Todas estas diversas imágenes y sus correspondientes audios se pueden ver en poco más de cinco minutos en la red social Tik Tok.
A ritmo de Precandidatos
También es cierto que se puede elegir los contenidos y no tener un menú tan variado, pero en ese universo tan diverso en el que se incluyen transmisiones en vivo, los distintos precandidatos quieren ir ganando su espacio.
Lo llamativo del asunto es que, salvo excepciones, en vez del precandidato compartir sus actividades políticas o sus ideas, moldean el formato a lo que supuestamente el público de la red exige.
Es cierto que hay una parte de la información sobre los precandidatos que ahora se conoce gracias a estar en ese espacio. Ahora sabemos que Robert Silva hace chivitos caseros, Orsi baila folclore, Cosse disfruta del Carnaval, Álvaro Delgado baila y canta, Laura Raffo hace de cronista y, entre otros, el presidente de la República come asado con cuero, anda en moto por la ruta con casco no autorizado y muestras sus habilidades como jinete.
Van a un espacio que no es el cruce duro de comentarios en Twitter, el público veterano de Facebook o el intermedio de Instagram y cumplen con la consigna central de los comandos electorales: ocupar todos los espacios.
Realidad y ficción
Hasta febrero del 2024 los precandidatos no han logrado escalar entre los primeros mil influencer en Tik Tok según la medición de HypeAuditor en Uruguay.
La medición en Tik Tok es importante para quienes aspiran a monetizar en la red. Y, aunque no es motivo de este análisis, es bueno valorar que, por el momento, aunque la campaña electoral recién empezó, los precandidatos han logrado suscitar el interés necesario.
También es claro que Tik Tok es una red más y no es la única apuesta, y todos los comandos tienen claro que no solo no definirá una elección sino que tampoco la cantidad de likes se transformarán en votos. Pero, volviendo al principio, importa saber cuánto del relato político se está dispuesto a ceder.
Para el politólogo Pablo Álvarez, “las redes sociales lo que están permitiendo hacer es vehiculizar mejor algo que ya se sabe y es que las personas tomamos nuestras decisiones fundamentalmente en base a emociones, más que en base a razones y este tipo de tecnologías justamente permiten alimentar las emociones y, en general, explotan las emociones más intensas”.
En el eje que intentamos exponer del traslado del debate político como lo conocíamos hasta hace unos años, Álvarez analiza que las redes “no promueven el debate político como lo entendemos habitualmente, como un debate razonado y argumentado basado en ideas o en opiniones, sino que alimentan un debate que se nutre fundamentalmente de posicionamientos basados en las emociones. En ese sentido creo que no aportan, pero lamentablemente tampoco se está profundizando en el debate por los instrumentos tradicionales o aquellos que eventualmente antes se creía que aportaban”.
La presencia de la imagen potenciada por las nuevas tecnologías no es nueva y explica parte del corrimiento del relato político.
Dice Álvarez: “La televisión fue un generador de una revolución en la comunicación política, porque lo que hasta ese momento eran solo palabras comenzó a ser imágenes. Lo que está sucediendo ahora es que alcanza a mayor cantidad de gente y es la forma en que en mayor medida los más jóvenes muchas veces se informan, o se desinforman”.
Esto va generando nuevas lógicas, naturalizando procesos políticos donde se construye un nuevo relato y, en ese sentido, el politólogo aporta: “Se sigue el desarrollo natural de la incorporación de las tecnologías en el debate de la política. Hoy no parecería que un debate televisivo es un debate profundo frente a un minuto de Tik Tok, pero hace 30 años se consideraba que la imagen televisiva terminaba siendo más fuerte que el contenido discursivo. Lo relevante es la capacidad que tenemos las personas que utilizamos ciertas tecnologías para reconocer cuánto de lo que pasa en el marco de esas tecnologías es lo que realmente pasa en la realidad. Hace unos años se decía ‘si no pasa la tele no existe’ y, sin embargo, hoy sabemos que no siempre es así. Hoy podríamos hacernos la misma pregunta”.
Mirando el manual
Siempre es oportuno leer el manual de instrucciones de las herramientas a usar.
La presencia de precandidatos en las redes no es una genialidad de los comandos electorales uruguayos y sus asesores de imágenes. Ya han sido usadas en las elecciones de Chile, Brasil, Estados Unidos y más recientemente en Argentina, y es interesante leer algunas primeras conclusiones.
Para algunos politólogos, como la argentina Adriana Amado, “las redes sociales no son medios, sino lenguajes que la política copia, pero de los que no se apropia. Con una narrativa brevísima y muy personalizada, Tik Tok es una lengua que a la política le suena como bárbara.
