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Política

Con exintendente de Montevideo y exministro de Educación y Cultura

Ricardo Ehrlich: “Que el Frente Amplio no se despegue de la sociedad”

En el medio de la danza mediática de candidatos, el Frente Amplio (FA) desde el año pasado ha optado por discutir su base programática de cara a un posible gobierno 2020-2025 en la Comisión Nacional de Programa; Ricardo Ehrlich, quien preside dicha comisión, reflexionó en una entrevista a Caras y Caretas sobre los grandes desafíos que presenta el FA ante un posible cuarto gobierno y habló sobre cuáles son los ejes centrales de la base programática que la izquierda ha definido hasta el momento.

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Por Lucía Barrios

Según sus palabras, frente a la situación de Brasil y Argentina, “es central que el FA no se despegue de la sociedad”. “Me preocupan que algunas de las propuestas que se manejan en los países vecinos puedan llegar a Uruguaya, sobre todo aquellas referidas a la forma de concebir el proyecto país. Eso muestra que las grandes transformaciones requieren un esfuerzo de la propia sociedad para sostenerlas y lograr su culminación”.

El también exintendente de Montevideo y exministro de Educación y Cultura afirmó que los temas que recurrente mente utiliza la oposición para criticar la gestión frenteamplista, como la educación y la seguridad, son “temas centrales” que están siendo analizados durante el proceso de construcción del programa. Sin embargo, consideró que “a veces el debate político pequeño los distorsiona”.

En materia de seguridad, dijo que la propuesta hace énfasis en la prevención y en la reinserción social de las personas que han tenido conflictos con la Ley. En cuanto a la educación, la iniciativa fija como objetivo la universalización de la culminación de la enseñanza media y el acceso a la educación terciaria.

“Los tiempos han cambiado, es una sociedad que ha sorprendido a los estamentos políticos por su coraje para ir a votar los nuevos temas. (…) Al mismo tiempo, estamos viviendo un período de un verdadero cambio permanente que sacude a las personas y las familias a todo nivel. Esto se va a ir profundizando y requerirá nuevas respuestas políticas”, agregó.

Además, Ricardo Ehrlich señaló que uno de los desafíos que plantea la propuesta programática es hacer “posible y viable” un proyecto progresista que piense en el desarrollo económico y político del país. Además, dijo que la iniciativa considera que Uruguay debe ser un país de trabajo, que apueste a la formación permanente, pero sin olvidar que es necesario pensar en una posible disminución de la jornada laboral para generar mayor autonomía al ciudadano.

Expresó que la base programática apuesta a la inversión pública como generadora de trabajo y que el país debe ser “productivo y creativo”, ya que debe apostar a la incorporación del conocimiento.

Asimismo, la propuesta debe atacar la pobreza multidimensional y “eliminar las distinciones sociales”, agregó Ehrlich.

Por último, dijo que la base programática apuesta a la construcción de un territorio integrado, donde las personas puedan vivir su proyecto de vida en cualquier punto del país.

 

¿En qué etapa están en la construcción del programa de cara a las próximas elecciones?

La comisión terminó a fines de setiembre la elaboración de la propuesta de base programática que tenía que presentar al Plenario del Frente Amplio. Luego se autorizó su difusión en toda la estructura del partido para discutir la iniciativa en vistas a la preparación del Congreso que tendrá lugar los primeros días de diciembre. El mismo está presidido por el trabajo de comisiones que se van a centrar en los grandes capítulos de las bases programáticas propuestas y allí se corregirá y modificará en cualquier sentido los términos de la propuesta.

Una vez que las comisiones deciden aprobar con modificaciones tal o cual capítulo, se presentará al Plenario donde se resolverá finalmente de acuerdo a los reglamentos y las mayorías requeridas para cada caso el programa de gobierno definitivo de cara al 2020-2025.

