Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Editorial

Manini abre una grieta en la coalición

Se picó

Por Alberto Grille.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Nueve meses después de asumir el gobierno, la coalición ya no puede barrer bajo la alfombra sus pecados más íntimos y al igual que en algunas parejas desgastadas, poco a poco, comienzan a salir a la luz sus más crudas diferencias. 

Hoy porque perdiste las llaves, mañana porque usaste mi cepillo de dientes, pasado porque dejaste abierta la heladera, regaste las migas en la alfombra o agarraste el cortauñas, se van acumulando las diferencias y alargando las distancias hasta llegar a la pulsera electrónica que, como las de Luis A. Heber y Álvaro Delgado, sellan definitivamente el desenlace. 

En la coalición de gobierno hay diferencias tácitas y explícitas, algunas casi no se notan, pero están. 

Algunas vienen del pasado, pero no se olvidan, como la de Larrañaga con Lacalle, otras son más personales, otras vienen marcadas por las ambiciones futuras como las de Heber y Delgado. Las hay que ya pasaron y dejaron cadáveres por el camino, como la de Ernesto Talvi con Lacalle Pou. Las más son muy sutiles, como las de la 404 con la 71 o el sanguinettismo con Ciudadanos. Otras explotan con más estruendo como las que separan a Cabildo Abierto del Partido Nacional.

Bien podría usarse la frase «se acabó el recreo», que patentó en la campaña Guido Manini Ríos, para describir la serie de continuos desencuentros que vienen manteniendo en los últimos meses cabildantes y nacionalistas.

El duro cruce interno por la ley de forestación fue solo la gota que colmó la copa después de una cadena de cortocircuitos que buscaron taparse a lo largo del año. Esta vez, Cabildo Abierto no aceptó la presión de sus «socios» ni guardó silencio para disimular sus propios conflictos, esta vez se aferró a sus convicciones, y terminó acordando con el Frente Amplio para dar media sanción en Diputados a su proyecto de limitar la superficie de tierras destinada a la forestación. Por 54 votos en 97, la Cámara de Representantes dio vía libre al proyecto, cuyo objetivo es limitar los territorios destinados a la producción forestal en el país.

Por primera vez, blancos y colorados quedaron en minoría. Fue una pequeña revancha para el Frente Amplio porque la inédita «sociedad» parlamentaria impuso como “grave y urgente” (sí, igual que la LUC) la necesidad de aprobar la normativa, dados los crecientes permisos que se otorgan a nivel departamental para forestar en distintas áreas del país.

De nada valió que los legisladores rosados cuestionaran a viva voz que no hubo un debido tratamiento del proyecto que modifica la Ley Forestal de 1987, por falta de tiempo.

Con una sonrisa en el rostro, los legisladores del FA levantaron las dos manos apoyando el proyecto de Cabildo y respondieron que les parecía «insólito» que ahora pidan tiempo, cuando antes mandaron «una ley con más de 500 artículos que tenía 45 leyes, 45 políticas públicas y que hubo que recibir en tres o cuatro subgrupos delegaciones por 10 minutos cada una, para que pudieran decir algo sobre la LUC que fue votada sobre tablas y con muy poco estudio”.

El susto más grande para la coalición fue ver a los diputados de Cabildo Abierto votando junto al Frente Amplio y al PERI en una inesperada mayoría que terminó dando media sanción a la ley y dejando formalmente planteado un quiebre que puede tener inesperadas consecuencias políticas para el gobierno.
Acosado por la prensa oficialista, Manini Ríos aclaró que «Cabildo Abierto solo está obligado con la coalición, por aquello que firmó en el ‘Compromiso por el país’, pero que por lo que no está allí, se siente en absoluta libertad de acción”.

Acusaciones cruzadas

En la última sesión ordinaria del año, la mayoría parlamentaria del oficialismo se desmoronó como un castillo de arena, y en el duro cruce retórico, aparecieron incluso algunos «trapitos sucios» del pasado, con graves acusaciones cruzadas de actos antidemocráticos y golpes de Estado.
El combate principal de la semana fue entre el colorado Ope Pasquet y el cabildante Ernesto Lust. 

