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LUC |

Con la senadora y exvicepresidenta

Topolansky: “No se descarta ni se afirma la idea de hacer un plebiscito contra la LUC”

Según sus palabras, a pocas horas de la aprobación de la ley, es necesario volver a analizar los posibles cambios y si los mismos son viables. Además, dijo que “las organizaciones sociales tendrán que analizarlo”.

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Caras y Caretas Diario

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El miércoles de esta semana el Parlamento aprobó el principal paquete de medidas, denominado Ley de Urgente Consideración (LUC), del nuevo gobierno liderado por Luis Lacalle Pou. La primera interrogante que surge es si el Frente Amplio (FA) implementará algunas acciones para tratar de impedir la aplicación de esta ley.

La senadora y exvicepresidenta Lucía Topolansky dijo a Caras y Caretas que “no se descarta ni se afirma la idea de hacer un plebiscito contra la LUC” y remarcó que a pocas horas de la aprobación de la ley es necesario volver a analizar posibles cambios y si los mismos son viables.

Además, destacó el rol de las organizaciones sociales en estos momentos, señalando que ellas también tendrán que analizar si es viable la posibilidad de un plebiscito.

“De por sí la ley es mala, no es popular como dice el presidente. La gente no sabe lo que se aprobó; en un momento de pandemia fue dificilísima la discusión. En la tarea que viene en estos días, las organizaciones sociales tendrán que analizarlo”, agregó.

Con respecto a la posibilidad de impulsar un proceso de inconstitucionalidad, señaló que en este tema hay “40 bibliotecas de interpretación” distintas.

Nosotros lo que cuestionamos en la discusión general es que la LUC nunca se usó para cosas urgentes. Nunca, desde el 67, se había utilizado con una cantidad de artículos como se usó en esta oportunidad […] Lo que tengo claro es que abre un antecedente nefasto, porque si en 2025 gana un partido, tiene los votos en el Parlamento y se le ocurre una ley de mil artículos, lo puede hacer, dañando la democracia”, agregó.

 

Se aprobó finalmente la LUC. ¿Qué caminos está analizando el Frente Amplio? ¿Van por el plebiscito?

Eso es imposible analizarlo ahora porque hay que revisar la ley. En una ley de tantos artículos se te pasan cosas. Ahora hay que trabajar. Y la tienen que trabajar las organizaciones sociales, después de eso se analizarán los caminos posibles, si es viable, si conviene o no. Hubo una lucha bastante importante de los compañeros del Frente Amplio que lograron conseguir votos en el Partido Colorado (PC) y Cabildo Abierto (CA) para que quedara en minoría el Partido Nacional (PN) y así poder eliminar de la ley algunas cosas penosas. De por sí la ley es mala, no es popular como dice el presidente. La gente no sabe lo que se aprobó; en un momento de pandemia fue dificilísima la discusión. En la tarea que viene en estos días, las organizaciones sociales tendrán que analizarlo.

 

Entonces no se descarta la idea del plebiscito.

No se descarta ni se afirma, porque hay que analizar un montón de factores. Por lo que vengo viendo, el único sector social que por ahora tiene una posición más definida es Ancap, pero el resto tiene las mismas dudas que el FA. ¿Qué ganamos en dar ahora una respuesta terminante? Nada.

 

Otro camino era la vía de la inconstitucionalidad. ¿La siguen manejando también?

Muchas inconstitucionalidades se han cambiado. Por eso hay que analizar la ley. Nosotros lo que cuestionamos en la discusión general es que la LUC nunca se usó para cosas urgentes. Nunca, desde el 67, se había utilizado con una cantidad de artículos como se hizo en esta oportunidad. Se usó al límite de la interpretación jurídica. Esa inconstitucionalidad hay que mirarla bien, porque en estos temas hay 40 bibliotecas de interpretación. Lo que tengo claro es que abre un antecedente nefasto, porque si en 2025 gana un partido, tiene los votos en el Parlamento y se le ocurre una ley de mil artículos, lo puede hacer, dañando la democracia.

 

¿En qué temas o acciones cree que el Frente Amplio tiene que hacer énfasis en este año?

Ahora tenemos la tarea presupuestal. Los anuncios que se vienen haciendo son muy complicados y sabemos que el país de esta crisis sanitaria va a salir más pobre y el horizonte lo vemos muy negro. Allí vamos a tener otra batalla importante. Estas batallas dependen de cómo se planta la sociedad. Ha estado quieta por las condiciones sanitarias, no porque Uruguay haya perdido su espíritu de lucha.

 

¿Cuáles son los anuncios complicados?

Ya se sacó una norma que está rigiendo de que solo se puede ejecutar un 85 por ciento de las partidas. Hay ministerios a los que no les sobra un peso. Después se ha sacado una norma de no reponer las vacantes durante 2020 y el año que viene reponer solo una de cada tres, eso supone una reducción de los recursos humanos del Estado, que, en la educación, la salud y en la Policía puede ser un anuncio muy preocupante.

Además, se anunciaron recortes de partidas que van desde el gobierno central a las intendencias. Nosotros hicimos, en la sesión del martes, una media hora previa explicando esta situación y planteando que no se vaya para atrás del presupuesto de 2019. Las intendencias se han visto empobrecidas con la emergencia sanitaria y si encima se les sacan las partidas, es bastante preocupante.

Por otra parte, a mí me preocupa que esté iniciando el segundo semestre del año y todavía el gobierno no esté totalmente conformado. Cuando hablo de gobierno, me refiero a todos los organismos que se deben integrar cuando empieza una nueva administración. Es un proceso en goteo, lento, desprolijo. Doce personas que asumieron y después dejaron el cargo. Por ejemplo, había varias empresas esperando por la autorización de cannabis, pero como estaba, recién hace dos días asumió el encargado. En ese tiempo hubo dinero que Uruguay no puedo exportar. Eso es increíble. O no encuentran a la persona, o nadie acepta o no sé si lo que se dijo dentro de la campaña, de que estaban llenos de técnicos, era cierto.

