Desde el Frente Amplio (FA) se ve este año que finaliza con esperanza, sobre todo porque la recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) posiciona a la izquierda en un lugar totalmente distinto. Los senadores Mario Bergara, Lucía Topolansky y Óscar Andrade hablaron con Caras y Caretas, señalando que a pesar de que la juntada de firmas fue un logro de la militancia y de las organizaciones sociales, ese hito fortaleció a la fuerza política. Sin embargo, los líderes no dejan de destacar que el FA tiene un desafío clave: seguir recuperando su relación con el territorio.
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“Con la hazaña del pueblo uruguayo de juntar las firmas para el referéndum contra la LUC, hay un escenario que cambia entre gobierno y oposición, en donde creo que el FA se para con más nitidez con este triunfo popular. […] la presentación de las 800.000 firmas genera un nuevo escenario donde el FA se para con más firmeza como oposición y el gobierno se pone más nervioso y más agresivo, eso alimenta una lógica de mayor confrontación entre gobierno y oposición”, afirmó a esta revista Mario Bergara.
“La campaña de firmas cambió de forma profunda el escenario político de Uruguay. […] La respuesta principal contra la LUC vino de la sociedad. El Frente Amplio tiene que entender eso también. De que el programa político no siempre se dirime en la acción parlamentaria, institucional o de gabinete, sino que muchas veces el panorama político se dirime en el terreno social. Este es un aprendizaje desde antes de las firmas y en el momento actual”, afirmó Andrade a esta revista.
El senador por el Partido Comunista consideró que la recolección de firmas obligó al gobierno a frenar ciertas políticas que empezaba a emprender, como la reforma jubilatoria, la ley de medios y la aplicación plena de la LUC.
“Hubo un conjunto de acciones del gobierno que se vieron postergadas, mismo la ley que intenta sacar de la prisión a protagonistas de terrorismo de Estado, fueron decisiones que se vieron congeladas producto a la campaña de recolección de firmas, entonces hubo un efecto en todas las líneas, como lo va a tener sin dudas el referéndum de marzo. No se puede reflexionar sobre este año sin este elemento central que hay que tratar de incorporar al análisis”, agregó.
Por su parte, Topolansky destacó que es necesario que la izquierda impulse una “profundísima polémica” con la gente.
“Nosotros queremos tener, por ejemplo, en el tema de la LUC, una profundísima polémica, pero no con los legisladores que estuvieron trabajando en la ley porque con ellos no vale la pena ni perder tiempo. Con la gente hay que explicarle qué es una ley de urgencia, qué contiene, ahí sí una profunda polémica por la base del país. Ahí va a radicar el profundo desafío que tiene el FA como oposición”, señaló, en entrevista con Caras y Caretas, Topolansky.
Relación con el territorio
Por su parte, Andrade sostuvo que la campaña por el referéndum tuvo que concentrarse en el territorio al tener imposibilitada una presencia “importante” en los medios de comunicación masiva.
“La campaña se concentró en el territorio, en el puerta a puerta, en las recorridas, que hizo que el FA lograra recomponer junto con los movimientos sociales un vínculo que es imprescindible para una fuerza que intenta conducir la política como lucha contra la desigualdad. Creo que es un año que tiene ese elemento importante. El resultado significa mucho más. Hubiera sido correcto igual aunque no hubiéramos llegado a las firmas, aunque hubiéramos arañado. Pero el hecho de que esa iniciativa tenga un resultado tan conmovedor como las 800.000 firmas entregadas, que es un hecho inédito en la historia de Uruguay, marca con mucha contundencia esta definición”, reflexionó.
Consideró que el FA tiene que aprender que, al apoyar la recolección de firmas, evitó una “situación que hubiera sido trágica”.
“No haber acompañado la recolección de firmas hubiera mostrado una enorme debilidad del FA. Entonces, creo que lo que nos habilitó a la recolección de firmas es a reencontrarnos con nosotros mismos. En momentos de duda, de dificultad, si tienes que equivocarte, hay que tratar de hacerlo con nosotros, hacerlo con los cooperativistas, los trabajadores, es con nosotros”, agregó.
Consideró que otra enseñanza es el “trabajo capilar”. “En una campaña que no tuvimos recursos, que no tuvimos acceso a los medios masivos de comunicación, la militancia sindical demostró haber logrado la mayor recolección de firmas del país. Tenemos que tratar de recuperar el valor del trabajo en territorio, el triunfo de las firmas fue el trabajo en el territorio. El triunfo del referéndum tiene que ser por lo mismo: el trabajo en el territorio. Eso va a fortalecer al Frente Amplio también”, expresó.