El colorado acusó a Cabildo Abierto de despreciar «la actividad política y los sistemas democráticos” y el legislador de Manini Ríos sintió el golpe y dobló la apuesta. Llamó «atrevido» a su compañero de coalición y le recordó que integra un partido que «ha dado golpes de Estado» en el pasado. El espectáculo resultó un poco vergonzoso para el espectador desprevenido que no esperaba que un par de diputados del gobierno debatieran sobre quién era más facho de los dos.

El escandalete era un cruce demasiado fuerte para pasar inadvertido. Ni las disculpas posteriores ni el abrazo para la foto con que buscaron sellar la paz pudieron ocultar la magnitud de la herida abierta.
La grieta entre cabildantes y Ciudadanos es una fractura que viene desde hace bastante tiempo.

 

El desafuero 

Hay que recordar que en setiembre, el sector Ciudadanos del Partido Colorado votó a favor del desafuero de Manini Ríos, poniéndose en contra del resto de su bancada y acompañando la posición del Frente Amplio. Fue el único sector de la coalición que quiso quitarle los fueros al ex comandante en jefe del Ejército.
Las diferencias también se habían manifestado durante el debate por la Ley de Urgente Consideración, y una vez más, el conflicto giró en torno al tema ambiental. Cabildo Abierto se negó a votar los artículos sobre las áreas protegidas que envió el Ejecutivo, argumentando que sus criterios no formaban parte del acuerdo original de la coalición.

 

El medioambiente

Es que los temas ambientales y de manejo de las tierras significaron siempre un quiebre con el Partido Nacional. Por eso no sorprendió que Cabildo resolviera no acompañar los artículos 501 y 502 que habían sido agregados en el último borrador y pretendían modificar la manera en que se crean las nuevas áreas protegidas en Uruguay.
El gobierno quería establecer como condición que los propietarios de las tierras ubicadas dentro de las áreas de interés brinden su consentimiento expreso. De esa manera, la incorporación de nuevas áreas dependía de la voluntad de los particulares, primando el interés individual sobre el interés general.

Cabildo Abierto lo rechazó por completo y acusó al gobierno de pretender legislar en beneficio de un terrateniente. El diputado por Tacuarembó Rafael Menéndez lanzó la bomba y aseguró que estos artículos «fueron redactados por un particular» que presionó al presidente, Luis Lacalle Pou para que los incorporara en el texto de la LUC.
«Se trata de alguien que tiene campos en áreas protegidas y sabemos que ejerce una gran presión sobre el gobierno», denunció el legislador.

Consultado sobre el nombre de esta persona, prefirió mantenerlo en reserva, aunque manifestó que prácticamente obligó al gobierno a incorporar esto «en el minuto 90».

Finalmente, ambos artículos fueron modificados por la Comisión Especial de la Cámara de Diputados, pero no se lograron los votos necesarios para imponerlos en el Plenario, por lo que se acordó desglosarlos para la LUC y derivar su estudio a la comisión correspondiente.

Y esta no fue la única discrepancia en la LUC. El sector de Manini Ríos también se plantó en contra de las modificaciones que el gobierno pretendía imponer en lo referente al Instituto Nacional de Colonización (INC).
«Cabildo Abierto no quiere que Colonización se transforme en una especie de inmobiliaria, sino que se favorezca la acción colonizadora, y por eso se hizo hincapié en que las personas que adquieren tierras en el INC tienen que trabajar directamente en el predio”, explicó el senador Guillermo Domenech ante la presión blanca, dejándole una banderilla clavada a Álvaro Delgado y otros dirigentes blancos que usufructuaron tierras de Colonización sin trabajar personalmente los predios ni vivir en los padrones adjudicados.