 

“¿Hasta cuándo el PC y CA se van a someter a los blancos?”

En referencia a la renuncia de Ernesto Talvi a la cancillería, Topolansky dijo a Caras y Caretas que, en sus 75 años, es la “primera vez” que ve que en un gobierno, a los cuatro meses de instalado, renuncia su canciller.

“Es una cosa realmente extraña. De todos los ministerios que conforman el gabinete hay cuatro que son los fundamentales: Relaciones Exteriores, Interior, Defensa y Economía. Es más, para que esté constituido un gobierno, tienen que estar designados esos ministerios antes de que asuma. Que al titular de uno de ellos ‘lo renunciaron’, como él dijo y le creo, a los cuatro meses, es bastante grave”, opinó Topolansky.

Consideró que es “evidente” que al Partido Colorado “le quitan un peso” al sacarle uno de los ministerios importantes. “Los cuatro ministerios cruciales quedan en manos del PN; no sé cómo lo leen los otros socios de la coalición. Es bastante duro desde ese punto de vista porque el Ministerio de Medio Ambiente, que es el que se le ofrece al PC, es un ministerio que creó la Ley de Urgente Consideración y que es absolutamente incierto”, agregó.

Sostuvo que el gobierno va a dividir los rubros de vivienda y los funcionarios, lo cual significa “cuatro pesos para cada ministerio” y es un anuncio “gravísimo”.

“El Partido Nacional no puede prescindir del PC y de CA porque necesita los votos en el Parlamento. ¿Hasta cuándo el PC y CA se van a someter? Esa es la pregunta. A mí me llama profundamente la atención”, agregó.

 

“Hay rumores de que Trump prometió que, si es reelegido, le daría a Uruguay un TLC”

La exvicepresidenta afirmó que el apoyo de Uruguay a la candidatura de EEUU al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) alertó al Frente Amplio y motivó pedidos de informes. “El apoyo de Uruguay rompe con todas las tradiciones, porque siempre el presidente del BID fue un latinoamericano. Eso es una concentración de poder que no es aceptable”, opinó.

Consultada sobre si Uruguay empieza a tener un sometimiento a los intereses de EEUU, señaló que “hay una serie de rumores de que Trump habría prometido que si es reelegido, daría de inmediato un tratado de libre comercio. No lo tengo chequeado. Pero eso anda en la vuelta y preocupa y se coordina con estas señales, como la del BID”.

El 23 de enero, el subsecretario de Estado de EEUU para Asuntos Políticos, David Hale, afirmó, durante una visita a Montevideo, que el gobierno de Donald Trump considera como una prioridad un acuerdo comercial con Uruguay.

El 6 de febrero, Lacalle Pou le preguntó al secretario de Estado de EEUU, Michael Pompeo, en una charla telefónica, si era posible que ambos países firmaran un TLC y contó que el funcionario estadounidense quedó en darle una respuesta.

“En un momento en que en el mundo se están atacando una cantidad de organismos internacionales, el tratado de parís, la OMS, entonces, ¿qué va a pasar en el comercio y en la protección de los países pequeños? Ahí hay un gran signo de interrogación. A nosotros nos llamó poderosamente la atención ese gesto, porque no queremos quedar dependiendo de un solo país. Además, en este momento EEUU no es nuestro principal socio comercial; son China y Brasil. No logro entender ese despliegue. Eso tiene que ver con si se venden los productos uruguayos o no, eso genera trabajo. Los destinos comerciales son necesarios como el pan”, reflexionó Topolansky.

EEUU hizo una movida que nadie esperaba. La semana pasada, anunció a su candidato para presidir el BID, Mauricio Claver-Carone, hombre cercano al presidente Donald Trump, lo que encendió las alarmas en algunos sectores políticos y entre analistas latinoamericanos.
Hace más de seis décadas que EEUU no preside ese organismo internacional, pero la pandemia, unas elecciones de por medio y el avance de la influencia regional de China parecen haber urgido a Washington a mover las piezas.
Algunos creen que si un candidato de Trump preside el banco, las políticas de este para promover la sostenibilidad ambiental en el hemisferio podrían estar en riesgo. Además, temen un deterioro de las relaciones del organismo con Venezuela.

 

“Hay un bloqueo de la información”

Topolansky señaló que en este momento “hay un bloqueo de la información” y es muy difícil dar a conocer a la población lo que está sucediendo.

“Yo me reintegré a mi despacho recién a los tres meses, al ser población de riesgo, porque por los informes el virus estaba dejando de circular en el sur. Pero todavía tengo restringido el trabajo con las personas, el ir a los lugares porque todavía no hay una libre circulación del país. Hay un bloqueo muy grande de información, es como dice alguien, el gobierno es una gran empresa de comunicación favorecida por los medios, entonces lo que llega, si no lo salvaran las redes, es muy poco. Se precisa la acción política. Pero está restringida en estos momentos”, reflexionó.

Consideró que el gobierno debió haber dejado ingresar al Parlamento a las organizaciones, tomando recaudos de poner asientos de por medio y tapabocas, para escuchar la discusión de la LUC, que es “una ley que judicializa la movilización y restringe libertades”.

“Eso es nuevo en el país. Ese silencio de las barras sucedió nada más en las épocas de dictadura. Se puede justificar con la pandemia, pero están autorizando los boliches, que es mucho menos trascendente, entonces el criterio no me queda claro”, reflexionó.

 

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