La comisión convocó a fines del año pasado a la integración de grupos de trabajo que se denominaban unidades temáticas; el trabajo comenzó en cinco grandes ejes, los cuales son los siguientes desafíos: el desarrollo, la igualdad y la diversidad, la integración e inclusión, la democracia y la integración regional e internacional.

En torno a esos cinco ejes se convocaron 32 unidades temáticas en temas muy diversos. La convocatoria se realizó en forma totalmente abierta para que las personas de todos los rincones del país que quisieran aportar ideas pudieran hacerlo. Incluso las propias sesiones de la comisión fueron transmitidas tanto por video como por audio de manera que pudiera ser accesible a los interesados en todos los rincones del país. Se recibieron aportes que fueron junto con las unidades temáticas tratados por la propia comisión. A partir de la síntesis de esos aportes, se elaboró y se acordó la propuesta de base programática. En esas 32 unidades temáticas había casi 1.200 personas trabajando para la comisión en forma regular.

 

¿Cuáles son los temas centrales de esas unidades temáticas?

El primero fue cómo navegar siendo un país de 3 millones de habitantes en el mundo contemporáneo, con su problemática, sus desafíos a nivel económico, político y cultural y ante las complejidades internacionales y regionales. Lo central para nosotros es pensar cómo hacer posible y viable un proyecto progresista, de izquierda, que se crea en los pilares de la solidaridad y de la igualdad. Ese es un desafío central, porque a partir de ese modelo hay que definir el camino del desarrollo económico y político de nuestro país.

Otro de los desafíos mayores es el tema del trabajo tanto por la evolución de la economía, de las relaciones internacionales, como por los cambios que están surgiendo. Tenemos que convertirnos en un país de trabajo y asumir los desafíos laborales. Por tanto, la capacitación, la permanente formación de los trabajadores para que puedan ir adaptándose a los cambios es algo ineludible.

Sin embargo, hay que debatir y pensar en temas como la disminución de la jornada laboral para generar mayor autonomía al ciudadano.

En el tema del desarrollo, consideramos que es muy importante la inversión pública como generadora de trabajo. Recordemos que el país debe ser productivo y creativo, asumiendo las responsabilidades ambientales y apostando firmemente a la incorporación de conocimiento como diversificador de nuestra matriz productiva.

Otro de los ejes principales es la agenda de un nuevo ciclo de transformaciones. Se ha construido a lo largo de estos años una plataforma en la que hoy el país puede asumir nuevos desafíos. Estos han sido los grandes cambios estructurales en educación, cultura, salud, políticas sociales, relación laboral, vivienda, agenda de derechos, aumento salarial y seguridad social. Sobre la plataforma construida, hoy el país puede asumir otros desafíos en una nueva agenda para un ciclo de transformaciones. En la propuesta se señala que se debe profundizar nuestro camino hasta llegar a una completa integración, y que a pesar de los avances que hemos hecho, hay que atacar la pobreza multidimensional, profundizando la eliminación de todas las distancias sociales. En otras palabras, tenemos que avanzar hacia un país sin pobreza y sin indigencia.

Asimismo, hay que lanzar una nueva generación de reformas en salud, vivienda, educación y en otras áreas, teniendo como centro a las personas. Por ejemplo, en salud hay que avanzar en la calidad de la prevención, asistencia y de la gestión. En lo que refiere a las políticas sociales, hay que pensar en un nuevo ciclo de transformaciones, centrándonos en los niños y en los adolescentes con la idea de que el Uruguay del siglo XXI no puede tener infantes pobres. Dentro de la agenda de derechos, la temática de género en todos sus aspectos constituye un reto mayor que puede cambiar la vida de todos.

El otro punto central es lo que tiene que ver con una construcción de un territorio integrado, en el que haya más participación ciudadana y una profundización de la regionalización de las políticas públicas. Ese Uruguay del siglo XXI que hay que construir tiene que permitir que las personas puedan hacer su proyecto de vida en cualquier parte del territorio nacional. Otro punto es la producción de un país de cercanía, destinado para la gente.