Ancap divide aguas

Aunque parezca que no, las discrepancias de Cabildo con el Partido Nacional vienen de antes. Ya en la campaña electoral una de las diferencias más marcadas se planteó con el tema de la desmonopolización de los combustibles, un tema que el herrerismo y especialmente la 404 tienen como eje de su visión privatizadora y pretenden llevar a la práctica en este período.

Manini lo sabe muy bien y se posiciona en las antípodas, sosteniendo que la defensa de los entes públicos es equivalente a resguardar la soberanía del país.

Así lo dejó planteado en una entrevista con Caras y Caretas antes de la asunción del nuevo gobierno. “Si se liberaliza el combustible, quedamos a expensas de algún proveedor y creemos que eso no es bueno para un país que se precie de soberano e independiente. Eso no es bueno. Hay cosas que el país tiene que mantener porque son sustanciales para su autonomía de funcionamiento […] No es lo mismo -continuó- quedar dependiendo de proveedores sobre cualquier otra materia prima que de los combustibles, que significan la marcha del país. Si faltan combustibles en algún momento, el país colapsa totalmente”, afirmó en esa entrevista.

“Nosotros no podemos quedar a expensas de un proveedor internacional. Si se hace la desmonopolización de un día para otro, puede significar el colapso de Ancap y del país, por eso estamos estudiando este tema en profundidad para decidir lo que vamos a votar en su momento. En este punto tenemos diferencias. Eso no quiere decir que hayamos agotado todas las instancias de estudio y asesoramiento”, agregó.

El excomandante consideró que Ancap puede llegar a colapsar rápidamente: “Si se liberaliza el combustible, quedamos en manos de algún proveedor y creemos que eso no es bueno para un país que se precie de soberano e independiente. Eso no es bueno. Hay cosas que el país tiene que mantener porque son sustanciales para su autonomía de funcionamiento», indicó.

Tampoco los colorados quisieron embarcarse en ese debate a pocos meses de asumir el gobierno, por lo que rechazaron la propuesta de Lacalle Pou que llegó mezclada en los más de 500 artículos de la Ley de Urgencia. Ambos sectores se unieron para rechazar la avanzada «lacallista» y votaron a favor de desglosar el tema de la LUC y dejarlo para su debate posterior en otro período parlamentario.

El gobierno aceptó poner en «pausa» la iniciativa para evitar choques con sus socios, pero meses después «metió a prepo» en el Presupuesto la desmonopolización de los combustibles para los puertos y aeropuertos del país, dejando en claro que nunca se apartará de su libreto privatizador y volverá el año próximo a la carga por Ancap.
Manini Ríos ya dejó en claro en Caras y Caretas que no lo llevarán a los empujones y resistirá cualquier «verticalazo, de que esto se vota sí o sí», ya que los legisladores de su partido «no se rigen por disciplina partidaria».

Aquella entrevista resultó premonitoria de lo que terminaría sucediendo al final de este año, ya que el excomandante advirtió en aquel momento que no tendría inconvenientes en votar junto al Frente Amplio.
“Por supuesto que lo haríamos. Si tenemos la misma visión en algún tema particular, no tendríamos ningún problema en votar un proyecto del Frente Amplio”, aseveró.

Durmiendo con el enemigo

Las advertencias del exjefe del Ejército nunca cayeron bien a Lacalle Pou, que sabe que está «durmiendo con el enemigo», y lo pudo comprobar meses después, cuando intentó debilitar al Ministerio de Vivienda, dirigido por la esposa de Manini, Irene Moreira.

El presidente de la República intentó darle un golpe bajo estableciendo en el Presupuesto que el Programa de Mejoramiento de Barrios, dedicado a la regularización de los asentamientos irregulares, pasaba del Ministerio de Vivienda a la Presidencia de la República. La intención era quitarle a Cabildo Abierto una de sus principales promesas electorales y manejarla directamente desde la Torre Ejecutiva.

