El colectivo Plataforma Animalista, que nuclea 35 ong de protección animal de todo el país, se manifestó este miércoles frente al Palacio Legislativo en contra de las llamadas "sangría de yeguas", con motivo del Día Mundial de los Animales. A la par de Montevideo, también se llevó a cabo una marcha en Tacuarembó, organizada por "Mi Refugio Paso de los Toros".
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Todos los años la organización convoca a la manifestación en esta fecha con motivo de en lugar de "celebrar", reclamar "derechos, empatía y justicia" por los animales. El eslogan de la manifestación de este año fue "Uruguay Sangra", que según compartió el colectivo: "Simboliza a las yeguas torturadas y asesinadas, en la granjas de sangre. Pero también es la sangre de todos los animales que son explotados, maltratados y asesinados".
"La sangría de yeguas es una de las actividades más crueles de nuestro país, prohibidas en casi todo el mundo excepto 3 países - Uruguay uno de ellos - y que lamentablemente el INBA (Instituto Nacional de Bienestar Animal) quiere regular, mientras en el Parlamento hay un proyecto para prohibir", informó en un comunicado.
"Vivimos en un país que ni siquiera hace cumplir la única y penosa ley de bienestar animal que tenemos. Hemos presentado decenas de proyectos e ideas y siguen en los cajones del parlamento", cuestionó además el comunicado.
La "sangría de yeguas" es un procedimiento en el cual se le extraen alrededor de 10 litros de sangre a yeguas preñadas, para poder recolectar hormonas que producen los equinos cuando están en el proceso de gestación. La hormona es utilizada para acelerar el crecimiento de cerdos y otros animales en Europa. Un procedimiento que fue denunciado en reiteradas ocasiones y se estima que hace más de 30 años se practica en Uruguay y Argentina.
Desde la Plataforma Animalista defienden que no debe ser una práctica "regulada", sino prohibida. "Hablamos que de por sí estaría mal que le extrajeran diez litros por semana, encima están en estado de gestación. Las yeguas terminan abortando por sí solas y en el proceso están en una tortura constante para producir más", explicó a la prensa Karina Kokar, representante del colectivo. Además, defienden que existe una hormona sintética, por lo que no se debería seguir con la "cruel" práctica.