A pesar de que desde el oficialismo se señala que con el referéndum contra los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) se intenta poner un “palo en la rueda” y “desestabilizar” al Poder Ejecutivo, la exvicepresidenta y exsenadora Lucía Topolansky salió, en una entrevista con Caras y Caretas, a dar un mensaje conciliador. Sostuvo que si se derogan esos 135 artículos, se estaría ayudando al gobierno para que “no se meta en problemas”, por lo que en este proceso eleccionario “no hay ningún drama”.
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Incluso señaló que esta acción es “desinteresada” y que en caso de que gane el Sí, “no vamos a salir a cobrar nada”.
“No sería un impacto muy fuerte. Si se lo toma como se lo debe tomar, no. Al contrario, es una ayuda para el gobierno. Con estos artículos se mete en problemas que después le van a complicar la vida […] Ellos dicen que esto es contra el gobierno, que es una elección de medio camino, pero no es cierto. Vamos a tener el mismo presidente, el mismo Parlamento y la ley va a quedar, además, con más de 300 artículos. Solo se derogan 135 artículos […] Pero nosotros no vamos a salir a cobrar nada, nosotros lo hacemos por el país, por la gente, es completamente desinteresado”, dijo a esta revista.
Consideró que desde el gobierno se ha querido presentar al tema “como si fuera el fin del mundo”, lo que ha “crispado la situación”.
“Cuando viene después una confrontación electoral y hay una cantidad de opiniones voladoras que circulan por las redes sociales, que, en lugar de manejar conceptos, manejan esquemas, no se va a la confrontación de ideas sino de palos, al final uno termina peleándose y la situación queda en blanco y negro cuando la realidad queda más en grises que otra cosa”, agregó.
En las últimas horas, la senadora blanca Graciela Bianchi dijo a El Telégrafo que la campaña por la derogación de artículos de la LUC fue vivida por parte del FA “como una declaración de guerra”.
El 27 de febrero el senador Jorge Gandini dijo a La Red 21 que en el referéndum se busca hacerle “un daño al gobierno” y aseguró que si gana el Sí, habrá un retroceso para la sociedad.
Faltan pocos días para el referéndum. ¿Qué cosas cree que están en juego?
En juego en realidad están 135 artículos de una ley de 476, es decir que, si esos artículos son retirados de la ley, la normativa sigue vigente en 340 y algo y esa ley la seguirá gestionando el gobierno. Además, tiene la posibilidad de tomar esos artículos, reverlos, redactarlos de vuelta. Hay algunas cosas relacionadas a la educación, a la vivienda, que es bueno que sean vistas de vuelta. Así que no hay ninguna contraria al gobierno, ningún palo en la rueda, simplemente la utilización de un mecanismo constitucional con algo que estuvo mal parido, porque se utilizó mal el mecanismo de ley de urgente consideración.
Si queda, habrá que sobrellevar 135 artículos que son malos y en su momento se podrán hacer propuestas para modificarlo, para atemperar sus consecuencias. Esto no es un ningún drama, pero lo han querido presentar como si fuera el fin del mundo. Eso ha crispado la situación, eso es preocupante porque no amerita.
¿Está diciendo que se ha polarizado a la sociedad?
Creo que en realidad el diálogo estaba siendo dificultoso en este gobierno en estos dos años por muchas razones. Cuando viene después una confrontación electoral y hay una cantidad de opiniones voladoras que circulan por las redes sociales, que, en lugar de manejar conceptos, manejan esquemas, no se va a la confrontación de ideas sino de palos, al final uno termina peleándose y la situación queda en blanco y negro cuando la realidad queda más de grises que otra cosa.
¿Cree que están en igualdad de condiciones las campañas por el Sí y por el No?
Hay algunos organismos que han estado midiendo, en apariciones en informativos hay una enorme disparidad y además a nosotros nos consta que hemos citado a la prensa a una enorme cantidad de actividades y no van. Después, en medios económicos, es evidente. Yo no sé cuánto cuesta la publicidad que se repite y se repite por los canales y radios de tres minutos y la comisión por el Sí no tiene recursos como para eso. Ha apostado a la tracción a sangre de sus militantes así que en eso hay una disparidad. Disparidades que no son nuevas. Por algo se había iniciado la discusión de una ley de partidos que regula los recursos que cada uno tiene para las publicidades.
En un principio, el presidente dijo que la conferencia por el No se iba a dar antes que la cadena por el Sí. Pero al final anunció que su conferencia va a ser después. ¿Qué piensa sobre este cambio de planes?
También hay un desequilibrio. Una conferencia de prensa no va a durar siete minutos. Los periodistas mismos lo saben. El periodista hace la pregunta, se va a dar la respuesta, corren dos minutos. La cadena es de siete minutos. Los tiempos de exposición de las dos posturas van a ser distintos completamente. No sé cómo va a ser el formato de preguntas, pero el que venía usando el presidente no admite repregunta, por tanto, va a ser una exposición con preguntas que no sé de dónde van a salir y que no tiene aparentemente límites. Todavía la cambió para el día anterior.
Además, esto de defender una postura no lo hizo ningún presidente en ningún plebiscito anterior. Ni Sanguinetti ni el padre de Lacalle lo hicieron. Ni nuestros presidentes con los plebiscitos lo hicieron. Esto es una novedad que no le hace bien a la democracia porque el presidente es de todos.