 

La oposición suele utilizar dos temas para criticar al Frente Amplio: la educación y la seguridad. ¿Qué piensa sobre esto?

Los dos son temas centrales. Son desafíos mayores de estos tiempos, que a veces el debate político pequeño los distorsiona. Lo que se ha contemplado en la propuesta programática es que son dos temas sustantivos. En lo que tiene que ver con la parte de seguridad, sin duda ha cambiado el país, hay nuevos problemas, hay que profundizar todo lo que tiene que ver con las políticas públicas de prevención y represión. Se debe priorizar la reinserción social de todas las personas que han tenido conflictos con la ley. Ese es un tema mayor.

En lo que tiene que ver con la educación, los objetivos siguen siendo la universalización tanto de la culminación de la enseñanza media como del acceso a la educación terciaria. En ello se tiene que tener un muy fuerte compromiso en el territorio, transitar un camino de descentralización creciente y priorizar la capacitación docente.

Además, hay que fortalecer al sistema público en lo que es la complementación y el funcionamiento de los distintos componentes.

 

¿Cómo observa la situación de Brasil y de Argentina?

Me preocupa que algunas de las propuestas que se manejan en los países vecinos puedan llegar a Uruguay, sobre todo aquellas referidas a los cambios de orientación y en la forma de concebir el proyecto país. Eso muestra que las grandes transformaciones requieren un esfuerzo de la propia sociedad para sostenerlas y lograr su culminación. Cualquier vuelta atrás implicaría erosionar la situación social y económica y veo con temor con qué rapidez está ocurriendo eso mismo en Brasil y Argentina.

 

¿Cuál es el principal reto que debe enfrentar el Frente Amplio de cara a las próximas elecciones?

Creo que el desafío principal que tiene que resolver el país es cómo navegar con un proyecto de izquierda, progresista y que ha demostrado que se puede crecer con equidad, en un mundo de cambios permanentes. Tenemos que preguntarnos cómo es posible avanzar con un país de 3 millones de habitantes. El camino recorrido por el Frente Amplio como gobierno ha sido saludable e incluso reconocido a nivel internacional. Pero eso no sólo se logra con un partido, sino con una fuerza política que dialoga con la sociedad y que logra que las bases avancen y participen en las grandes transformaciones.

Además, se tiene que avanzar en la construcción de un Estado que vele absolutamente por el bienestar de todos sus ciudadanos. Sin embargo, lo más importante es que la fuerza política no se despegue de la sociedad.

Los tiempos han cambiado, es una sociedad que ha sorprendido a los estamentos políticos por su coraje para ir a votar los nuevos temas. Estoy pensando en la agenda de derechos y en los grandes movimientos sociales que se han ido generando. El protagonismo de los jóvenes, de las mujeres y de aquellos sectores que asumen con fuerza la responsabilidad ambiental ha sido algo inesperado para los políticos. Al mismo tiempo, estamos viviendo un período de un verdadero cambio permanente que sacude a las personas y las familias a todo nivel. Esto se va a ir profundizando y requerirá nuevas respuestas políticas y asumir nuevos desafíos. Necesariamente tiene que haber modificaciones y recambios.

 

En los últimos meses desde los medios ha existido una danza de nombres y se ha dado más importancia al candidato que al programa. ¿Usted qué piensa sobre esto?

Todos los sectores del Frente Amplio han señalado la importancia que tiene definir los acuerdos programáticos para poder abordar el tema de los candidatos. Se van a presentar los candidatos el próximo 10 de noviembre y van a ser aprobados por el Congreso al mismo tiempo que se analiza al programa. A partir de allí cada candidato va a definir con su perfil y sensibilidad las políticas que puedan permitir concretar los objetivos planteados en el programa.

Creo que la propuesta para la ciudadanía incluye un programa y un candidato. Las dos cosas son bien importantes, forma parte de una sola propuesta. Sin embargo, los tiempos para considerar cada tema son distintos y concluyen en el Congreso.

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