¿Quiénes eran estos hombres?
Los llamamos "los Treinta y Tres Orientales", pero no todos eran orientales. Había argentinos, paraguayos, y hasta algún europeo perdido. Lo que los unía no era la nacionalidad, sino la causa. Liderados por Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe, partieron desde el Tigre en Argentina en una maniobra que fue casi una apuesta a todo o nada. Si los atrapaban, era fusilamiento seguro.
Pero no los atraparon. Y esa arriesgada movida encendió la chispa que terminaría en la independencia del Uruguay.
Lo curioso del desembarco del 19 de abril es que, en lo militar, no fue una gran hazaña. No hubo batallas épicas ese día. No tomaron una ciudad ni vencieron a un ejército. Pero fue un gesto poderoso. Como plantar una bandera en la tierra y decir: “Aquí empieza otra historia”. En tiempos donde la región entera estaba en guerra y cambio, la Cruzada Libertadora fue más mito fundacional que maniobra táctica.
Y vaya si el mito funcionó. Años después, el historiador Francisco Acuña de Figueroa (el mismo del himno nacional) lo inmortalizó en palabras y canciones. El romanticismo hizo el resto, los Treinta y Tres pasaron a ser héroes eternos, sin manchas, casi legendarios.
¿Por qué es feriado laborable?
El 19 de abril es feriado nacional laborable en Uruguay porque recuerda el inicio del proceso que llevó a la independencia. La fecha fue declarada como tal por ley, en reconocimiento al valor simbólico y patriótico del desembarco. A diferencia de otros feriados, este mantiene un fuerte componente de identidad nacional. Es una jornada para pensar en la historia, pero también para reflexionar sobre los desafíos del presente.
¿Y hoy, qué nos dice el 19 de abril?
En cada rincón del país se iza la bandera con el sol y las franjas azules. En algunos hogares aún se habla con orgullo de Lavalleja, como si fuera un tío aventurero. Pero ¿qué nos interpela hoy de aquel acto?
Quizás la valentía de apostar por una idea, incluso cuando parece imposible. O el valor de organizarse sin esperar garantías. O tal vez nos recuerda que la historia de un país también se construye desde lo simbólico, desde los gestos que inspiran, incluso si no hay una foto perfecta del momento.
Este 19 de abril, entre el feriado y los asados, vale la pena mirar el río con otros ojos. Porque hace dos siglos, allí comenzó una historia que todavía estamos escribiendo.