Donald Trump, que se encuentra en la localidad texana de McAllen con el fin de tener una visión más cercana de la situación respecto a la frontera con México, ha vuelto a emitir una amenaza para construir el muro, declarándolo de emergencia nacional y evadiendo el Congreso, donde existe un rechazo de su solicitud por parte de los demócratas ante la solicitud de la suma de 5.700 millones de dólares para erigir el muro.
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La situación ha provocado un cierre parcial del Gobierno desde el 22 de diciembre pasado por lo que centenares de miles de funcionarios federales no han cobrado manteniéndose en sus domicilios, siendo que muchos de los pagos dependen de agencias que no guardan relación con la seguridad en la frontera.
El presidente estadounidense ha sentenciado que si no existe la posibilidad de salir victorioso en sus requerimientos declarará la construcción del muro un asunto de emergencia nacional. “Todavía no estoy listo para hacerlo, pero si lo tengo que hacer lo haré”
Al declarar la emergencia Trump conseguiría acceder a fondos federales para las fuerzas militares redirigiéndolos sin tener que recurrir al Congreso y construir el muro que ha sido una promesa constante para sus electores.
Esta manera de utilizar el poder sin ortodoxia de ningún tipo desencadenaría una guerra constitucional por una situación carente de antecedentes en la competencia del Congreso para la asignación de los fondos la que solo se quiebra ante situaciones de gravedad excepcional como catásytrofes naturales o conflictos bélicos. Desde 1979 esto ha sucedido 31 veces.
Donald Trump ha recurrido en tres ocasiones a ella: para sancionar a abusadores de derechos humano(2017), castigar a agentes extranjeros que pudieran interferir en las elecciones de su país(setiembre 2018) y para castigar a miembros del gobierno de Nicaragua en medio de las violentas protestas en el país(noviembre 2018)
Trump considera imprescindible la construcción del muro afirmando que existe una emergencia en la frontera lo que habilita el acceso de drogas y potenciales criminales y una saturación de los centros que albergan inmigrantes carentes de documentación.
Esta crisis es negada por los demócratas que bajo ningún concepto consideran que amerite una declaración de emergencia nacional.
Ante el cierre parcial del Gobierno los demócratas proponen aprobar la financiación de servicios no relacionados con el muro y discutir más sobre la seguridad en la frontera.
Antes de partir a Texas, Donald Trump tuiteó:»¡Los demócratas saben que debemos tener una fuerte seguridad fronteriza, pero no quieren entregarme una más de muchas victorias!», como si fuera una cuestión meramente personal.
En Washington se lleva a cabo una manifestación por el cierre parcial del gobierno. Sindicatos, contratistas, trabajadores federales, han marchado hacia la Casa Blanca para exigirle a Donald Trump que reabra las partes cerradas por el Gobierno exista o no acuerdo sobre el muro. En Texas, también esperaban la llegada de Trump con manifestaciones en favor y en contra de su postura.
Trump ha dicho que puede aceptar “un muro de acero y no de hormigón” pero que la construcción es una necesidad imperiosa de la que no piensa claudicar acusando a los demócratas de intransigentes y responsabilizándolos de la crisis por la que atraviesa el Gobierno.
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