Las redes sociales no responden a las viejas reglas de planificación de campañas. Por eso, el mundo digital despierta recelo en los políticos y sus consultores. De todas, Tik Tok es la más desconcertante. No la pueden acusar de agresiva como a Twitter, porque allí todo es humor. No pueden recelar del impacto de la desinformación porque en Tik Tok nadie se toma nada en serio (solo 7 % accede a noticias por ahí). Tampoco pueden atribuirle esa manipulación que sospechan de Facebook, aun cuando no encontraron pruebas ni cuando la plataforma abrió sus archivos a la investigación de Cambridge Analytica. Menos probable es que puedan encontrar algo en lo poco que se conoce del algoritmo de la aplicación china".
"Que desde la pandemia esa aplicación siga siendo la más instalada en los teléfonos despierta la codicia de los equipos de campaña. Pero en esos mil millones de usuarios es difícil encontrar votantes. Esas comunidades no son equivalentes a audiencias estables: solo 0,1 % usa Tik Tok en exclusividad”.
En Tik Tok los políticos no solo compiten con los outsiders que no temen al ridículo, sino con ciudadanos que tratan con gracia hasta las cuestiones más severas.
Quien parece haber sintonizado con buena parte del público tiktokero es el presidente argentino Javier Milei. En febrero de 2023 Javier Milei era el dirigente más exitoso en Tik Tok, cerca de llegar a un millón de seguidores. Horacio Rodríguez Larreta es otro de los políticos nacionales mejor posicionados: con más de 500.000 seguidores, el jefe de gobierno porteño sube contenidos de manera frecuente, responde preguntas de usuarios y sus publicaciones suelen alcanzar un gran número de interacciones.
El estudio advierte que “un dato a tener en cuenta es que Tik Tok está dejando de ser usado exclusivamente por adolescentes. Por el contrario, según el estudio de Kantar “The Power of Tik Tok” (El poder de Tik Tok), el 67 % de los usuarios globales tienen más de 25 años. Todos los equipos de campaña deben tener presente esta red social, donde cada vez más políticos abren sus cuentas, se animan a incursionar y comienzan a generar un canal de diálogo con sus seguidores. La pregunta que muchos se hacen es por qué Tik Tok logró posicionarse en el mundo de la política, y una de las respuestas es por su algoritmo que muestra el contenido a los usuarios entendiendo sus intereses. Incluso hay casos en los que un video puede hacerse viral aunque el usuario que lo suba no tenga muchos seguidores o no haya publicado nunca un video previamente. También su éxito se explica porque la aplicación es sencilla de usar, no requiere grandes ediciones, pero sí una buena dosis de creatividad a la hora de armar los videos. Muy distinto funciona el algoritmo de Instagram y Facebook que tiende a mostrar las publicaciones a seguidores o amigos”.
La ética en las redes
Son más de 50 los países que celebran elecciones presidenciales este año y además son naciones con muchísimos millones de habitantes, por ejemplo, Estados Unidos, India, Pakistán.
Las redes sociales están muy atentas a la desinformación que puede circular ante el auge de la inteligencia artificial. Ya ha habido problemas, incluso en campañas electorales, y determinaciones judiciales contra algunos responsables de algunas redes sociales, justamente por algunas situaciones complejas.
Tik Tok se está preparando con un equipo de expertos que son moderadores de contenido, y va a bloquear aquella información que desinforme, también va a suspender cuentas que operen para ciertas intenciones políticas para manipular campañas electorales y va a trabajar en el etiquetado de contenidos que son de inteligencia artificial. Tik Tok tiene 1.700 millones de usuarios y trabaja junto con 17 organizaciones internacionales dedicadas a la verificación de información. La plataforma no permite que las cuentas vinculadas a la política hagan publicidad o ganen dinero por la red social.
Lo que más preocupa es la manipulación de videos, audios y fotos a través de los llamados deepfakes, que se hacen con inteligencia artificial, ya que se puede hacer un video de un candidato diciendo algo que en verdad nunca dijo. Si bien en el último año surgieron herramientas para detectarlos, no siempre logran buenos resultados. OpenAI, Google, Meta y Amazon desarrollaron un sistema de marcas de agua para etiquetar los contenidos creados con inteligencia artificial. Sin embargo, los expertos dudan que sean efectivas, ya que se pueden eliminar fácilmente por personas que saben de informática.
Las redes sociales reconocen que 2024 será un año desafiante en términos de desinformación.