La medida hizo estallar el conflicto. Los 11 diputados de Cabildo Abierto resolvieron no acompañar el artículo enviado por el gobierno e inesperadamente contaron con el respaldo del sector Ciudadanos del Partido Colorado, por lo que el oficialismo decidió retirarlo para evitar nuevos choques.
Sin embargo, el Ejecutivo no cedió a la presión de aumentar el presupuesto para viviendas y redujo 17,10% el Fonavi, limitando la capacidad de maniobra de Cabildo Abierto.

 

La tierra

La «guerra fría» no terminó allí porque apareció otro tema que operó como un parte aguas entre ambos bandos: la decisión de Cabildo Abierto de respaldar la propuesta legislativa del Frente Amplio de limitar la venta de tierras a extranjeros.

El propio Guido Manini Ríos adelantó que su partido apoyará el proyecto, «siempre y cuando se logren algunos cambios puntuales», con lo cual garantizó que se reunirían los votos necesarios para aprobar en ambas cámaras el proyecto de ley que restringe la venta de campos a extranjeros.

Solo nueve senadores del FA presentaron la iniciativa, que todavía no cuenta con pleno consenso en la izquierda, aunque Mahía, Kechichian, Bergara y Rubio votarían por disciplina partidaria al tratarse el tema en el pleno.
El proyecto de ley fue presentado en julio de 2020 por las senadoras Carolina Cosse, Amanda Della Ventura, Sandra Lazo y Lucía Topolansky y los senadores Óscar Andrade, Eduardo Bonomi, Charles Carrera, José Mujica y Daniel Olesker, todos del FA.

La iniciativa establece que “solo podrán adquirir el pleno dominio, la nuda propiedad o la posesión las personas físicas de nacionalidad extranjera, tengan o no domicilio o residencia en el territorio, cuando cumplan alguno de los siguientes requisitos: 1) Que hubiesen adquirido la ciudadanía legal […] 2) Que cuenten con 10 años de residencia continua, permanente y comprobada en el país”, entre otros.

También se plantea que no podrán comprar tierras “personas jurídicas constituidas en un país extranjero” o cuyo capital sea en su mayoría “de titularidad de personas físicas de nacionalidad extranjera o personas jurídicas constituidas en el extranjero”.

El senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech aseguró que comparte “algunos aspectos” del proyecto, mientras que su par Raúl Lozano aseguró que «todo lo que se entienda que es bueno para el país se va a apoyar, venga de donde venga. Apuntamos hacia el país productivo de verdad, y la concentración de la tierra en manos de multinacionales no es beneficiosa para Uruguay, que en los últimos años ha tenido una muy alta extranjerización de la tierra. No estamos de acuerdo con eso y estamos abiertos al diálogo para buscar otras alternativas», aseveró.
Todo indica que esta nueva «sociedad» parlamentaria que se inauguró la semana pasada entre el FA y Cabildo Abierto llegó para quedarse y que no serán pocas las oportunidades en que la coalición de gobierno se convierta en ocasional minoría.

Los temas en que, en la coalición, el herrerismo no tiene todas las de ganar no se reducen a los de la tierra o las empresas públicas.

 

Los medios

La preocupación de los editorialistas de La Mañana por la concentración de medios y por la Ley de Medios promovida por el herrerismo y Andebu y redactada por los propios dueños de la televisión hegemónica también evidencian reticencias en Cabildo Abierto, que tal vez se amplíen a otros integrantes de la coalición. 

Al mismo tiempo, La Mañana mantiene un fuerte enfrentamiento editorial con El Observador y Búsqueda, que en las últimas semanas ha tenido también expresiones en la página editorial de El País, que reiteradamente hacen referencia a la unión de los extremos en referencia a la votación parlamentaria de la ley de forestación por cabildantes y frenteamplistas.

