Por otro lado, ambos fueron coincidentes en que en el mercado “se le da la espalda a la literatura uruguaya”, ya que la mayoría de libros que se exhiben son extranjeros, incluso algunos de esos son de autores nacionales”.
Un libro, una oportunidad de ser feliz
Destacando la importancia de respetar la decisión de los niños de leer o no, Ivanier subrayó que la sociedad debería esforzarse en brindar más oportunidades y ofrecer una mayor variedad de libros, ya que a veces los niños no leen simplemente porque no han encontrado un libro que les guste. Además, al comparar la situación con otros países, advirtió que en Uruguay se hace poco para promover la lectura, lo que está llevando a que una actividad cultural con gran potencial "se languidezca".
Consultados por el rol de madres y padres en influenciar la lectura en sus hijas e hijos, Mórtola expresó: “Hay algo de la construcción de un intinerario lector, que tiene que ver con el territorio de los libros y de la literatura. Pero la literatura no solo está en los libros. Está en las canciones de cuna, en las narraciones orales (…) Yo siempre pongo mucho énfasis en la fascinación que puede provocar una historia, más allá del soporte”.
La importancia de la palabra
En tal sentido, Mórtola opinó que lo más importante es “que te hablen, que te cuenten, hoy hice esto o lo otro, que haya una narrativa presente, porque una cosa importante de la literatura también tiene que ver con contarse cosas”.
A su turno, Ivanier opinó que la influencia de las familias es “central” y que, así como padres y madres se preocupan de darle una dieta balanceada a los hijos, también es importante proponer una “dieta cultural”, aunque ellos después consuman lo que quieran. Valoró que el lenguaje “permite elaborar la realidad” y que “el libro es una posibilidad de felicidad que no está centrada en algo material”.