historia de este cuerpo por los delitos por los que se vincula al senador Penadés”. Todos en términos generales hicieron hincapié en que existen elementos de convicción suficientes para la formación de causa a la luz del informe enviado por la Fiscalía.
A excepción, claro está, del senador cabildante Domenech, que dijo que no confiaba en la Fiscalía General de la Nación. Al explicar su voto afirmativo señaló que se debía a que así lo había pedido Penadés y el lema por el que fue electo (y al que ahora renuncia). Parecería que no supiera que los fueros pertenecen al cuerpo y no al titular o su partido.
Tal fue la sorpresa que encendió la mecha. Los que no iban a hablar se sintieron en el deber de decir algo. Todos defendieron a la Fiscalía, el trabajo realizado por la Dra. Ghione, la seriedad de lo actuado hasta ahora ya la contundencia de las denuncias agregadas en el informe.
A las 13.20 el Senado aprobó por 31 en 31, afirmativo, el desafuero de Penadés.
Se termina así una etapa que hoy parece lejana, pero que comenzó el día que Lula visitó Montevideo y Romina Celeste se desacató. Después vino aquella horrorosa conferencia de prensa que no fue tal de Penadés y sus múltiples cartas de licencias, renuncias, en fin, ahora se habilita el camino a la etapa judicial.
Juana cubrió para Caras y Caretas el caso Penadés desde su inicio. Este último tramo vivido en el Senado fue diferente a todos los episodios que me ha tocado vivir. El clima era feo, doloroso, incómodo, a nadie le gustó. Se repetían palabras como ‘tristeza’, ‘dolor’, ‘impacto’, ‘inesperado’. Será un día, sin dudas, recordado como uno de los más removedores que ha vivido el Parlamento Nacional.