 

La pandemia

No ha pasado desapercibido tampoco el distanciamiento del ministro Daniel Salinas, integrante Cabildo Abierto, con la mesa chica del gobierno que lleva adelante las disposiciones más políticas sobre el combate al coronavirus, así como el fuerte relacionamiento de la comunidad científica con las posiciones del ministro, que, según Manini, habría propuesto medidas más enérgicas que las adoptadas por el presidente Lacalle, quien se ha mostrado más sensible a la presión de las cámaras empresariales y especialmente de la cámara de comercio, que a las propuestas del GACH, sugeridas para intentar poner freno al crecimiento exponencial de las infecciones por covid-19.

El propio diario El Observador ha señalado también este distanciamiento entre ministro y presidente, observando que en la conferencia de prensa del día 16, Daniel Salinas no acompañó al presidente sentándose a su lado, sino que estuvo sentado en la primera fila de la improvisada platea.

Conste además que en la misma conferencia, el presidente anunció que él mismo y su hombre de mayor confianza, el secretario de la presidencia, Álvaro Delgado, se encargarían de obtener las vacunas, relegando al ministro de Salud Pública que hasta ese día llevaba adelante las gestiones para la obtención de las mismas y parecería, según algunos allegados, que se inclinaba, al igual que el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, a avanzar en las gestiones para obtener la vacuna china del laboratorio Sinovac, que según los estudios comparativos ocasionaría menos reacciones y requeriría una logística más accesible.

Llama la atención que un día antes de la conferencia de prensa, el diario El País, vocero del herrerismo, informara de la preferencia de Lacalle Pou por la vacuna estadounidense del laboratorio Pfizer y sus disposición a viajar a negociarla personalmente, haciendo un pormenorizado detalle de las gestiones realizadas con algunos proveedores de cámaras refrigeradoras apropiadas para su logística, costosas, sofisticadas y difíciles de obtener.

El año que aún no termina deja demasiadas interrogantes para el futuro, una epidemia que no cede, sino que se agrava, un gobierno que no hace nueve meses que se inició y da muestras de desgaste, una economía que está peor que cuando Lacalle asumió y en la que hay pocos ganadores y muchos perdedores, un montón de promesas incumplidas y un creciente descontento incluso en sectores que lo apoyaron y que le reclaman por las palabras que se llevó el viento.

Diciembre se va mal y enero empieza peor. Poco a poco se le van a ir retirando los incondicionales y se amargará la luna de miel.

 

Lacalle quiere tener la sartén por el mango
El presidente Luis Lacalle Pou no quiere saber nada de crear un órgano de articulación en la coalición. Recurrentemente rechazó los planteos que le hicieron sus socios más conspicuos, Julio María Sanguinetti y Guido Manini Ríos. «Hoy no hay un ámbito de coalición de gobierno donde podamos sentarnos todos los socios y analizar situaciones o recomendar medidas en conjunto», señaló en octubre Manini Ríos. «Tal vez haya faltado voluntad, tal vez haya incidido la pandemia, que hace que se deban focalizar los esfuerzos en determinadas cosas. Quizás a futuro se pueda instrumentar algo para aceitar mejor el funcionamiento de la coalición o para que no haya contradicciones que surgen públicamente. No es bueno que un sector de la coalición diga una cosa y otro diga lo contrario», agregó. En la misma línea se expresó Sanguinetti: «La posibilidad de que hubiera un ámbito de diálogo la planteé en febrero, antes de que se instalara el Dr. Lacalle. Me parecía que era un mecanismo útil. Hasta el momento venimos funcionando sobre la base de la articulación a nivel ministerial, a nivel parlamentario y con entrevistas personales. Creo que sería útil que hubiera un ámbito de esa naturaleza». «Me voy a preocupar mucho el día que no haya diferencias, porque cuando hay unanimidad es porque nadie está pensando. En la medida que haya gente que piense y tenga inquietudes, siempre va a haber diferencias; el tema es no perder de vista el objetivo central y no contradecirnos a nosotros mismos en el planteo general. Lo otro es la inevitable y deseable diversidad democrática», concluyó augurando nuevos desencuentros.

 

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO