Benjamín Liberoff, desde la visión y la experiencia que avalan sus años dedicados al Ministerio de Turismo durante dos períodos consecutivos, lanzó un llamado de atención por los datos -o la ausencia de estos como bien señala- que imposibilitan un análisis serio del desempeño de la cartera y su impacto en la economía del país.
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En entrevista con Caras y Caretas el ex subsecretario de Turismo en Uruguay (2015-2020), clarificó algunos aspectos importantes que deberían poner en alerta a las actuales autoridades, quienes evaluaron "positivamente" por ejemplo la Semana de Turismo, con una visión sesgada de la información.
-El turismo en los últimos años representaba más del 50% de la exportación de servicios en Uruguay y hoy no hay ningún dato al respecto. ¿Cómo se explica esto?
Desde el punto de vista del trabajo del Ministerio de Turismo en acuerdo con el Banco Central del Uruguay desde hace 30 años se podría decir, se realizaban un conjunto de encuestas regulares para poder determinar tanto los ingresos que tiene el país como los egresos, o sea lo que los uruguayos gastan fuera del Uruguay. Eso permite tener lo que se denomina la balanza turística. Hoy por hoy no existe información para cerrar el primer trimestre y estamos en mayo.
Lo último de información que aparece en la página web del Ministerio es del mes de noviembre y el mes de diciembre pero tampoco aparece cómo se está haciendo ese relevamiento de la información cosa que anteriormente el Ministerio siempre brindaba.
Así que mi preocupación no es solo por el tema turismo sino porque esta es una actividad relevante para el Uruguay al representar ese margen de las exportaciones de servicio pero también porque en general el Ministerio de Turismo pudo establecer una cuenta satélite para medir el impacto de la actividad económica turística para con la economía del país y eso da resultados que implicaban entre el 7, el 8 y hasta el 9 por ciento del PBI del país.
-¿Cuál sería el mecanismo idóneo para evaluar el aporte del Turismo en Uruguay?
Hay dos mecanismos. Uno es el que se hace por parte de la información depurada que brinda Migraciones al Ministerio y el segundo a partir de un diseño muestral que implica la realización de 21 mil a 23 mil encuestas en los puntos de ingreso y egreso del país para poder determinar el otro nivel de información que va más allá de lo que Migraciones aporta.
Porque por ejemplo cuando Migraciones registra el dato de los uruguayos ingresados no está desglosado cuáles son los que residen en el Uruguay que vuelven y cuáles son los uruguayos que residiendo en el exterior vienen de vacaciones al Uruguay y justamente se les considera como un turista más por la definición de que lo que gasta en el Uruguay se obtuvo por un trabajo fuera del territorio, por eso el turismo es una exportación de servicios.
-Desde su experiencia ¿cómo valora el estímulo del turismo interno en esta temporada?
En realidad una noticia importante desde el Ministerio es el de la tasa cero para los hoteles. Ahora bien, terminó en abril y no se sabe si se sigue aplicando. Por otro lado el 4 de mayo se firmó la extensión de la devolución del IVA de 9 puntos a partir de pagos electrónicos para servicios turísticos.
Pero en otros países se tiene la política de incentivación real y eso implica destinar fondos para que en un mercado en el cual el poder adquisitivo del salario decrece y las expectativas son complejas, el turismo también sufre más allá por suerte de un primer impulso que daba cierto nivel de ocupación importante y que ayuda. Si sabemos que el turismo interno contribuye y ayuda a mitigar los efectos de la no llegada de turistas entonces hay que adoptar otras políticas como se aplican en Argentina, en España, etc a los efectos de poder avanzar.
-¿Qué implicó para el sector el ahorro de 130 millones de pesos?
Lo que yo puedo constatar con esa información es que el Ministerio quedó con dinero -tal cual lo dijeron en la rendición de cuenta- que el sector está devastado. Entonces resulta contradictorio hablar sobre la incentivación del turismo interno. Es más, tenía otros recursos que podría haber utilizado.
Por ejemplo el último formato de préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) permitía hasta proyectos por 22 millones de dólares -de los cuales se habrían utilizado entre 8 y 9 en las anteriores administraciones- y te daban la posibilidad de utilizar más encontrando fórmulas con el BID o las propias contrapartidas que hay que brindar como país. Pero el banco durante todo el período de la pandemia en otros países de América Latina estuvo aplicando política e incentivando el desarrollo de cursos de pequeños proyectos, de pequeñas construcciones, justamente de capacitaciones, a los efectos de poder derramar en el territorio dinero que permita evitar por ejemplo pérdida de fuentes de trabajo en el sector.
Por otro lado durante la pandemia autoridades del Ministerio anunciaron que iban a vender el nuevo edificio de Turismo para aportar al fondo Covid ese dinero. Pues resulta que ni siquiera tenemos el reclame de que van a rematarlo y la emergencia nacional ya se terminó.
Incluso con el turismo social vi la semana pasada que el ministro decía que en mayo y junio van a promover el turismo social. Pues durante dos años se desarmó el equipo que manejaba, que trabajaba y había adquirido experiencia al respecto. Hoy probablemente presente un pedido de información relacionado justamente al turismo social.