Yo confío enormemente en el sentido común y en la sensatez del pueblo uruguayo. Estoy contenta de que finalmente todo este proceso, que nació mal parido, con un mecanismo mal usado de la Constitución, pudo tener un poco de discusión y ahora la población está un poco más informada, porque el grueso de la opinión pública no tenía ni idea. Se ha dicho y se ha reiterado que es popular, que la informaron en la campaña electoral, todo eso no es cierto porque algo que sea popular en principio se tiene que conocer y no se tiene la necesidad de explicarlo.
Yo creo que todo este esfuerzo va a dar una respuesta positiva del domingo 27. Después en el país no pasa nada, sencillamente tendríamos menos artículos que no son muy buenos. Nada más.
¿Entonces cree que si gana el Sí no sería un impacto muy fuerte para el gobierno?
No sería un impacto muy fuerte. Si se lo toma como se lo debe tomar, no. Al contrario, es una ayuda para el gobierno. Con estos artículos se mete en problemas que después le va a complicar la vida.
¿Cómo cuáles problemas?
Por ejemplo, en todo el desarrollo de la educación para poder comandar los susbsistemas, para poder introducir los cambios que ellos mismos quieren, se precisa la colaboración de maestros y docentes, pero si los excluyo en la conducción, eso va a ser muy difícil de poner en tierra. Además, debería ser una política de Estado en la que deberían estare oficialismo, oposición y los sectores implicados, profesores, maestros, padres y alumnos de determinada edad hacia arriba.
Con el tema de vivienda, no ha habido contratos exprés, pero con toda esa bulla de algún modo se ha tapado la realidad de que es un plan quinquenal que a dos años de gobierno no ha arrancado y que va a traer un perjuicio enorme. Pongámonos las pilas. Empecemos a pensar un plan quinquenal y va a ser más positivo.
Entonces, todas esas cosas van a tener a la larga que reverse. También el sistema de fijación de combustibles, lo del microtráfico de las cárceles, las tienen repletas de gente con penas desproporcionadas, que ya no saben qué hacer. Creo que es beneficioso para ellos. Cuando uno se embandera con radicalismo, capaz que el trago es medio amargo. Pero nosotros no vamos a salir a cobrar nada, nosotros lo hacemos por el país, por la gente, es completamente desinteresado.
Ellos dicen que esto es contra el gobierno, que es una elección de medio camino, pero no es cierto. Vamos a tener el mismo presidente, el mismo Parlamento y la ley va a quedar, con más de 300 artículos. Trabajo tienen que hacer porque tienen que reglamentar esos artículos que van a quedar.
«Lo que dice Manini Ríos es un disparate»
Topolansky salió a contestarle al senador Guido Manini Ríos, quien aseguró que “los que quieren derogar la LUC la ven desde el punto de vista del delincuente, no de los uruguayos honestos”.
La exvicepresidenta consideró que es un “disparate” que “ofende hasta la inteligencia de los uruguayos”.
Manini Ríos dijo que “los que quieren derogar la LUC la ven desde el punto de vista del delincuente, no de los uruguayos honestos”. ¿Qué piensa sobre esto?
Eso es un disparate porque, por ejemplo, el tema de la vivienda y la educación, colonización, inclusión financiera, ¿qué tiene que ver con el tema de los delincuentes? ¿Qué tiene que ver esa frase con todos los temas de los artículos? Nada. ¿Cuál es la relación entre que estén los delegados de profesores y docentes en los consejos que dirigen la educación? ¿Eso es a favor de los delincuentes? Por favor, esa discusión es reducirla solo a seguridad y, segundo, esquematizarla. Si hay alguien que estuvo respaldando el estatuto policial, fue el Frente Amplio. Cuando llegamos en 2005, los policías ganaban medio peso. El Frente lo primero que hizo fue darles dignidad a los trabajadores, les subió el sueldo, modificó la ley de educación policial, trató de reordenar el instituto, reorganizó el 222 para que el comisario no se comiera la plata, les dio la posibilidad de sindicalizarse. Entonces, decir que eso es estar de lado del delincuente es un disparate chato, totalmente, y yo creo que ofende hasta la inteligencia de los uruguayos. Las cosas son más complejas, hay que prestar atención y discutir por lo alto. Por eso el tema se encrespó, porque no se discute por lo alto.
«Gandini no entendió nada»
En las últimas horas, Gandini salió a contestarle por la propuesta que usted realizó de que la camiseta de Uruguay tenga una mitad celeste y otra rosada. Gandini dijo “y pensar que fue vicepresidenta…”.
En realidad, no entendió nada. Yo hice un comentario medio en serio y medio en broma, que se viralizó porque hay mucha cantidad de gente a la cual le encantó. Cuando se inició este proceso y la corte determinó colores para cada papeleta -eso lo ha hecho en algunos referéndums y en otros puso dos hojas blancas diferenciadas por el sí o por el no- se dijo que no era bueno el color celeste porque lo podrían identificar con algo que es de unión nacional, que es la selección. A la selección la llamamos la celeste. Entonces, en ese momento se dijo que exagerábamos, la corte no admitió el reclamo, dijo que no se iba a usar para eso. Pero si uno mira la publicidad, por lo menos en mi televisión sale, así que pienso que sale en la tele de los demás, todo el tiempo dice el 27 votá la celeste, entonces flechan para un sentimiento lindo, agradable, que es el de luchar por la selección, entonces dije medio en chiste y medio en broma que hagamos un poco de equidad y pongamos la camiseta rosada y celeste. Pero si Gandini quiere perder tiempo poniendo tuits por eso, yo no me molesto. Ni uso Twitter.