El Sector Financiero Privado logró, tras intensas varias jornadas de movilización, un convenio colectivo que le permite a los trabajadores mantener el salario hasta el 28 de febrero de 2023. El acuerdo contempla el período puente del Consejo de Salarios, el reintegro de la caída del PIB de 2020, con ajustes nominales semestrales, correctivos por inflación y una cláusula gatillo que protege de las oscilaciones económicas. Alcanza a los bancos privados, tarjetas de crédito y procesadoras de tarjetas. De esta manera se resolvió un conflicto que se extendió por 48 días y que tuvo su origen en la rebaja resuelta por la octava ronda del consejo de salarios para el Grupo 14.
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Al vencer los convenios las empresas del sector plantearon una rebaja salarial, explicó a Caras y Caretas José Iglesias, presidente del Consejo del Sector Financiero Privado del sindicato bancario (AEBU), lo que motivó el inicio de un conflicto. Se desplegaron acciones en cada empresa.
Agregó que, de acuerdo con lo laudado en el Consejo de Salarios, al 30 de junio de 2021 debería aplicarse un correctivo que significaría una rebaja salarial equivalente a la caída del producto bruto interno ocurrida en 2020. “Este era uno de los puntos centrales sobre los que teníamos diferencias con los bancos, las procesadoras de tarjetas y con las tarjetas de crédito. El acuerdo que alcanzamos en este momento incluye a todas estas empresas y esto es muy importante remarcarlo”, precisó.
Explicó que en la fórmula alcanzada quedan corregidas las pérdidas del período puente del consejo de salarios, se compensa la caída del producto bruto interno de 2020 con ajustes nominales semestrales, se aplican correctivos por inflación y se suma una cláusula gatillo para prevenir oscilaciones económicas.
“Desde el punto de vista económico, la fórmula salarial significa que, por un lado, no vamos a tener la pérdida salarial que se quería aplicar en el Consejo de Salarios. Tenemos que tener claro que si se aplica un descuento del 4% en el salario durante un plazo muy largo, por ejemplo un año, esto significa medio salario. Eso no se va a aplicar por la lucha del sindicato”, enfatizó.
Resaltó que logró resolverse el problema del descuento del PIB, muy discutido durante todo el conflicto, para finalmente lograr “una fórmula salarial que nos da un marco de seguridad muy importante porque vamos a tener correctivos, vamos a tener aumentos nominales adelantando un poquito a la inflación y vamos a tener gatillos en caso de que sean necesarios”.
Por otra parte destacó que “desde el punto de vista económico volvemos a tener tres herramientas, que veníamos manejando en los convenios salariales y que no estaban planteadas en la pauta del Poder Ejecutivo que las cámaras empresariales querían ratificar”.
Añadió que desde un punto de vista político “fue un conflicto de un mes y medio, largo, intenso para el sector privado, en el que los compañeros hicieron un esfuerzo muy importante en las medidas, en la movilización y el resultado es absolutamente positivo. Tenemos un buen resultado, salimos como sindicato fortalecidos a partir de la lucha y la movilización, la negociación y el acuerdo. Y eso es un punto mucho más importante que lo relacionado con lo económico. Y es con este sindicato que vamos a plantearnos para adelante los desafíos del futuro”.
UNA FÓRMULA POSITIVA
La fórmula contempla el objetivo principal del conflicto: no habrá pérdida del salario real durante el periodo 1° de julio de 2020-28 de febrero de 2023, en el que rija el convenio celebrado. Este convenio contempla el período puente del Consejo de Salarios, el reintegro de la caída del PIB del 2020, con ajustes nominales semestrales, correctivos por inflación y una cláusula gatillo que protege de las oscilaciones económicas.
Iglesias detalló cómo se desarrollará el acuerdo: “Arribamos a un acuerdo que significa que el 30 de junio de 2021, en el salario a cobrar en julio, se va descontar no el 100% del PIB, sino solamente el 50%. Pero, al 1° de setiembre -dos meses después- se nos va a estar pagando un aumento nominal de 2,5 % y este aumento es igual o superior al 50% del PIB que nos estaba faltando. Por lo tanto, en setiembre vamos a estar sacando la cabeza y ya vamos a estar con el nivel salarial que reclamábamos.
“Pero la historia no termina acá. El 1° de enero vamos a tener un aumento que seguramente esté en el entorno del 2% por concepto de lo que los bancos van a llamar devolución del 50% restante del PIB y en febrero de 2022 vamos a tener un correctivo por la inflación que ocurra entre el 1º de julio de 2021 y febrero de 2022 y se le va a restar el 2,5% que nos dieron en setiembre”.
Explicó que junto con ese correctivo -que va a incluir la inflación de enero y febrero- “se nos va a dar un adelanto por inflación de 2%. Esto significa que nosotros volvemos en ese momento a la situación que teníamos antes, a tener correctivos y a tener aumentos por inflación futura. Y en setiembre de ese año vamos a volver a tener un aumento del 2%, es decir que lo que se erosione el salario por la inflación entre marzo y setiembre lo vamos a corregir de nuevo ese mes”.
HABRÁ GATILLOS
El convenio termina en febrero de 2023 con un correctivo final que implica el mantenimiento del salario real para los trabajadores y esto “se corona con el hecho de que, durante todo el período -desde el 30 de junio de 2020 hasta el final del convenio- tenemos gatillos. Esto significa que si la inflación se llega a disparar, los compañeros pueden estar totalmente tranquilos de que, al otro mes, vamos a tener un aumento para corregir esa diferencia. Y los gatillos que tenemos establecidos en este convenio que acabamos de firmar son por la inflación que viene presupuestando el gobierno, más un 3%. Esto significa que en 2020 tenemos un gatillo de 12,5%; en 2021 un gatillo de 9,9%; en 2022 un gatillo de 8,8%, y que en 2023 vamos a tener un gatillo de 7,7%. Son gatillos con umbrales bajos comparados con los que nos hemos venido manejando hasta ahora”.
Agregó que ahora falta la firma de los respectivos acuerdos, para así levantar todas las medidas en cada empresa y dar comienzo a asambleas en cada una de ellas y así continuar la discusión.
El acuerdo se firmó el lunes pasado con la Asociación de Bancos Privados del Uruguay y las empresas Banred, First Data, OCA, Sistarbanc, Emprendimiento de Valor y Visanet.