“FA se paró con mayor claridad”
Por su parte, Bergara consideró que el FA se paró con más claridad durante este año, sobre todo en el reclamo de que el gobierno debía tomar más medidas contra la pandemia de covid-19.
“El FA no tomó el rol de oposición per se, sino que siguió las recomendaciones del mundo académico y esto generó un escenario de confrontación con el gobierno que evidentemente se negaba a tomar medidas en esa dirección”, agregó.
Asimismo, sostuvo que el FA tuvo una “posición discrepante” con el gobierno en toda la formulación de la política económica, sobre todo en el terreno fiscal, en la visión del estado y en el “recorte y ajuste del gasto sin medir las consecuencias en cuanto a las políticas que quedaron por el camino”.
“También hubo una posición discrepante con respecto a que el Estado pudo haber volcado más recursos para ayudar a que no se perdieran más puestos de trabajo, que no cerraran más empresas, a que más compatriotas no cayeran en la pobreza. En la rendición de cuentas quedó claro que aún respetando sus propias metas fiscales, el gobierno pudo haber aplicado 140 millones de dólares más para evitar que se dieran estos impactos tan negativos derivados de la pandemia. Nosotros no dudamos en decir que si se cerraron empresas y miles cayeron en la pobreza, fue una decisión política del gobierno”, afirmó.
Bergara: “FA cierra el año con una conducción más potente”
Bergara recordó que el 5 de diciembre el FA tuvo las elecciones de sus nuevas autoridades, que apuntaron a una nueva conducción política que siguiera las enseñanzas de la autocrítica.
“Apuntamos a que sea una conducción más potente, en una fuerza política más unitaria, más fraterna, una conducción política de tinte colectivo, con un claro liderazgo. El FA está cerrando el año con una buena discusión programática y con una muy clara señal de fortaleza con las elecciones internas en donde votaron más de 130.000 frenteamplistas que superaron las otras elecciones, que muestran una conducción política potente, con mucho liderazgo, con mucho apoyo político que nos tienen que conducir a las batallas futuras, la primera referida al referéndum que tenemos en marzo, donde vamos a trabajar arduamente para que el triunfe el Sí”, agregó.
Además, consideró que durante este año, el FA fue evolucionando en su “propio proceso”, ya que tuvo una discusión interna sobre el balance de lo hecho por el FA en sus 15 años de gobierno.
“Esto se sintetiza en que tenemos que asimilar muchos aprendizajes sobre cómo perdimos puentes de diálogo con la sociedad, diálogo que tiene que ver con la juventud, con los interiores, con un montón de sectores sociales, empresarios, productores. Este proceso de balance y autocrítica se dio de manera muy saludable. El FA es el único partido que ha mostrado esa capacidad para hacer autocrítica a la hora de perder las elecciones, no lo hizo el PN en los noventas cuando pierde el gobierno con denuncias de corrupción muy fuertes, no lo hizo el PC con la crisis de 2002. El FA fue capaz de hacer un proceso de autocrítica, hemos redondeado la discusión y marcamos las líneas de acción futuras y perspectivas”, expresó.
Topolansky: “Hay una producción legislativa muy menguada”
Por su parte, la senadora consideró que durante este año el FA ha sido “muy propositivo” en el Parlamento, pero advirtió que en en el Poder Legislativo no se aprueban muchas leyes.
“Creo que el FA ha sido muy propositivo, tenemos más de 40 leyes presentadas, pero no tenemos interlocutor. Vamos a tener que seguir trabajando para que se escuche nuestra voz. Lo que hay que hacer es trabajar mucho con la gente, que es nuestro verdadero interlocutor”, reflexionó.
“Cuando uno plantea una ley, por ejemplo, yo propuse una normativa, logré que se aprobara en la comisión, pero cuando llegó al plenario, la mandaron para atrás con pretexto de que la iban a mejorar y ya pasaron dos años y la comisión de vivienda no ha aprobado ni un solo proyecto de ley. El Parlamento está teniendo poco protagonismo. Eso es peligroso porque el gobierno está formado por tres poderes. Hay una producción legislativa muy menguada, sacando las leyes covid-19, no se han aprobado grandes leyes. Ni de ellos ni de nosotros. Parecería ser que el presupuesto, rendición de cuentas y LUC fue como un embudo que se chupó todo”, agregó.