Bajo el título “Novick, un daño enorme para la democracia” el presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, publicó un estado en su muro de Facebook donde respondió a las afirmaciones del empresario candidato sobre los dirigentes sindicales. El líder del Partido de la Gente había tratado a los sindicalistas de “sindigarcas”, responsabilizándolos del cierre de empresas.
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Para Pereira las declaraciones de Novick “no son peligrosas por las legítimas discrepancias ideológicas que plantean, son inadmisibles porque pretenden sembrar odio y agravios en la sociedad. Su conducta agresiva es inadecuada para la convivencia democrática que necesita nuestro país para la construcción social”.
“Denominar a los sindicalistas como “sindigarcas“ o patoteros, es intentar una subjetividad negativa hacia los dirigentes sindicales que nos remonta a las peores épocas de nuestra historia”, subraya a continuación.
A juicio del presidente de la central sindical “un ciudadano que aspira a acceder a la Presidencia de la República debería ser cuidadoso en forma y contenido, cuando se expresa sobre cuestiones de tanta importancia. Su forma de comprender la democracia ha quedado en evidencia, en tanto ha sido convocado por la comisión de legislación del trabajo, para que explique las denuncias que tenía el Parlamento sobre su actitud anti sindical, los salarios bajísimos, los incumplimientos, etc. y se ha negado a comparecer”.
Más adelante sostiene que “le miente a la gente, desde una lógica empresarial que entiende que el mejor sindicato es el que no existe, parte de una mentalidad rancia que ve a los trabajadores y trabajadoras como una mercancía más y no como personas”.
“Su “miedo” a que un sindicalista aspire a ser Presidente, refleja mucho de esta forma de entender una sociedad en la que deberían existir ciudadanos de primera y de segunda, como en las peores páginas de nuestra historia”, sentencia.
“Nosotros respetamos y tenemos buenos canales de diálogo con todos los partidos. Todas las colectividades también saben que la actividad sindical es muy esforzada y de alta dedicación, tanto en las horas de estudio, como en las horas de acción concreta, y nos respetamos con la mayoría, porque nos conocemos”.
“Lo qué pasa con Novick es que nunca visitó un sindicato, nunca ha conversado con ninguno de nosotros, nunca se preocupó de leer nuestras propuestas”, indica Pereira, y concluye: “Es decir, estamos ante un débil de espíritu”.